Respuesta: La Diada 2012, un antes y un después?
Hay que reconocer la habilidad del independentismo. Esa cualidad de ir ,de manera soterrada, modelando la paciencia, la conciencia y la realidad. Es loable ,desde luego, su fiabilidad para conducir a una gran parte de la población hacia un objetivo. A toro pasado, ,puede que consciente o inconscientemente, se puede concluir que han logrado crear frustración y malestar en ambos bandos de manera eficiente. Da igual si detrás de sus movimientos han habido verdades o manipulaciones. Lo cierto es que han obtenido resultados. Y me jode que hayan sido tan listos. La situación ahora es apurada. Nadie saldrá ileso. Es más que probable que la independencia no se consiga ,por extraordinariamente compleja, pero el daño ya está hecho. Han conseguido que cada vez caigamos peor y que cada vez los españoles, ese enemigo invisible, caigan igual de mal.
Ese concepto. Los españoles nos roban. Qué frase esplendorosa. Los españoles. Sin cara ni ojos. Una sociedad, la nuestra, con una urdimbre común entretejida hasta las entrañas, hasta las trancas, en la picota por una frase que ha ganado adeptos. Sólo es entendible porque la gente lo pasa mal, llega con dificultades a final de mes, todo le cuesta más y el hecho de que le pongan un enemigo físico, identificable, le facilita las cosas. Sólo porque cree que el hecho de identificar al supuesto responsable de los males acabará con ellos. No necesita más.
Porque al final el auge del independentismo no es más que eso. Padecer los males económicos actuales y el miedo a tiempos peores. No es cosa de identidad nacional, que muchos la tienen aunque sea de manera forzada, porque está siempre ha existido y el movimiento no había crecido tanto. Es más una cosa de números.
Hace muchos años que se habla de independentismo en Cataluña pero nunca era un movimiento masivo. Demasiados descendiente de españoles viviendo en Cataluña. De hecho la inmensa mayoría de la población. Ni siquiera un partido profundamente catalanista como Ciu tenía el valor de dar ese paso, a sabiendas que muchos de sus votantes eran esas mismas personas. Ni tímidamente se acercaban a esas posturas. Hoy, si ha cambiado, no es por cuestiones identitarias, es por cuestiones económicas. Y me lleva a reflexionar sobre el valor que tienen esas motivaciones. Y si esas motivaciones llevarán , hipotéticamente, a la independencia, ¿qué impediría revertir la independencia si económicamente la cosa va a peor? Se está jugando con fuego. La democracia tiene su lado oscuro. La inestabilidad, la manipulación de la información, el entorno, las corrientes de opinión y sus vaivenes.
Es aceptado por los juristas que no todas las leyes han de tener el mismo rango. Unas han de necesitar un quórum y otras otro. Por eso aprobar una ordenanza municipal no puede necesitar el mismo apoyo que una constitución. Las cosas de peso, la constitución de un estado, sus leyes que conforman la espina dorsal, deben estar protegidas de esos vaivenes de opinión, de las corrientes de moda. No se puede levantar un estado queriendo ser monárquico y por un escándalo de la monarquía querer ser republicano y por que se casa el príncipe haya un auge de la monarquía y porque hay un descontento económico se quiera ser independiente y pobre gane España un mundial salga toda Barcelona a la calle y se sienta española. Se requiere seriedad, sentido común y mucha , mucha estabilidad. La economía necesita por encima de todo, seguridad. Y esta la da la estabilidad. Los mercados lo saben y castigan si no se tiene.
Por eso el momento es inoportuno y a la vez el independentismo sabe que será su única oportunidad. Si no lo consigue ahora no lo conseguirá nunca. Tiene el nido donde producir independentistas en sus manos y esta echando el resto aunque se lleve todo por delante. Le da igual que esto quede reducido a cenizas, cadáveres y desolación. Tiene fijación por la independencia como concepto. Porque en el fondo independientes ya somos. La identidad catalana esta definida y es detectable. Los iconos culturales, lengua y costumbres están protegidos, fomentados y extendidos y hay administraciones politicas propias fácilmente identificables. Lo que se ha quedado el estado central son las competencias que afectan al común de los españoles y la ue se ha quedado las que afectan al común de los europeos. Las líneas que definen lo que es independiente o no son difusas. Se ha renunciado a mucha autonomía de decisión por un bien mayor. Aquí estamos jugando a otra cosa.
Se trata de nomenclatura, no de independencia real. Se trata de dinero. De creer que tendremos más para repartir si no le tenemos que dar a España, de que creer que no pagaremos los peajes si somos independientes, de que tendremos ordenadores gratis, y universidad gratis, y sanidad gratis y que no habrán listas de espera y no sé cuantas cosas más gratis. Y si la gente se lo cree esto seguirá dando coletazos.