Bueno latrescuatro, Branagh también tiene a sus espaldas unas cuantas "pelis de encargo":
Morir todavía,
Frankenstein,
La huella,
Thor y
Jack Ryan. Aunque las tres primeras al final las acabara llevando a su terreno para convertirlas en productos muy personales, pero una cosa no quita la otra: que Scott tenga que hacer pelis de encargo no es excusa válida para tirar la parte artística de los proyectos por el retrete (y si no, fíjate también en las "pelis de encargo" de Coppola, ya podían afrontar todos los directores los proyectos alimenticios como él).
Por otra parte es cierto que la carrera de Branagh en el nuevo milenio ha sido bastante más discreta que su trayectoria en los 90, aunque realmente lo ha sido más a nivel mediático que a nivel artístico. No podemos olvidarnos que en los años 90 Branagh rodaba a ritmo de peli por año, lo que ayudaba a que siempre estuviera en el candelero. Asimismo, en los 90 el
boom de adaptaciones de Shakespeare fue brutal, y es normal que en ese contexto Branagh destacara como "el rey". Pero
Hamlet le dejó exhausto y decidió tomarse un descanso para preparar con más tranquilidad sus tres próximos Shakespeares: un
Trabajo de amor perdidos musical, un
Como gustéis japonés y un
Macbeth ambientado en Wall Street. Pero cuando estrenó el primero de ellos, la fiebre por Shakespeare había acabado (ahora la que empieza estar de moda es Jane Austen), los musicales estaban de capa caída (
Moulin Rouge! y
Chicago aún no habían hecho acto de presencia) y el tremendo fiasco comercial de su película más arriesgada le llevó a retirarse una época de la dirección y dedicarse exclusivamente a la interpretación.
Puede que en el fondo Branagh sí que sea el nuevo Orson Welles: no olvidemos que tras sus brillantes comienzos, la industria de dejó de lado, y casi todo el resto de su carrera tuvo que dedicarse a rodar pelis a cachos en países del Tercer Mundo (incluyendo España
) con las pesetillas que se iba ganando interpretando en pelis de otros.
Es cierto que Branagh no ha dirigido, ni posiblemente vaya a dirigir nunca, dos películas tan influyentes y capitales para el devenir de la historia del cine como
Alien y
Blade Runner, pero como ha dicho Sorel, si comparamos los recorridos profesionales de ambos, creo que no hay color, y que el amigo Kenny gana a Ridley por goleada, y es que la carrera de Scott de las dos últimas décadas y media es LA NADA. Puede que Branagh no tenga ninguna "matrícula de honor" en su carrera
(1), pero su trayectoria de los 90 es sobresaliente y la de los 2000 es notable. Scott, más allá de haber firmado un gran debut y dos de las mejores películas de ciencia ficción de la historia no ha vuelto a hacer nada verdaderamente reseñable desde un punto artístico.
Vale que las últimas obras de Branagh no están a la altura de sus mejores películas, pero las magníficas puestas en escena de
La flauta mágica y
La huella atestiguan que sigue siendo uno de los grandes.Otra cosa es que los libretos no siempre estén a la altura de Shakespeare o que no hayan repetido el éxito de sus cintas de los 90 debido a la radicalidad de las propuestas (
Trabajos de amor perdidos), la pesada sombra de los clásicos (
La huella), la deficiente distribución (
As You Like It) o apostar por géneros difíciles para el gran público (
La flauta mágica).