CORAZONADA (ONE FROM THE HEART, FRANCIS FORD COPPOLA, 1982):
El segundo trabajo del director de fotografía italiano Vittorio Storaro [AIC, ASC] junto a Francis Ford Coppola (después del éxito de "Apocalypse Now") fue este curioso film romántico-musical acerca de una pareja que rompe durante la celebración de su aniversario; ella comienza a coquetear con un curioso cantante-camarero y él con una chica del circo, por lo que la acción radica en ver si al final continuarán juntos o preferirán a sus nuevos compañeros.
Alejándose a más no poder de las localizaciones reales en las que los cineastas rodaron su anterior colaboración conjunta, "Corazonada" destaca a nivel visual por estar rodada íntegramente en el interior del estudio Zoetrope de Coppola pese a transcurrir la historia que narra en la ciudad de Las Vegas. Para ello fue necesario un increíble esfuerzo de producción y la puesta a disposición de todo el talento del diseñador de producción Dean Tavoularis ("El Padrino", "Apocalypse Now"), que recrea la famosa ciudad mediante una mezcla de decorados a escala real (cuando los personajes transitan por las calles) y decorados en miniatura que hacen uso de la perspectiva forzada (las edificaciones que aparecen en los fondos). Por todo ello, Storaro ha de realizar un trabajo de iluminación partiendo de la nada, sin una luz natural que complementar o utilizar en su propio beneficio. Pero es que el aproximamiento que lleva a cabo no sólo no es naturalista, sino que el operador italiano se decide por un planteamiento absolutamente teatral y recargado, representado con variadas tonalidades de color y miles de luces de neón en las calles de la ciudad (¡que pese a ello, es el aspecto real de la ciudad!).
Sin embargo, no es esta recreación la que hace que su fotografía sea de lo más interesante (aunque ya de por sí contiene grandes valores), sino que precisamente es en "Corazonada" donde Vittorio Storaro da rienda suelta a sus teorías sobre el impacto emocional de los colores sobre el espectador y utiliza los mismos (bien aislados o mezclados entre sí) para iluminar las estancias o los rostros de los actores mientras los personajes que encarnan se alegra, sueñan o sufren conforme avanza la historia. Pero no sólo eso, sino que además se permite el lujo de recrear en estudio de manera absolutamente brillante efectos lumínicos tales como amaneceres, anocheceres y especialmente atardeceres, creando una obra extremadamente rica que muestra su extraordinario talento en estado puro.
Lamentablemente, toda la libertad de la que disfrutaban los cineastas amparados por Zoetrope se rompió tras este film, cuyo fracaso en taquilla fue estrepitoso e impidió que recuperara la fortísima suma de 26 millones de dólares que Coppola había invertido en él. Como curiosidad, cabe reseñar que las imágenes están compuestas para ser exhibidas en una relación de aspecto clásica de 1.37:1.
Is the use of various colors symbolic, and if so, are there universal meanings?
Storaro: Color is part of the language we speak with film. We use colors to articulate different feelings and moods. It is just like using light and darkness to symbolize the conflict between life and death. I believe the meanings of different colors are universal, but people in different cultures can interpret them in different ways. In the opening scene, the camera is motionless and there is an absence of color, which is black. During Bulworth's first campaign stop in Los Angeles, he visits a church in a black community, where the main color in costumes and props is red, a symbol of birth and life. From the church, he goes to a meeting with some Hollywood film producers in a private home. It is a rich setting, where he raises money. Orange symbolizes that feeling of comfort. When he visits an after-hours club, we used yellow, cyan and magenta, the opposites of the three primary colors [red, green and blue] that symbolize daylight. In this scene, Bulworth is considering his subconscious feelings. The next day, he goes to the Beverly Wilshire Hotel, where he tells people in his own party what he is thinking. It is the first time he speaks honestly about his feelings in front of the members of his party; they don't expect a politician to tell them exactly what he is thinking. The color yellow symbolizes that he consciously knows what he is doing. During a television debate, we used green to signify knowledge, because it is the first time he reveals his feeling in public. Later, one of his campaign workers brings him to her grandmother's house, where he feels safe, believing that the assassin won't find him there. We used blue to signify freedom. Next, he meets a drug dealer, who explains why he uses children to sell drugs. Indigo symbolizes material power. We don't use white in this film until he completes his journey and is a whole person.
In fashioning its sumptuous style, Storaro prepared an analogy between the quality of natural light and the Emperor’s spiritual awakening.“The Sun is our main source of energy. It gives us the full range of the spectrum…all the colors. I asked myself, How could we represent his life through the use of colors? If they kept the Emperor away from knowledge, he had to be shielded from light. At the beginning of the picture, he never sees his own shadow. The people around him kept the young emperor in the ‘penumbra’ of partial shadows. As he begins learning from a tutor what is happening outside the walls, the Sun touches his face and he sees his own shadow for the first time. The more he learned, the more light I poured on him and the darker his shadow became. As he finds more balance in his life, the audience begins to see more of a harmony between light and shadows.”
The cinematographer also represents each segment of the Emperor’s life with individual shades of the color spectrum. “I saw his life like the journey of the Sun,” Storaro explains. “Red is the first color in the spectrum — it represents life. The Sun is orange when he enters the Forbidden City. It is the color of a sunset symbolizing the end of the Chinese Empire. We used yellow to symbolize royalty and the purest form of energy. Those were the only colors used in the first part of the picture.”
El reverso oscuro de esos otros que te dicen que, ya que han pagado un pastón por el alquiler de las luces, que las enciendas todas y todo el rato ¿no?
Me gustaría leer algo sobre Outland,aunque puedo imaginar la logística de la película.
ATMÓSFERA CERO (OUTLAND, PETER HYAMS, 1981):
Curiosa revisión del Western clásico de Fred Zinnemann “Sólo Ante El Peligro” (fot: Floyd Crosby, ASC) que sustituye la ambientación en el Oeste norteamericano por una estación espacial dedicada a la minería en una de las lunas de Júpiter. Por ello, junto a su diseñador de producción habitual Philip Harrison, Hyams dibuja una ambientación que más que inspirarse en “Alien” (Ridley Scott, 1979, fot: Derek Vanlint, BSC), calca uno por uno prácticamente todos los elementos visuales de aquélla, con la lógica excepción de los diseños alienígenas de H.R. Giger, que no tenían cabida alguna en una historia que enfrenta al jefe de policía de la estación y al administrador de la misma cuando el primero descubre que la muerte de varios de los mineros se debe a una droga que les está siendo administrada para aumentar su rendimiento.
Después de su colaboración con David Watkin [BSC] en “La Calle del Adiós” (1979) –que contiene uno de los trabajos más estilizados y atractivos del operador británico-, Hyams quiso obtener un mayor control sobre la imagen final de sus productos prescindiendo de un director de fotografía y efectuando él mismo las labores de éste. Pero la fuerza de los gremios cinematográficos –que exigían que uno de sus afiliados estuviera al frente de las producciones de los grandes estudios- le llevó a contratar para la labor a Stephen Goldblatt [BSC, ASC], entonces un joven director de fotografía sin apenas experiencia cinematográfica, para acallar a los sindicatos mientras el propio Hyams fotografiaba el film a su libre albedrío (Goldblatt comentaría, años después, que no supo hasta el inicio del rodaje que Hyams pretendía rodar el film él mismo, y que aunque estuvo presente a lo largo de toda la filmación ayudando en lo que pudo, el grueso de las imágenes de la película fueron ejecutadas por el propio director).
En cualquier caso, ocupase quien ocupase el puesto del director de fotografía, las imágenes de “Atmósfera Cero” siguen los mencionados patrones de “Alien” en el uso de múltiples y pequeñas fuentes de iluminación presentes en pantalla (generalmente fluorescentes o pequeñas lámparas integradas en los decorados), que proporcionan una luz muy suave –de alto contraste, con grandes áreas de luz y sombra- que en todo momento tiene perfectamente justificada su procedencia. Hyams también utiliza multicámaras para registrar sus acciones en el menor número posible de tomas, aunque sus objetivos se hallan más cerca de T/4 que del T/2.8 del film de Scott y cuenta por ello con una mayor profundidad de campo. Pero al contrario que en “Alien”, Hyams utiliza en menor medida luces procedentes de fuera del encuadre –excepto para rellenar de luz el rostro de Sean Connery en algunos planos-, cuando en el film de Scott el contraluz y las luces fuera de campo juegan un papel esencial a la hora de crear su desasosegante atmósfera y a la hora de crear las texturas metálicas de la nave Nostromo. De esta forma, sus imágenes son algo menos opresivas que las del film de Scott, aunque con la conjunción de teleobjetivos, algunos filtros de bajo contraste y humo abundante en los decorados consigue crear un acabado visual de un inmenso atractivo y equivalente calidad.
Por ello, lo peor sin lugar a dudas es la escasa originalidad del conjunto, ya que sus modelos argumental y visual son tan sumamente obvios que saltan inmediatamente a la mente del espectador medio. Goldblatt se resarciría a continuación con la excelente e influencial fotografía de dos obras como “El Ansia” (Tony Scott, 1983) y “Cotton Club” (Francis Ford Coppola, 1984), mientras que Hyams pudo firmar como propios los trabajos de fotografía de todas sus siguientes películas (fotografiadas con un estilo muy similar al de ésta), comenzando por “2010: Odisea Dos” (1984). Panavision.
¿a alguien le gusta el conformista? Es que la estuve revisando ayer y no pongo en duda que en los años 70 supusiera una auténtica revelacion (de hecho así lo atestigua la fama que tiene como una de las obras maestras de fotografía cinematográfica) pero para mi no deja de ser una diarrea visual constante.