El separatismo se pone nervioso
De exigir “grandes mayorías” a conformarse con lo justito.
Mai quatre gats cridaners havien tingut tant suport dels polítics i dels mitjans
Artur Mas empezó diciendo que “el proceso de independencia hay que hacerlo con grandes mayorías“. En los últimos días estamos viendo qué entiende el nacionalismo por esas “grandes mayorías“.
CiU va rebajando el listón. Hace un año, Joana Ortega (sisplau passi pel catalanitzador de cognoms) consideraba necesaria una participación del 68%, como en las últimas elecciones autonómicas. Ahora Rull (el amigo de Turull) dice que con el 55% de participación sería suficiente para obtener la legitimidad interna y reconocimiento internacional.
Sus amigos de ERC no están tan convencidos del entusiasmo que la martingala despierta en los catalanes y dan por buena una abrumadora participación del 37%. (Pro memoria: sólo el 49% del censo votó el último Estatut. La Constitución obtuvo una participación del 67% -en Cataluña casi el 68%-. En las últimas europeas votó el 47% del censo catalán).
La comunidad internacional lo tiene más claro. Tras la guerra de los Balcanes, en los procesos de independencia de Croacia o Eslovenia se fijaron unos compromisos políticos para que la participación fuera de 2/3 (66%) y que la mayoría a favor de la separación fuera del 60%. Se primó la estabilidad política y la legitimidad, consensuando que para el proceso constituyente no podía considerarse suficiente una mayoría del 51%, porque reflejaría la división profunda del país que se pretendía construir. En Montenegro se estableció un mínimo de participación del 55% y la UE exigió al menos el 55% de votos favorables. Tras décadas de conflicto armado, para la separación de Sudán del Sur y de Timor Oriental se exigió como una participación y mayoría mínima del 60%.
Otra cuestión importante es la pregunta. En Canadá, el país occidental más experimentado en las lides separatistas, la Clarity Act exige una pregunta clara, directa y fijada por el Parlamento canadiense. Aquí son 2 las preguntas que se sacó de la manga el sr.Mas cavilando en su despacho el día de la Constitución. Y pactadas sólo con los partidarios del “volemvotar”, al resto de catalanes que els bombin.
Tan engañoso y chapucero es el sistema inventado por los nacionalistas que aunque a las dos preguntas votara afirmativamente el 70%, el resultado sería un insuficiente 49%. Lo explicamos en su momento aquí, es difícil de digerir pero son simples matemáticas. Ya pueden imaginarse que los nacionalistas se enrocarían para seguir dando la tabarra unas décadas más.
Y todo ello sin contar las trampas del censo, en el que los nacionalistas quieren incluir a los mayores de 16 años e inmigrantes.
En la ya antológica entrevista en la CNN, Mas reconocía por primera vez que la mayoría de catalanes no apoya la secesión. Nosaltres ho sabem des de sempre. El separatisme d’ara és fum per defugir la responsabilitat del nacionalisme en la ruïna de Catalunya. I democràcia no és només votar (també voten a Cuba), és que tots -polítics els primers- estiguem sotmesos a la llei.
Separatistes, no us poseu nerviosos i mostreu més respecte a la intel-ligència dels catalans!