ETA anuncia un alto el fuego permanente

Estrasburgo sentencia como tiene que sentenciar. by seakermdc

Es fácil dejarse llevar por el gen español y clamar venganza. La culpa de que mañana salgan violadores y asesinos a la calle es de Estrasburgo que falla a favor de los criminales. De buen grado el conjunto de la población habría aprobado en su día que el Gobierno hubiera sacado una Doctrina Parot que en vez de ampliar penas para ciertos delitos graves, hubiese aplicado a esos delitos con carácter retroactivo la pena capital. Muchos lo habrían aplaudido con las orejas. Llegan los jueces de Estrasburgo, claramente amigos de los asesinos y fallan contra la Doctrina Parot.

La culpa es de esos guiris antiespañoles, que desde fuera se atreven a juzgarnos cuando esta claro que aquí nos las apañamos solos. Una de esas medidas de "apaño" es la Doctrina Parot. Y la verdad, hasta que nos la quitan bien poco o nada nos ha importado a los españoles. Hoy muchos se habrán enterado con suerte en qué consiste, otros habrán leído que Europa nos obliga a soltar a etarras y no ha necesitado saber más para remover sus intestinos sin más explicación. En su momento el Gobierno tuvo su titular, su populismo al idear este chanchullo para que ciertos asesinos no saliesen tan pronto de la cárcel. En su momento, sin pararnos a pensar en el sinsentido jurídico, muchos aplaudirían con las orejas la medida que tomo el Gobierno. Unos etarras más años en la cárcel. Como tantas veces he dicho, a falta de pan (pena capital) buenas son tortas...

Entonces, como buen antipatriota que soy digo... Me hubiera decepcionado que el Tribunal Europeo de los Derechos Humanos hubiera fallado de otra forma. Objetiva y judicialmente, la sentencia es irreprochable y una severa llamada de atención sobre aspectos importantes como la Seguridad Jurídica. Sí, la seguridad jurídica. Saber que has sido condenado bajo un código penal y que obtendrás tu libertad y beneficios penitenciarios de acuerdo a las leyes con las que te juzgaron y condenaron. Sí, se que en este punto dejo abierta una apetitosa puerta a todos los españoles para ejercer su libre derecho a la demagogia y hablar de tiros en la nuca. Pero, nuestro código penal de acuerdo a la Constitución Española de 1978 que tanto citamos cuando nos conviene, no tiene ánimo de castigar o vengar, sino de reinsertar. Se que puede sonar ridículo, utópico, pero aun así y aceptando como mundo de fantasía la filosofía constitucional al respecto, la realidad detrás es la misma que si el ánimo de las penas privativas de libertad fuera la de castigar. Una persona pierde su derecho a la libertad durante un determinado número de unidades de tiempo de acuerdo a la Ley que se ha saltado y que impone penas de privación de libertad.

La culpa de que los etarras y los violadores vayan a la calle no es de Estrasburgo por sentenciar en contra de esta doctrina... La culpa será de un código penal permisivo (discutible), de unos beneficios penitenciarios permisivos.... Osea es nuestra Ley y si creemos que es insuficiente, se cambia. Pero la culpa está aquí, no allí. Ellos no son los que hacen que los etarras salgan antes a la calle, lo es el Estado por no haber aceptado su fracaso y haberse inventando un chanchullo para que de forma injusta, los violadores y asesinos cumplan penas más allá de lo que les corresponde de acuerdo a su condena.

Que el Estado adopte una medida que con carácter retroactivo "salve" las debilidades del Código Penal con el que fueron juzgados ciertos individuos de indeseable presencia en la calle no es algo positivo para nuestra Democracia. La debilita. Ante todo, y aunque nos corroa la bilis el Estado ha de ser ejemplar y coherente. Que alguien salga a la calle con unos beneficios penitenciarios antes de lo que creemos justo (una creencia por otra parte demasiado relativa).

En España ni el Tribunal Supremo ni el Constitucional se han atrevido a ponerse en la picota de sentenciar que esas personas afectadas por la doctrina Parot deben salir de la cárcel. Nuestras deficiencias jurídicas han tenido que pasar la vergüenza de ser observadas desde un Tribunal algo más imparcial y lejano que señala lo que se ha hecho mal. Y bajo mi punto de vista, señala bien. Porque más allá de los ojos codiciosos, envidiosos deseosos de venganza y de la aplicación del Código de Hammurabi como medida de justicia propia de ciertos sectores "españoles", la razón me lleva a decir que en este caso la propia debilidad del Estado frente a delitos irracionales en cuanto a ponderar el daño realizado, es su mayor fortaleza. El que el Código Penal se vea superado por la desgarradora condición humana es fortaleza. Que el mayor hijo de puta que haya parido esta tierra pueda irse de rositas tras pasar veinte años en prisión es fortaleza. Porque el Estado no puede ser como ellos. No mata ni tortura y tiene sus herramientas para juzgar a esas personas de acuerdo a la Ley. Claro, que la Ley ha de tener detrás una fuerte carga de ética, de filosofía del Derecho que haga que las penas sean razonablemente justas de acuerdo a un concienzudo análisis de la sociedad y la condición humana. Algo mínimamente ponderable sobre nuestras costumbres, arraigos, necesidades... Pero que el Estado haga trampas y situe a un número de ciudadanos en la inseguridad jurídica es además de peligroso, algo que cualquier ciudano libre y aceptable ha de censurar. Estos aspectos que determinan la libertad de una persona son demasiado serios como para que se pueda hacer trampa. Eso nos aleja de la democracia, nos aleja de nuestra propia libertad.

Estrasburgo ha señalado ni más ni menos que eso. Y prefiero mil sentencias así que nos enseñen a ser un poco más serios en algo como la Ley, que el Estado para contentarnos a todos a través de trampas y parches nos deje a tí, a mí y al etarra en algo tan preocupante como la inseguridad jurídica.

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La Ley no tolera atajos

Lo primero aclarar la situación, que muchas informaciones de prensa parecen decididas a confundir, ignoro por qué razón (aunque pueda sospecharlo). La Grand Chambre del Tribunal Europeo de Derechos Humanos no ha “tumbado” la llamada doctrina Parot sobre la forma de cumplimiento de las penas privativas de libertad. Esta doctrina está hoy día integrada en la legislación vigente y se aplica y aplicará sin ningún problema a todos los delitos terroristas cometidos con posterioridad a su entrada en vigor. El TEDH ni siquiera ha soñado impugnarla.

Lo que este tribunal ha declarado incompatible con el Convenio Europeo de Derechos Humanos es la aplicación retroactiva de esa “doctrina” a delincuentes que habían comenzado a cumplir sus penas antes de que, en una malhadada decisión de 2006, el Tribunal Supremo español decidiera cambiar sobre la marcha las reglas del juego y mantener a una terrorista en prisión más tiempo del que le correspondía.

Hecha esta aclaración, conviene felicitarse por el hecho de que el Tribunal Europeo haya ratificado la vigencia irrestricta de principios jurídicos que están en la base de nuestra propia civilización, como es el de nulla pena sine lege, es decir, que las normas penales no pueden aplicarse con carácter retroactivo. Los ciudadanos, incluidos los terroristas, tenemos el derecho sacrosanto a que el castigo que se nos imponga por nuestros delitos sea el que está establecido en la ley en el momento de cometerlos, sin que nadie pueda ya cambiarlo a peor; nadie, ni el Estado, ni el Gobierno, ni los jueces. Nadie. Es triste que haya habido ocasión para que un Tribunal Europeo tenga que recordárselo a los jueces españoles, pero al mismo tiempo es momento de alegría ver cómo los derechos humanos se aplican aunque ello incomode a tan altas instancias nacionales. Es el triunfo del ser humano concreto (aunque en este caso sea un terrorista) sobre el poder.

También es momento de señalar a los grandes y a los pequeños culpables de lo sucedido. Los grandes culpables son los políticos y los Gobiernos de hace muchos años, de aquellos años en que se sabía a ciencia cierta que la aplicación del Código Penal y del sistema de redención de penas llevaba inexorablemente a que los presos condenados a miles de años de cárcel cumplieran en realidad menos de 20 años de efectiva privación de libertad. Fueron los Gobiernos de aquella época, que prefirieron mirar para otro lado y no modificar la ley entonces vigente, los que propiciaron que llegase el día en que terroristas sanguinarios tuviesen que ser puestos en libertad por los tribunales. En los años setenta y ochenta del pasado siglo se prefirió no agravar las penas a los terroristas porque se pensaba que cabía una solución del terror por el apaciguamiento. Craso error, cuyas consecuencias hirientes para la sensibilidad ciudadana se manifestaron cuando en el presente siglo los peores terroristas presentaron sus cuentas y pidieron su libertad.

Y entonces vino otro error, el de exigirles a los jueces que arreglasen de alguna forma lo que los legisladores habían permitido con su inacción. El de levantar un clamor social contra la evidente injusticia que suponía liberar a los asesinos con tan pocos años de cárcel, a pesar de que era bastante claro que era la ley la que lo exigía. Y la ley, como entonces se decía, no tolera atajos. Pero nuestros representantes son capaces de reclamar al mismo tiempo que se cumpla la ley y que se deje de cumplir. No son conscientes del valor intrínseco de las normas.

Y entonces entraron en juego los otros culpables, los que por su formación sí eran conscientes de ese valor y que, a pesar de ello, prefirieron ceder al clamor popular y violar un poquito la ley. Bueno, interpretarla de nuevo y hacerle decir lo que según ellos mismos nunca había dicho. Y, lo que es peor, aplicar esa nueva interpretación de manera retroactiva, cambiar las reglas de juego a mitad del partido. La mayoría de los magistrados del Tribunal Supremo (y detrás de ellos los del Tribunal Constitucional) prefirieron hacer directamente justicia (era y es probablemente injusto que un delincuente pague lo mismo por un asesinato que por 100) que aplicar la ley vigente.

Porque, no nos engañemos, esa y no otra era la opción que se abría ante ellos: la justicia o la ley. El clamor social justificado ante una situación perversa, o el derecho de unos individuos repugnantes a beneficiarse de la ley. Los jueces eligieron mal. O, mejor dicho, decidieron elegir donde no había ni hay elección posible, en su sujección a la ley.

Yo lo sé, todos lo sabemos: a las víctimas les duele ahora el resultado estrepitoso de este estúpido atajo. Probablemente más que si no se hubiera emprendido en aquel malhadado 2006. Ese dolor empaña, pero no disminuye, nuestra alegría ciudadana ante la confirmación de que el derecho de uno está por encima del poder colectivo. Eso era lo importante.
 
Lo que tiene que hacer un Estado de Derecho, ni más ni menos.


Lo que tiene que hacer un Estado de Derecho es acatar unas leyes, por supuesto, y también garantizar que se cumpla el Derecho con leyes con fundamento y no con la mierda de legislación que además data de (curioso) antes de la muerte de Paquito.
 
Os imaginais qué hubiera pasado si la sentencia de Estrargurgo le hubiera tocado al Zapatero?
Os imaginais a PP en la oposicion sacando a la gente a la calle mientras se frotan las manos? Y las portadas de la caverna mediática hablando de bajadas de pantalones y connivencia con los terroristas?
Me imagino a Rajoy encabezando una campaña de firmas para desobedecer a Estrasburgo con el objetivo de desgastar al zapas.

A veces se critica al psoe que en la oposicion no hace nada. Sinceramente, prefiero esa pasividad que la actitud rastrera y miserable que ha tenido siempre el PP.
 
Pues que el Reino Unido reciba las sanciones correspondientes como que los servicios policiales de otros países tengan "dificultades" en colaborar con la justicia británica. Por ejemplo. El Tribunal de Estrasburgo es una instancia superior a la que libremente nos hemos adherido. Y debemos estar, porque si no ya hemos visto lo bien que está actuando el TC en algunas cuestiones como esta que claman al cielo. Lo que hayh que hacer es aplicar la sentencia, la Ley.
 
Os imaginais qué hubiera pasado si la sentencia de Estrargurgo le hubiera tocado al Zapatero?
Os imaginais a PP en la oposicion sacando a la gente a la calle mientras se frotan las manos? Y las portadas de la caverna mediática hablando de bajadas de pantalones y connivencia con los terroristas?
Me imagino a Rajoy encabezando una campaña de firmas para desobedecer a Estrasburgo con el objetivo de desgastar al zapas.

A veces se critica al psoe que en la oposicion no hace nada. Sinceramente, prefiero esa pasividad que la actitud rastrera y miserable que ha tenido siempre el PP.

Hombre de poca fe.Yo estoy seguro de que veremos una buena mani de la AVT y del impresentable de Alcaraz este fin de semana.

Puedes apostar por ello.
 
Alguien quiere recordar lo que se dijo sobre Oleguer sobre el tema y las reacciones q6e hubo?
Enviado desde dispositivo móvil
 
Las primeras palabras de Rajoy tras la sentencia es que como llovía. Esto es un líder.
 
Puede que exista un intencionado vacío legal, pero hemos firmado para someternos a ese tribunal.
 
Para mi claramente el gobierno no tiene la obligación de cumplir esta sentencia y ha soltado a los etarras de este modo porque no quiere asumir el coste político y la responsabilidad de liberar a esos presos.

¿Y la AVT que opina de esto?:pensativo
 
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