Nuestro adversario es el estado español. Debemos tenerlo muy claro. Debemos tenerlo muy claro. Y los partidos españoles que hay en Cataluña, como Ciudadanos y el Partido Popular. Que no se debería decir Partido Popular de Cataluña, sino Partido Popular en Cataluña... Por tanto, estos son nuestros adversarios. El resto somos el pueblo catalán (sic). Y el resto somos los que conseguiremos la independencia. ¡Viva Cataluña libre!
Carme Forcadell, cuando era presidenta de la Asamblea Nacional Catalana
Esto es el fascismo puro y duro. Lo vimos en varios países europeos el siglo pasado y lo vemos ahora en Cataluña. En sí, que existan personas filonazis como ella no es ningún problema; exponen sus ideas y a otra cosa.
Pero Carme Forcadell fue elegida presidenta del parlamento catalán. Y lo fue, legalmente, con los votos de una parte de los catalanes, lo que ella llama el pueblo catalán, como si los que no piensan como ella no existieran. Allí incumplió, primero, las propias leyes del Estatuto de Autonomía de la comunidad, y después permitió que se proclamara la independencia de Cataluña, saltándose a la torera la Constitución Española.
Nos guste o no, ésto es lo que hay. La cuerda ya no está tensa: se ha roto. Se ha roto, además, entre los propios catalanes. Y las elecciones del próximo 21 de diciembre, gane quien gane, no van a cambiar la mentalidad de la gente. Hasta ahora, afortunadamente, no ha habido muertos, y esperemos que siga así. Pero puede haberlos en el futuro. Entonces intervendrá el ejército, y cuando lo haga habrá una guerra civil en Cataluña y, o bien los independentistas consiguen su anhelada nación, o se esparcirán por el mundo como ya hicieron miles de catalanes en 1939.
En cualquier caso, un desastre.