De acuerdo con nuestros datos, en España,según he indicado antes, murieron 503 personas en el periodo de referencia como consecuencia de la violencia política no estatal. La inmensa mayoría de estas muertes, 485, corresponde a ataques terroristas. Entiendo por violencia terrorista aquélla ejercida por grupos clandestinos con motivaciones políticas. Lo que distingue a un grupo terrorista de una guerrilla es que mientras ésta consigue el control de parte del territorio titular de un Estado, aquél actúa dentro del terreno del enemigo, lo que le fuerza a operar en secreto. El resto de las muertes, 18, corresponde a violencia urbana más o menos espontánea, en la que resulta dudoso atribuir la responsabilidad de la muerte a un grupo concreto (peleas en manifestaciones, disturbios y enfrentamientos).
En la Transición hubo terrorismo nacionalista, de extrema izquierda y de extrema derecha. Los grupos nacionalistas buscaban la secesión de algún territorio; los de extrema izquierda, provocar la revolución proletaria; los de extrema derecha querían torpedear el proceso de democratización y neutralizar la amenaza separatista de ETA. En la Tabla 1 se ofrecen datos sobre la letalidad de los distintos grupos terroristas que actuaron en la época, agrupados por familias ideológicas. Como puede verse, el terrorismo de extrema izquierda y extrema derecha produjo un número similar de muertos en cada caso, 67 y 57 respectivamente. Mientras que en la extrema izquierda casi todas las muertes corresponden al GRAPO , una organización maoísta que nació el mismo año de la muerte de Franco, el bloque de la extrema derecha está muy fragmentado. De hecho, la atribución de los atentados mortales resulta cuestionable en el caso de la extrema derecha, pues más que organizaciones bien definidas, se trataba en realidad de tramas, con conexiones con las fuerzas de seguridad, que adoptaban diversos nombres según les conviniera.