No deja de ser curioso que todo el mundo lo alabe (hablo de la gente de la calle, no de sus compañeros de endogámica profesión), cuando fue un tipo que salió del Gobierno, y su partido se quedó con dos diputados en las siguientes elecciones. Incluso un tipo tan denostado como Zapatero, al que muchos otorgan el título de peor presidente de la Democracia, cuando decidió no presentarse, su partido quedó con 126 diputados en las siguientes elecciones.
Es decir, sobre la figura Suárez existe un cierto halo de miticidad, que no se corresponde con su devenir político e histórico. La actual actitud reverencial hacia su figura es la viva imagen de la hipocresía. Hipocresía de toda la sociedad española, sin excepción.
En todo caso, que DEP. Un buen tipo en lo personal, trepa como tocaba ser en esa época, mediocre en lo referente a sus capacidades políticas, pero con todo, un tipo de político en franca extinción. El actual mediocre perfil político lo hace bueno a él, y a los de su generación.