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Algunos de los episodios más agresivos tuvieron lugar en Sant Esteve de les Roures, donde "uno de los manifestantes que ya había agredido a otros agentes aprovechó la caída de uno de ellos, que quedó totalmente indefenso para propinarle una brutal patada en la parte posterior de la cabeza". En este mismo lugar, el conductor de una motocicleta intentó atropellar a un policía y robarle el arma reglamentaria.
Pero es que "un varón desconocido aprovechó el hueco existente entre dos contenedores para impulsarse e impactar con una patada en la cabeza de un agente de la guardia civil". En Sant Carles de la Ràpita se produjo un lanzamiento de piedras contra los agentes y los vehículos. Por su parte, en Vic llegaron a rodear las instalaciones policiales 2.000 manifestantes impidiendo la salida no sólo de los agentes sino de sus familiares.