Entrevista de El Pais:
P. ¿Tiene arrastre el discurso independentista catalán en Dinamarca?
R. Personalmente, no creo que Europa pueda construirse sobre la base de las demandas identitarias: me parece una idea de otro siglo. Ese tipo de movimientos conduce al lugar equivocado: a una balcanización que debería asustarnos. Hay que tender puentes y construir: es necesario una desescalada en este conflicto. Con discursos como el de Puigdemont ocurre lo contrario.
P. ¿Es casualidad que aparezca en Copenhague el día que le declaran candidato a presidente?
R. Nos ha tomado como rehenes de su circo. Puigdemont es muy hábil presentándose como víctima del Gobierno español. Nosotros no le invitamos.
P. Su entorno lo ha sugerido.
R. Nos pidieron hospitalidad y se la dimos, pero no le invitamos. La Universidad debe ser un lugar de debate, pero si no le hubiéramos hecho preguntas difíciles esto hubiera sido pura propaganda.
P. Como experta en política europea, ¿cree que se puede declarar la independencia con un 50% de los votos?
R. Con esas cifras no deberían darse según qué pasos. Es muy problemático hacer política basándose únicamente en encuestas y referendos. La democracia supone pasar por las urnas, pero respetar también las reglas y el Estado de derecho: esa es la gran diferencia entre el referéndum escocés y el catalán.
P. ¿Ve comparables la situación de Polonia y la de España, como subraya Puigdemont?
R. Creo que esa comparación es completamente injusta. Puede haber críticas a Rajoy y no seré yo quien defienda la violencia. Pero la situación no se puede comparar, ni mucho menos, con la de Polonia.