Tomeu Maura
La marcha atrás que dio este viernes el alcalde de Palma a su decisión de cambiar el
nombre a 12 calles de la ciudad por «franquistas»
no fue casual. El ridículo que ha hecho José Hila a nivel nacional ha salpicado al PSOE, que considera que
su campaña en Madrid podría quedar seriamente afectada por los efectos colaterales. Así, de Ferraz salió hoy una orden concreta: «¡Basta de hacer el ridículo. A parar esto ya!».
La onda expansiva de la demostración de analfabetismo supremo de la que ha hecho gala esta semana el Ayuntamiento de Palma, que apoyado en una comisión pancatalanista decidió
tildar de «fascistas» a tres almirantes españoles anteriores al Siglo XX, ha alcanzado de pleno al PSOE, partido al que pertenece el alcalde de la ciudad balear, José Hila. La reacción de los medios nacionales, así como también de personajes como el célebre escritor Arturo Pérez-Reverte,
ha dañado seriamente la imagen socialista y en Ferraz consideran que eso puede suponer dar un paso atrás en sus aspiraciones de arrebatarle Madrid a Ayuso. Y sobre todo no ya tan sólo por el capítulo de los almirantes, sino además porque otra de las calles afectadas por el tribunal inquisitorial pancatalanista ha sido nada menos que la que llevaba el nombre de la ciudad manchega de Toledo, donde la
reacción en contra de Hila ha sido furibunda.
El alcalde de Palma ha sido reprobada incluso por su homónima socialista toledana y en el Ayuntamiento manchego se está planteando la posibilidad de
declararle persona non grata. Y dada la cercanía de Toledo con Madrid, ahí sí que el daño podría ser irreparable. En consecuencia Hila ha recibido una llamada desde el partido que no le ha hecho demasiada gracia, en una jornada además en la que ha estado presente en la isla el ministro de Transportes, Movilidad y Agenda Urbana, José Luis Ábalos, que ha firmado este viernes dos acuerdos de promoción de vivienda de alquiler social asequible por 3,5 millones que supondrán construir 245 pisos en Mallorca y 100 en Menorca.
En consecuencia el alcalde ha dado marcha atrás, ha restituido el nombre de las calles de los almirantes, que fueron retiradas el pasado jueves, y ha solicitado una reunión urgente de la Comisión Histórica, además de manifestar que
«en política no tenemos siempre la razón y cuando se tienen dudas razonables, como yo también tengo en este tema, lo mejor es parar, revisar y si hay que rectificar no pasa nada».
De puertas para dentro, sin embargo, el malestar es mayúsculo. Sobre todo con los socios ecoseparatistas de Hila, el partido catalanista Més, que ha sido el impulsor de una iniciativa que bebía en las fuentes del único libro de toponimia que existe, el escrito por el profesor de filología catalana de la UIB Gabriel Bibiloni, que tal y como ha publicado OKDIARIO falseó el expediente original del Ayuntamiento de 1942 para reforzar su tesis de que las calles no se dedicaron a los almirantes, sino a barcos que participaron en la Guerra Civil y que llevaban sus nombres.
Bibiloni demostró en ese mismo libro sus nulos conocimientos de historia al situar al almirante Churruca en la batalla de Lepanto, que tuvo lugar más de 200 años antes que la de Trafalgar, en la que efectivamente combatió.
Este caso es representativo del nivel de aborregamiento a que se ha llegado con el adoctrinamiento nacionalista. No sé qué es peor: si la ignorancia del alcalde socialista y del independentista Bibiloni, su sectarismo o el intento de arreglar la metedura de pata con la excusa de los barcos. Ya tenemos dos generaciones de imbéciles integrales en Cataluña, Baleares y Valencia incapaces de hacer la o con un canuto pero, eso sí, independentistas hasta la médula.