Si no pueden las empresas rivales contra iPhone que compitan por hacerlo.
Eso es precisamente lo que intentan, y en mercados como el de USA es algo imposible de conseguir por un concepto básico de gestión empresarial: la posición dominante.
Esto es como cuando Telefónica era "la telco" y todos comprábamos sus servicios. En ese caso, la posición dominante de Telefónica tenía una explicación; el hecho de ser "el incumbente" en el país, con una regulación que le obligaba a desarrollar la red y las infraestructuras. Durante mucho tiempo fueron los únicos que podían vender, hasta que a alguien se le ocurrió liberalizar la comercialización y permitir que otros desplegaran infraestructuras gracias a la introducción de la telefonía móvil en un proceso que ya hemos visto cómo ha acabado, con pocos competidores, pero con la necesaria competencia para que los consumidores tengamos para elegir y que consigue que los proveedores se vean obligados a ajustar sus precios para competir. Y así ganamos todos en lugar de ganar solo uno.
En el mundo de la energía eléctrica pasa algo parecido, aunque aquí la cadena de suministro es generación > transporte > distribución > comercialización. La generación tradicionalmente ha sido cosa de las grandes, pero poco a poco se enfrenta a una realidad en donde las renovables cambian el escenario. El transporte en alta tensión está completamente regulado y solo hay una compañía (Red Eléctrica Española, ahora Redeia) que se encarga de ello, y las distribución desde la media a la baja tensión que usamos en nuestros hogares está reguladas por el estado y repartida entre unas pocas compañías de las grandes que reciben ayudas del regulador para el despliegue de la infraestructura necesaria. Lo que vemos los consumidores es solo la energía que consumimos, y su comercialización está liberalizada y controlada por la comisión nacional de los mercados y la competencia (CNMC), con muchísimas comercializadoras que compran energía para venderla y basar su modelo de negocio en el margen de intermediación. En un contexto de precios estables, eso funciona, pero con un sistema de fijación de precios marginalista, la subida de precio del gas - fundamentalmente por la guerra en Ucrania - rompió el modelo de negocio de todos los que solo se dedicaban a intermediar, y la realidad es que en los últimos años cientos de comercializadoras han desaparecido. Ahora tenemos básicamente a las grandes de siempre, que además se ven amenzadas porque las petroleras también quieren parte del pastel y están apostando por la energía eléctrica, comprando carteras de clientes y acaparando parte del mercado con ofertas agresivas, incluso vendiendo por debajo de su precio de compra ya que se lo pueden permitir.
El mundo de los móviles es algo distinto, aquí no hay un regulador que marque las reglas del juego y Apple tuvo la visión de cómo esto evolucionaría y creó no solo un ecosistema basado en hardware propio y servicios alrededor de ese hardware, sino todo un modelo de negocio que permitía la adopción rápida de esas nuevas tecnologías a cambio de llevarse una sustanciosa parte del pastel. A nadie le importó en un principio porque nadio salvo ellos vio el potencial del negocio. Ni siquiera la propia Google fue capaz de verlo, olvidándose del hardware salvo experimentos iniciales con los Nexus, dejando que el mercado se fuera desarrollando sobre la base de sus innovaciones con Android y otros productos y servicios, siempre en un modo experimental, con soluciones que lo mismo aparecían que desaparecían, y tratando de que fueran otros los que lo implementaran en sus productos licenciado sus soluciones, y ahí el mercado asiático estuvo hábil para copiar lo que funcionaba, en Apple o donde fuera, a veces de forma descarada e invirtiendo en marketing cuando otros estaban invirtiendo en I+D.
La realidad es que el mercado de los móviles está saturado, y ya no aparecen innovaciones que justifiquen que cambiemos de terminal para sostener un modelo de crecimiento similar al del pasado. Esa es la cruda realidad, y en lugar de reconocerlo y aceptar que esto es así y que es una evolución natural tras la adopción masiva de una tecnología, los fabricantes, sus lobbys y los estados, están a la búsqueda implacable de culpables, intentando destronar a quien tiene la posición dominante en un mercado que en su día no se reguló.