Pues nada, lo esperado, secuela que tira abiertamente por la serie B de abultadísimo presupuesto (que no sé dónde habrá ido porque tampoco luce taaan espectacular), con constantes porquesíes y tajos de montaje (se aviene director's cut con casi total seguridad), y donde se pierde en buena medida el gusto por el detalle y la atmósfera del film original.
Que a ver, el original tampoco era ninguna maravilla, una peli con guión de John Logan nunca podrá ni acercarse ni a una galaxia de distancia de las cimas del peplum de los primeros 60. Pero al menos la progresión dramática estaba bastante lograda y, todo hay que decirlo, el carisma y presencia de Crowe suplían satisfactoriamente todos los peros que le podamos poner.
Aquí Mescal, puede que sea buen actor, pero no es una peli donde pueda realmente demostrar nada. Denzel bien, por aquello del país de los tuertos, pero ni de coña para los loores que está recibiendo. Curiosamente (o no) el mejor para mí es Pedro Pascal, quien en realidad hace lo de siempre, pero por eso mismo es el único personaje con verdadera fuerza y potencial, y con el que el espectador puede identificarse. Él debería de haber sido al menos coprotagonista, pero lamentablemente lo relegan a un papel cuyo objeto final es proporcionarle al protagonista motivaciones de súbito según los caprichos del guión.
Las escenas de acción, pues rutinarias y sin demasiada emoción o suspense. No me importan las locuras ni los anacronismos, pero no perdono la indiferencia con la que están orquestadas.
Por último, la BSO, pues una muestra más de por qué Zimmer es un grande, le pese a quien le pese, y sus esbirros unos pobres diablos a los que el de Frankfurt les ha arrebatado toda alma, con la complicidad de la industria detrás.
En definitiva, sí, la peli da lo que promete. El problema es que nadie lo pidió. Pero oye, si esto triunfa y por de pronto tenemos otra 'Roma' televisiva en camino, pues bien empleado estará. Aunque me da que esta vez no será así.
Un saludete.