Dani J.
Miembro habitual
Sobre el trabajo de Spinotti en Public Enemies poco más tengo que añadir a lo que ya he dicho anteriormente. Me fascina el estilo visual del film, no desentonándome nada en absoluto a excepción de alguna secuencia en la que si me llamó la atención la iluminación utilizada (como la secuencia con Dillinger y Billie en las dunas)... Otras, como por ejemplo la secuencia en el pasillo del apartamento donde Baby Face Nelson elimina a uno de los hombres de Purvis, me encantaron por su iluminación. El resto me sigue pareciendo formidable, así como una propuesta formal que se me antoja arriesgadísima, valiente y, para mi, absolutamente válida. Ya lo dije: para mi los años 30 nunca habían estado tan cercanos ni tan vivos como en esta última obra de Michael Mann.
Otro aspecto que me llamó la atención es que si por ejemplo en Miami Vice la cámara busca constantemente "vías de escape", con gran presencia de espacios abiertos donde los personajes se sobreponen constantemente a esos cielos nocturnos (o diurnos) de la Miami actual, en Public Enemies apenas hay planos donde se vislumbre ese cielo tal y como ocurría en la anterior obra de Mann, resultando los escenarios por donde deambulan sus personajes espacios que generan un clima opresivo muy acusado, ya sean edificios, las paredes de un apartamento, los barrotes de una celda o incluso los árboles de ese lúgrube bosque, dejando a esos personajes sin prácticamente ninguna vía de escape y arriconándolos hasta su amargo final... O al menos es así como yo lo veo. Por cierto, me encanta la manera seca que tiene Mann de finalizar sus últimas dos películas con esos bruscos cortes a negro...
En fin espero que te guste la película JDUG y te unas al club de defensores de lo último de Mann, el lunes nos explicas que tal .
En otro orden de cosas, hoy he podido disfrutar de Antichrist último y polémico trabajo de Lars Von Trier, fotografiado por Anthony Dod Mantle. El trabajo de Mantle me ha parecido espectacular, con unos colores apagados y frios, muy acorde con el ambiente malsano y opresivo del film. Solo por el prólogo a cámara lenta y en hermoso blanco y negro vale la pena cada miserable céntimo de la entrada. Esas visiones fantasmales a cámara lenta de la Gainsbourg adentrándose por el bosque hacia Edén son absolutamente turbadoras. Yo sin duda alguna la recomiendo, tanto por la potencia visual desplegada por von Trier y Mantle, como por el propio film en si, a pesar de arriesgarme a recibir una lluvia de pedradas...
Otro aspecto que me llamó la atención es que si por ejemplo en Miami Vice la cámara busca constantemente "vías de escape", con gran presencia de espacios abiertos donde los personajes se sobreponen constantemente a esos cielos nocturnos (o diurnos) de la Miami actual, en Public Enemies apenas hay planos donde se vislumbre ese cielo tal y como ocurría en la anterior obra de Mann, resultando los escenarios por donde deambulan sus personajes espacios que generan un clima opresivo muy acusado, ya sean edificios, las paredes de un apartamento, los barrotes de una celda o incluso los árboles de ese lúgrube bosque, dejando a esos personajes sin prácticamente ninguna vía de escape y arriconándolos hasta su amargo final... O al menos es así como yo lo veo. Por cierto, me encanta la manera seca que tiene Mann de finalizar sus últimas dos películas con esos bruscos cortes a negro...
En fin espero que te guste la película JDUG y te unas al club de defensores de lo último de Mann, el lunes nos explicas que tal .
En otro orden de cosas, hoy he podido disfrutar de Antichrist último y polémico trabajo de Lars Von Trier, fotografiado por Anthony Dod Mantle. El trabajo de Mantle me ha parecido espectacular, con unos colores apagados y frios, muy acorde con el ambiente malsano y opresivo del film. Solo por el prólogo a cámara lenta y en hermoso blanco y negro vale la pena cada miserable céntimo de la entrada. Esas visiones fantasmales a cámara lenta de la Gainsbourg adentrándose por el bosque hacia Edén son absolutamente turbadoras. Yo sin duda alguna la recomiendo, tanto por la potencia visual desplegada por von Trier y Mantle, como por el propio film en si, a pesar de arriesgarme a recibir una lluvia de pedradas...