Hong Sang-soo

Qué ganas y qué grandísimo texto! Tengo una compañera que la vio en Cannes y ya me dijo que fue lo mejor del festival.
 
En Santiago de Compostela se pasan las tres últimas con motivo de Cineuropa, una cada semana, así que aquí estamos de suerte.
 
Me informan desde Moderación que como vea yo una de Sang-coming-soon antes que él, procederán a banearlo como medida preventiva.

Podéis proceder.

Which one?

UN CUENTO DE CINE, tenías razón en que me iba a gustar su elemento meta; bisagra a media peli (¡Death Proof!) de lo que puede ser, siendo lineales, reflejo de una ficción en la realidad de un par de personas... ¡claro que ambas son ficciones! ¿Podemos verlo más, entonces, como dos visiones especulativas de esos mismos sucesos? No creo que Hong parezca demasiado interesado en los mecanismos de esa ficción, tanto como en los mecanismos que crea en su público.

Los propios personajes "reales" también funcionan con ficciones sobre sí mismos (la autoría de la historia, las cicatrices, la repetición de cosas de la peli como treta de acercamiento); sus equivalentes en pantalla tienen una meta que son incapaces de cumplir por voluntad, mientras que ellos dan tumbos. Tiene gracia el reflejo entre los diálogos "escritos", llenos de perfectos intercambios climáticos, frente a los entrecortados e incómodos del protagonista. Eso sí, muy torpe la visita final y ese cierre con off incluido, como cruzando "al otro lado" para quedarse con lo peor de ello.
 
Todo su cine juega y es consciente de que es una representación (es un poco como Rivette y el teatro), en esta película queda más explícito con la meta-película.

Oki's movie es la otra que recuerdo en que vuelve a haber este tipo de juego, y ojo que es bastante más complejo.

Es curioso lo que comentas del final, aunque no es malo, porque yo creo que él mismo se dio cuenta que su tipo de cine se adaptaba mejor a una visión y un tono aparentemente más optimista. Un cuento de cine es su última película "triste", por lo que ese final marca un punto de inflexión en su filmografía.
 
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Sí, creo que la encargada en la ficción es la que escribe el guión en realidad (no lo puedo asegurar), ... Un personaje en forma de demiurgo (en realidad lo es, si coincide la actriz

Os confirmo que es ella; además el papel como "encargada" del lugar donde jugarán esas piezas es bastante evidente (el servilismo y la incomodidad frente a sus personajes tiene cierta gracia). Por cierto juraría que la madre (en la realidad... ¡bueno, tampoco!) es la amiga de Huppert en el último relato (en la ficción).

Hay además siempre un elemento fijo de misterio que no se como tomarme en una película tan milimétrica. La joven encargada de los apartamentos acompaña a Isabelle Huppert con la excusa que quiere enseñarle algo, ambas se alejan por la carretera con un paraguas e idefectiblemente en el siguiente plano Huppert aparece sola ante un cruce de caminos. Todos los demás elementos "fijos" de la historia que se repiten aparecen con alteraciones (personajes, situaciones), pero este se mantiene y nunca sabemos que ocurre en ese breve espacio de tiempo...

En la tercera iteración lo que le dice es que va a enseñarle el faro, que es lo que Huppert buscaba tras esa elipsis en las dos anteriores. Qué ha pasado con la chica en ese salto, no lo sabemos. Quizá la explicación más simple sea la más adecuada: tras ponerla en camino hacia su siguiente paso (compartido en los tres relatos), desaparece de la historia. ¡Quizá literalmente!
 
Y sí, me ha gustado mucho; a mí me conquistan con lo meta y aquí lo es todo, aunque no se empantana en complicaciones: tres partidas distintas al mismo juego, no tanto versiones de lo mismo como simplemente la introducción de la Huppert como la gran variable en un tablero ya preparado.

No creo que haya un gran discurso narrativo detrás del experimento, ¡ni siquiera que realmente sea un experimento! El espíritu es muy ligero, la excusa de alguien contando historias para ver interactuar socialmente a ese grupito de personajes, con dinámicas que van marcadas por lo que ya sabemos de lo que nos han ido contando... y quizá, en una muy relajada búsqueda de respuestas (¡Ropit! ¿no te pareció que podría ser una peli muy allenesca!).

Relato a relato formamos un puzzle que no sabemos hasta qué punto va a ser fiel a la imagen final (¿hasta qué punto coinciden las tres historias?)... o si importará. Pero el hallazgo es ver la interrelación entre todo lo demás más allá de la Huppert, la complicidad constante con el espectador en la segunda y tercera historias, cuando ya sabemos de qué va la vaina. Porque la imagen del puzzle, el big picture, puede ser tan vaga y ambigüa como las respuestas de un monje convertido en curiosidad turística.

Eso sí, los zooms te vas a hacerlos a tu casa.
 
Todo su cine son variaciones, repeticiones y rimas, en esta (y otras) lo hace completamente explícito.

Allen? Claro! Si yo llegué a él cuando vi un trailer (The day he arrives) y acto seguido leí Allen y Rohmer (en un coreano!).

De este palo meta Oki's movie te va a chiflar (cuando la descifres). Discurso siempre hay en sus películas, lo aleatorio de las decisiones, el capricho del deseo, la toxicidad masculina, ...

Y lo del zoom tiene una justificación narrativa muy lógica, poner énfasis en algún detalle sin cortar la escena para favorecer la improvisación de las conversaciones y las dinámicas que se han creado si la escena le va gustando. No entiendo esa tendencia que tenéis a veces de uniformizar el cine
 
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A lo largo de los días en los que tiene lugar el festival de Cannes se van formando una serie de complots, estructurados en base a un triángulo amoroso y una naciente amistad femenina. Como hilo conductor de los tres últimos films del coreano nos encontramos con una mujer (Kim Min-hee) que, de manera inocente, sacude un matrimonio deteriorado. El componente autobiográfico se hace del todo obvio. Pero aquí de lo que hablamos es de volver al preciso momento del quiebre y reexaminar el instante en el que la herida se abrió. El acto de fotografiar nos permite capturar un determinado momento del tiempo y mirarlo con detenimiento. La caméra de Claire vuelve a esos momentos de diferentes maneras, pero cada vez que se efectúa el retorno entendemos la imagen de un modo diferente.

Todas estas escenas se mezclan en un montaje que no deja claro el orden cronológico de los acontecimientos. Sin embargo, va acumulando una serie de motivos y sentidos a través del choque de tiempos e indagación en los instantes más definitorios de esa breve estancia en Cannes. Poco a poco vamos conociendo el drama de los personajes, íntimamente ligado a la construcción formal que propone el coreano. Observemos cómo un simple movimiento de cámara redefine toda una escena o la manera en la que un zoom amplía y profundiza el espectro de emociones de un instante determinado.

El cine de Hong Sang-soo ha llegado a un punto de depuración evidente. Y el drama adquiere el protagonismo de manera cristalina en On the Beach at Night Alone, con ese personaje femenino en tránsito por un paisaje otoñal que modula cada escena de la película. La figura humana, a veces diminuta, se mueve por un espacio inmenso, que apunta hacia el infinito, con la playa y el mar como motivos habituales en el cine del coreano, que a la vez nos traen la melancolía y el dolor de los días pasados. Un tránsito continuo, de paradas breves en diferentes puntos del mapa, que parece tener como objetivo la huida hacia ninguna parte para dejarnos, en última instancia, a solas con el paisaje.

Ahí están todas las repeticiones y variaciones, en las películas y entre las mismas, pero también los tiempos, que cada vez se hacen más difusos, y los espacios, misteriosos y precisos. El director parece haberse despojado de lo accesorio y le bastan unos pocos elementos, a los que vuelve una y otra vez, para poner en marcha su puesta en escena. Las imágenes no son prisioneras de una idea y su cine nos da todo el espacio del mundo para respirar. En cada corte se esconde un enigma, uno que nos toca descifrar a cada espectador. Y así sentimos que cada encuadre o movimiento de cámara está creando todo un mundo paralelo, con sus propias frecuencias y duraciones. Recordemos el ideal de Cézanne de materializar sensaciones en la propia obra en vez de intentar transmitírselas al espectador. En el cine de Hong Sang-soo, gran admirador del pintor francés, podemos apreciar esto de manera muy intensa.

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y acto seguido leí Allen y Rohmer (en un coreano!).

Sí, es que a los coreanos les gustan las francesas. :diablillo

Y lo del zoom tiene una justificación narrativa muy lógica, poner énfasis en algún detalle sin cortar la escena para favorecer la improvisación de las conversaciones y las dinámicas que se han creado si la escena le va gustando. No entiendo esa tendencia que tenéis a veces de uniformizar el cine

Si entiendo la intención, pero no me pega nada con la estética de las escenas; busca la famosa "mosca en la pared" y de pronto, ¡toma zoomaco! Me saca porque vuelvo a ver que hay un ahí señor detrás. Con lo suave que mete, por ejemplo, el corte de edición para salir de la ensoñación de la Huppert.
 
Pues yo no lo veo un recurso nada forzado en su cine, desde el momento en que se aleja lo máximo posible del preciosismo, no como Allen que, a veces, se pone estupendo con retratos de época. Creo que lo ves con ojos académicos.
 
Descomunal obra maestra esta On the beach at night alone en la que el coreano realiza un ejercicio de introspección absoluta a través del personaje de la que se ha convertido en su amante/pareja en la vida real. Poesía, melancolía y Schubert adornan toda la película, en la que no renuncia por ello a sus habituales conversaciones y las corrientes psicológicas que salen de ellas entre personajes.

Además, un fascinante toque surrealista en forma de personaje añade misterio a una propuesta que salta de continente y que adquiere una belleza plástica extraordinaria gracias al motivo costero y otoñal.
 


"I have to ask about the window wiper in the movie (there is a gag where a random man is seen wiping a hotel window for a hilariously long time). Why was that scene so long? Don’t get me wrong — it was so funny, and I couldn’t stop laughing.

He was my cinematographer in the first part of the movie. I brought two people to Germany: one boom man with a recorder, and the other was the cinematographer. And I had two other assistants. I didn’t bring any male actors. When they arrived I wanted to test the camera, so we went to the park and I let them walk while I was looking at them through the camera lens. Then I told the cameraman, “Can you just go up to the main actors and ask them what time it is, in Korean?” I was holding the camera. I didn’t know it would be the first part of the movie, and I didn’t know how to use it. I was kind of stuck there. I came back to Korea, and I wanted to shoot something. I asked people how they felt about this part I shot in Germany, and they liked it, so I decided to use it as the first part. Then I started shooting something in Gangneung, [South] Korea, and connected it.

And the cinematographer made another cameo in Korea?

Yes. In the second part, the cinematographer was different. I brought the first cinematographer and he already guessed he might be used in a scene again. He had all these costumes — he was expecting it. So I came up with this wiping-window scene."

The Great Hong Sang-soo on Getting Personal in His Movies — and the State of Korean Beer
 
The day after>>>>>>>>on the beach at night alone

Ambas son obras maestras pero creo que merece una adjetivación mas maximilista The day after. Diria que mi favorita de Hong ahora mismo, lo que viene siendo una de las mejores películas de la historia.
 
Vaya joya En la playa sola de noche... Melancólica y doliente como pocas, y jugando sutilmente con el tiempo, la ficción y el sueño. Y ya entrando él de lleno en el dispositivo narrativo. Hasta ahora esos personajes masculinos directores de cine eran una vaga evocación de sí mismo. En este caso su presencia es terriblemente autobiográfica, y -al menos en intento- catártica. Tengo que ver las otras dos de este año... Y ayer en Madrid, oh sorpresa, el cine a reventar (sala pequeña es cierta, pero coño, a tope). Dejo una interesante crítica que me he encontrado
Transit: cine y otros desvíos | En la playa sola de noche
 
Maravillosa crítica de una película eterna, definitivamente de sus mejores, y ya es difícil elegir, que la anterior (Lo tuyo y tú), por ejemplo, también es inmensa.
 
Pues vista THE DAY HE ARRIVES, como decía Ropit vaya fijación con las historias concéntricas, los reinicios, las rimas narrativas... En las otras dos había excusa con el reflejo peliculero o la escritora, aquí directamente va a saco, jugando al desconcierto con la primera rotonda argumental; es el Día de la Marmota con chinos borrachos. Con borrachinos.

Modesta en apariencia, y fascinante.

Ni se duda que el protagonista inventó en off (para no gastar FX) una máquina del tiempo, para volver a su pueblo molando a la gente porque lo de director ya no le llena. Pero solo cae bien a unos foreros, así que estando tibio se va a ver a su ex (ERROR). La timeline dicta que recupere la relación, pero la cobra post-coito provoca un bucle en el continuo espacio-tiempo. Esto lo usa para huir de donde lo llevaba la trama, quedándose para siempre en su pueblo reviviendo las mismas situaciones pero modificando las variables, que inevitablemente serán rebooteadas. Su cabezonería hace que la línea temporal empiece a hacer cosas raras y su ex empieza a aparecer como diferentes mujeres, como si esto fuese City of Death; al final el tipo rompe el bucle saliendo de la propia peli y encontrándose con el director (si no es Hong debería serlo), que le dirige hacia su final dramático, capturado como imagen congelada en el tiempo.


O no, claro.
 
Es curioso porque siempre se le compara con Rohmer, pero en realidad es tan capaz como Lynch de romper la cabeza al espectador.

Ésta es de mis favoritas, aunque la lista se va haciendo muy jodida porque las últimas son sublimes, está on fire ahora.
 
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