EL PP QUIERE REESCRIBIR EL FINAL DE ETA.
Publicado en El Diario Vasco el 9 de febrero de 2014.
Rajoy pretende convencer al país de que ETA ha ganado la batalla y ha alcanzado sus objetivos. Para ello da la espalda al proceso de paz y busca reescribir un final de ETA de su puño y letra. ¿No se da cuenta de que así ayuda a Sortu en su intento de tapar la inutilidad del terrorismo y sembrar un relato falso sobre lo que ha ocurrido en Euskadi?
Para desintoxicarme del viejo discurso antiterrorista del gobierno me senté unas horas a escuchar y conversar con cinco mujeres vascas a quienes ETA asesinó a sus maridos. Quería compartir con ellas -mujeres con las ideas claras que no se han dejado dominar por el odio- sentimientos y posiciones sobre el proceso de paz. Pudimos analizar cómo vivimos y con qué propuestas un periodo decisivo para sentar las bases y avanzar en este complejo proceso de paz. Las siguientes conclusiones son el resultado de la reflexión personal ante las palabras de estas víctimas del terrorismo, los pronunciamientos y las polémicas que se vienen sucediendo en los últimos meses.
1. Es innegable que con la declaración de ETA anunciando el final de su actividad terrorista, hace más de dos años, a la que han seguido distintas declaraciones positivas aunque insuficientes del colectivo de presos de ETA, se iniciaba el llamado proceso de paz en el que los socialistas creemos y en el que las diferentes víctimas han de participar sin condicionarlo. Sin embargo, atrapado por el pasado, por intereses electorales y batallas internas, el Gobierno de Rajoy, Aznar y Mayor Oreja permanece inmóvil y ajeno a la nueva situación.
2. Para buena parte de la ciudadanía ETA ha sido derrotada por el Estado de Derecho y por los demócratas, sin que haya obtenido frutos de su alternativa kas. Sin embargo, la derecha se resiste a reconocerlo desde un discurso viejo y lleno de contradicciones, haciendo ver que ETA ha vencido, percibiendo equivocadamente la presencia de Bildu-Amaiur en las instituciones tras rechazar el uso de la violencia o haciendo una lectura política desfigurada de la foto y de las expresiones en las caras -no precisamente de héroes- de los 50 presos puestos en libertad en aplicación legal de la sentencia europea sobre la doctrina Parot.
3. Ante semejante cambio de escenario no se justifica el inmovilismo del Gobierno de España y del PP, ni el rechazo a modificar su discurso general y la política penitenciaria en vez de contribuir, desde una posición activa, a alimentar el proceso de paz. No se explica cómo Aznar y Rajoy reconsideraron la dispersión en una tregua sin garantías en 1998 mientras que ante el final de ETA insisten en su cruzada contra los restos y se niegan a dar el paso legal de iniciar, sin más dilación, el acercamiento de los presos a cárceles cercanas a sus lugares de origen. Tampoco estoy de acuerdo con quienes defienden mantener en la cárcel a Otegi y compañía.
4. Es preocupante el retraso que sufren en su concreción el "Instituto de la Memoria" promovido por el Gobierno Vasco y el "Centro Nacional para la Memoria de las Víctimas del Terrorismo" acordado por el Gobierno de España y el de Euskadi. Se trata de dos herramientas pedagógicas que deben contar, entre otros, con la participación de las asociaciones y colectivos de víctimas y que buscan asentar en la sociedad un relato veraz basado en la memoria de las víctimas y en el daño y horror que el terrorismo, cualquiera que haya sido su firma, ha ocasionado al País y a los derechos humanos de la ciudadanía.
5. Debemos conceder más atención a las iniciativas y programas educativos para extender la cultura de la paz y de los derechos humanos entre los jóvenes. Por eso la celebración en San Sebastián de la Capitalidad Europea de la Cultura en el año 2016 con un proyecto en el que no cree Bildu -"la cultura para la convivencia"- debe ser aprovechada como una gran oportunidad para reafirmar el significado de una convivencia sin tutelas. Es la oportunidad para dialogar y contrastar con otras realidades de la diversidad europea y aprender de las experiencias vividas en Europa. Confío en la acción cultural como un instrumento para superar la violencia y promover la reconstrucción moral del País Vasco.
6. Para avanzar con decisión en el proceso de paz, una vez descartada por el colectivo de presos la quimera de una amnistía exigida por el mundo de ETA y Garitano hasta hace bien poco, se requiere que los presos expresen individualmente su rechazo a la violencia haciendo una lectura autocrítica de su pasado y un arrepentimiento público de sus crímenes. Lo pide la buena marcha de la reinserción social de esos presos con el cumplimiento de las penas y la aplicación de beneficios penitenciarios conforme a la legalidad; también lo pide la concordia cívica. Como cuestiones claves, es unánime entre los demócratas la exigencia a ETA de la entrega de armas y de su disolución.
7. Nos queda un largo camino por recorrer para lograr la deslegitimación total del terrorismo, el reconocimiento al dolor sufrido por las víctimas, el cierre de las heridas provocadas por décadas de violencia, amenazas y miedo que permita la normalización de la vida política y social y una convivencia ciudadana asentada en valores éticos y democráticos. En este sentido, cualquier ruptura del diálogo transversal entre las fuerzas democráticas y toda pretensión de formar bloques políticos -tentación permanente del soberanismo y del nacionalismo español de PP, UPYD y VOX- impedirían alcanzar estos objetivos.
Odón Elorza
Diputado Socialista por Gipuzkoa
San Sebastián a 2 de febrero de 2014