Respuesta: El Spielbergpost
En busca del arca perdida:
Creo que pocas veces un tagline tuvo tanto acierto:
"Si la aventura tuviese un nombre ese sería Indiana Jones".
Creo que pocas cosas hay que decir ya de este mega clásico por antonomasia, ya sea dentro de la filmo de Spielberg, del cine de acción y aventuras en general y dentro de la historia del séptimo arte. Indiana Jones tiene el honor y la gracia de contar con el beneplácito tanto del espectador como de la crítica sin despeinarse mutuamente.
Harrison Ford nació para interpretar al Dr. Jones (con permiso del pirata galáctico Han Solo). Nadie como él para mirar con sonrisa de lado ante un ídolo mientras se restriega la mano por la barbilla intuyendo el peligro, nadie como él para chasquear el látigo así y recibir esos puñetazos míticos (acompañados de ese sonido tan peculiar) pero sobre todo para hacernos vibrar y sentir todas las emociones del mundo. Pero claro está, esto no sólo depende de Harrison sino de un maestro con ilusiones eternas convertido y hecho director de cine.
Spielberg, que transforma una simple y sencilla historieta de comic pulp en todo un acontecimiento mundial y que no sólo sale airoso del monstruoso proceso sino que se marca un tanto más en el extenso curriculum de su extensa carrera sino que hizo soñar a toda una generación para convertirse en un heroe de látigo, revólver y sombrero sino para hacernos creer que la aventura, si la aderezamos de imaginación, todo es posible.
Creo que enumerar todas y cada una de las set pieces haría mi crítica más extensa de lo que ya es de por sí pero sólo con el principio ya tenemos una lujosa puesta en escena donde cada uno de los engranajes están puestos para deleitarnos (y dejarnos con la boca abierta). Y lo más increíble de todo es que aún a día de hoy, después de casi 30 años todo sigue oliendo a nuevo, como si fuese esta la primera vez que la veo. Y así podríamos estar horas y horas enumerando (el pozo de almas, la mega persecución a lomos de caballo y camión, el final apoteósico, con unos efectos especiales tanto visuales como de sonido que ponen los pelos como escarpias, etc.).
Y no sólo la película en sí, que ya es todo un logro, una proeza y una obra maestra en sí sino que contamos con un elenco que está más que bien. Desde Karen Allen, que aunque nunca fue de mis favoritas (lo siento) no deja de ser una pieza clave de los personajes; Paul Freeman (Belloq) un tío que dota a su villano de un bouqué, una planta y un saber estar que es un más que digno oponente al protagonista y heroe de la historia; Ronald Lacey, con su perverso e intrigante Toth, quien con su sola presencia ya inquieta; John Rhys-Davies, con su Sallah, un tipo cómico y bonachón, el mejor y clásico secundario de toda la vida. Y no nos olvidemos de un secundario Denholm Elliott como Marcus, quien sale poco pero da igual, llena la pantalla.
Pero tampoco podemos olvidarnos de la BSO, maravillosa a partes iguales. Empezando por ese tema que logró convertirse en todo un imno a la aventura, con unos acordes mil veces escuchados pero que siguen estando al día, sin decaer ni parecer anticuados o demodés. Imposible, un score en manos del maestro Williams nunca puede ser algo malo. Sencillamente sublime.
Creo que esta película es imperecedera, no decae nunca, tiene un ritmo, un tempo y un saber hacer (y estar) que por más años que pasasen Indiana Jones en busca del Arca Perdida seguiría siendo el exponente y el estandarte del mejor cine de aventuras para cualquier edad, para cualquier espectador. Un título imprescindible y lo mejor de todo es que sigue llegando.