Interstellar, de Christopher Nolan.

En Contact todo giraba entorno al dilema moral/ético de contactar con los extraterrestres por aquello de que la existencia de vida en otros planetas iba en contra de la religión. En Interstellar el nucleo del argumento se basa en otro dilema totalmente diferente, si merece la pena salvar a la raza humana dejando atrás a los tuyos. A partir de ahí cada película va por caminos diferentes obviamente, y además Interstellar es una aventura espacial 100%, Contact no.

Parecer se parece a 2001, pero a nivel de guion, en cuanto a la ejecución y resultados se parecen como un huevo a una castaña.
 
interstellar_hopes_to_avoid_2001_awards_fate_comp.jpg



:garrulo


no esta sacada de un sitio de humor, esta "foto" la publica un medio serio como El Hollywood Reporter


http://www.hollywoodreporter.com/news/oscars-interstellar-hopes-avoid-2001-748148
Oscars: 'Interstellar' Hopes to Avoid '2001' Awards Fate
 
Excelente artículo sobre Interstellar a cargo de J.M. de Prada en la sección de opinión del ABC de hoy sábado.
Además, en el suplemento cultural, una pequeña crítica de El Resplandor (del propio de Prada) y entrevista a Slavoj Zizek.
 
Lo primero está aquí: http://sevilla.abc.es/andalucia/cordoba/20141115/sevp-interstellar-20141115.html
SOSPECHO que Christopher Nolan pretendía (y, desde luego, los que cortan el bacalao así nos lo han hecho creer) que su nueva película, Interstellar, fuese un hito de la ciencia-ficción «trascendente», en la estela de 2001: una odisea del espacio o Solaris; pero lo cierto es que le ha salido una versión pelmaza de Gravity. Cuando describimos Interstellar como pelmaza no queremos decir tan sólo que sea aburrida, que lo es por arrobas, sino también que es fastidiosa y cargante, entreverada de morcillitas seudocientíficas, para deslumbramiento de la parroquia geek, que no son sino cháchara altisonante para epatar palurdos. Por momentos, parece que el guión de Interstellar lo hubiese escrito un Hawking en plena resaca de anisete, tal es su empacho de cosmología especulativa, su utilización pachanguera de las ecuaciones de Einstein, su desprecio de la indeterminación cuántica, su morralla abracadabrante sobre viajes en el tiempo, agujeros negros y agujeros de gusano. Y conste que con tales elementos pueden tejerse (y, de hecho, se han tejido) maravillosas historias; lo enervante de la película de Nolan es su pretensión petulante de «rigor científico», que la hace oscilar entre la aridez y el ridículo, con creciente propensión hacia el segundo extremo, a medida que avanza el metraje, largo como un día sin pan.

No hace falta ser un lince para descubrir que Nolan es un tipo con un caos mental importante; y me atrevería a decir, incluso, que por ello mismo se ha convertido en uno de los cineastas más idolatrados de nuestra época, cuyo panorama mental se parece bastante a una empanada de berberechos. En su cine siempre hay pacotilla disfrazada de trascendencia, soplapolleces servidas muy embrolladamente, puerilidades engalanadas de sofisticación, como de lector de recuelos del Reader’s Digest que se hace pasar por niño prodigio, sabio clarividente y artista visionario, todo en uno (aunque todos sus regüeldos, a la postre, siguen apestando a recuelo del Reader’s Digest). A veces, Nolan sirve sus pacotillas con perifollos visuales y alambicamientos argumentales que los convierten en brillantes engañabobos (pensemos en Origen); pero otras se olvida del aderezo y el oropel y la pacotilla resulta árida e irrisoria, una plasta indigesta aderezada con una turra intempestiva de versos de Dylan Thomas y diálogos sonrojantes, como de almanaque para gafapastas con almorranas (en Interstellar hay, entre otras perlas de la digresión soporífera, un diálogo con pretensiones tarkovskianas sobre el amor que merece figurar en cualquier antología de la farfolla), resuelta al modo más chapucero, con un torpísimo montaje paralelo que hubiese hecho cortarse las venas, por desesperación o melancolía, a un David Ward Griffith que volviese para comprobar la vigencia de su legado.

En el fondo de esta gran gayola geek (en la que nunca se alcanza el orgasmo, por impotencia creativa) subyace el empacho de seudociencia propio de una época huérfana de ciencia: la física sin metafísica, la antropología sin teología, etcétera. Por eso allá donde en las películas de Kubrick o Tarkovsky anidaba el secreto de una entidad trascendente (¿acaso Dios?), en Interstellar sólo hallamos la autosuficiencia del hombre, convertido en fatuo diosecillo de sí mismo. Y es que, como decía Pasteur, poca ciencia nos aparta de Dios, pero mucha nos devuelve a Él; y al olmo idolatrado por una época con catadura de empanada de berberechos no se le pueden pedir divinas peras.

Huelga añadir que Interstellar ya ha sido entronizada como un gran hito del cine de nuestra época.
 
Pues no sé qué tiene de excelente, todo lo que dice lo han dicho muchos ya, pero ninguno con su prosa de urgencia repipi.
 
Es que el artículo no sólo está sobadísimo por cualquier crítica al azar de hater de manual, sino que además es reaccionario de la peor calaña.

Y siguen insistiendo con Kubrick y Tarkovsky, cuando no es más que un divertimento.
 
La vi ayer en una sala Imax. Sólo algunos apuntes:

¿Hacen falta 3 horas para ésto? :mmmh
El personaje del hijo... menudo PRINGAO, pobre. ¿A nadie le da pena? Joder, es el marginado del universo y tal como entra, sale de la peli y ni por ahí te pudras.
Aparte de la escena de los mensajes que lee Mateo después del planeta de agua, la peli no alcanza lo que se propone a nivel emocional en ningún momento.
Lo de Kubrick y Tarkovsky lo entiendo, si es que hay escenas clavadas (pero en mal).
La mezcla de sonido, VAYA TELA :fiu
Pues eso, intrascendente. Next.
 
A mi lo que me hace gracia es que se hable de "rigor científico" al hacer criticas de esta película. Por lo pronto la premisa de la que parte (sube el Nitrógeno, baja el Oxigeno) es imposible tal y como la plantean. Y aunque bajase el Oxigeno se puede generar a partir del agua de mar por ejemplo. Y después la película esta llena de incongruencias como que la nave que usan necesite un lanzador/cohete (y encima clasicorro, por etapas) para salir de la orbita terrestre, mientras que del planeta de las olas (con un 120% de gravedad terrestre) sale a pelo. Las olas tal y como salen son imposibles, el desfase en el planeta de las olas (1 hora dentro, 7 años fuera) implicaría que el planeta estuviera dentro del agujero (o lo que es lo mismo, que estuviera destruido), etc, etc, etc.

En la recreación del agujero negro y agujero de gusano si hay bastantes aciertos básicamente porque Kip Thorne esta detrás de todo. Pero en el resto hay mucha mezcla de cosa reales e irreales. Y ojo, no es una critica a la película en si, para empezar ni tan siquiera dicen la fecha en la que están precisamente para poder tomarse licencias varias.
 
Ayer pillé por azar el Truco final ése y vaya jodida majadería. Mira que aquí está Mathew pero es que ni con ésas. No me apetece.
 
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