Re: Indiana Jones y el Reino de la Calavera de Cristal(CRÍTICAS)
- Nunca nos pondremos de acuerdo y siempre nos fascinará/repulsará a partes iguales esta película. Lo que sí tengo claro es que como otras películas que se vieron afectadas por dificultades técnicas o problemas económicos (en este caso el dinero no fue la causa, es cierto) y que no se pudieron acabar como el director hubiese deseado (un mini ejemplo de otra película de aventuras:"De la Tierra a la luna" de 1958 protagonizada por Joseph Cotten y George Sanders. Podría haber sido un clasicazo y por quiebra de los estudios no hubo fondos para rodar las secuencias que se desarrollaban en la luna), tengo la sensación de que en Indiana Jones IV sucede lo mismo, aunque paradójicamente, reitero aquí el problema no fue de fondos. Algo falla en la película. Hay en ella una pizca de una gran idea, pero sólo veremos esa pizca y pasaremos el resto del tiempo pensando en lo que podría haber sido y no fue.
Hay una parte, pequeña, pero una parte de la película que hubiéramos querido ver desde 1989. Se puede rastrear en secuencias puntuales, como ese momento en el hangar en el que Indy tiene el control y guía a los soldados hacia la caja y por unos segundos, pequeños, volvemos a sentir el mismo misterio que cuando acompañamos a Indy al Pozo de Almas por primera vez, a las cavernas donde reinaba Mola Ram o para superar los tres retos antes de hacerse con el Grial. También en la desencantada conversación con el nuevo rector, cuando desanimados ambos dicen desconocer en qué se ha transformado su país e Indy hace la maleta como tantas otras veces, pero no para irse de aventura, sino ni más ni menos que ¡atención! al exilio de su propio país y por la puerta de atrás. Chapeau al guión en ese momento.
El problema es que luego el espíritu se difumina primero y después desaparece totalmente. Falta... falta... creo que la palabra es
mimo. Falta ese toque final cuando has acabado un trabajo y sin embargo sabes que debes volver a leerlo otra vez para corregir la ortografía y aun así, al final dices: "Venga vamos a leernoslo una vez más".
Ya esta todo dicho, pero sin embargo sentimos la necesidad de volver a hablar de ello, como si así pudiésemos solventarlo. La foto del padre de Indy es de juzgado de guardia. El coste de elegir una foto como Dios manda y ponerla en un marco es una minucia en una superproducción, y sin embargo ¿nadie se dio cuenta (preocupó, le importó lo más mínimo) de que un recorte del teleprogramas iba a cantar demasiado?
Había miles de maneras de planear/rodar la secuencia del campamento y la huida fallida y sin embargo desde que Indy ve a Marion por primera vez y comienza a reir como si hubiera inhalado helio en el dentista, todo se tuerce: "Marion... eh... je... hum". Esa selva decorado, que podría haber salido perfectamente en un episodio de "Bonanza" y la sensación de que en esos momentos de filmación, como diría Marcial de "La Hora Chanante", "no había nadie al volante". Hablando de volantes, esa Marion agarrada al volante en las cascadas, también con cara de inhalar helio es una imagen fija en mi mente.
La secuencia del templo con los esqueletos de los extrate...
interdimensionalenses es confusa. De nuevo se podría haber explicado mejor, mostrarnos más, y no dar la sensación de que se resuelve todo de prisa y corriendo y ¡hala, el platillo y deprisita que se nos casan!
Y volvemos a la falta de mimo. Es la boda de Indy y Marion y van y me encasquetan como párroco a alguien que parece salido de una película erótica checa de los años 80 ¿No había ninguno de esos venerables y risueños ancianos americanos de blancos cabellos que pueblan el cine de época?
Me quedo con ese Indy del hangar y con la magia de las partículas flotando en el aire en busca de la caja magnética y al menos saber que quien supo filmar unos pocos minutos brillantes en toda la pelicula, podría en el futuro (pero que no se duerma, que Harrison está tayudito) esfozarse, tener más mimo y alargar la brillantez hasta 100 minutos y pico, por lo menos.