Euro, y más
Lunes, 19 de Mayo de 2008 - Santiago Niño Becerra
El aniversario del euro trae comentarios, pareceres, simulaciones: si esto habria sido asi...si habria sido de aquella manera. Cuando se implantó el euro muy pocos fuimos los que dijimos que para España iba ser bueno pero que la bonanza que el euro iba a traer se pagaría con sangre.
Una de las características de las áreas monetarias es la de que los precios tienden a igualarse; si la productividad de los miembros es elevada no se produce inflación, si no lo es, los precios se disparan. Eso es lo que ha sucedido en el reino: una productividad patética, muy influida por un PIB de bajo valor, ha provocado incrementos espectaculares de precios. ¿Cómo lo vamos a solucionar?, pues con desempleo del factor trabajo, con menos consumo, con parón de actividad económica, es decir, con más crisis que los demás.
¿Una de las manifestaciones de todo lo que ha estado pasando?: la construcción, claro. Las promotoras, las inmobiliarias no están de acuerdo con las palabras del ministro Solbes (‘que cada palo aguante la vela que le toca’; pienso que el Sr. Solbes es culpable de no haber dicho ni pío ante el desmadre que se estaba montando en la construcción, pero esa es otra historia). ‘La cosa está muy mal’ ha dicho el Sr. Guillermo Chicote, presidente de la patronal de las constructoras (El País 10.05.2008, Pág. 20); sí, Sr. Chicote, está muy mal porque ha estado muy bien, porque de aquellos polvos -de aquí y de allá- son estos lodos, y el Estado cada vez va a recaudar menos pasta para ayudar a los constructoras y a quien sea. De todos modos, consuélese. Estuvo bien mientras duró: otros no han tenido ni siquiera esos años.
Y el G-14, pues sí, pide ayudas al Banco de España al igual que otros se las han pedido al Bank of England. La diferencia es que the UK tiene, de momento, con que ayudar, y aquí, en el reino, no hay con qué, y aquí volvemos al tema del euro.
No cambiamos de tema: la postglobalización: todo es lo mismo. Citigroup, AIG, UBS, son más, serán muchas más, ¡muchísimas más!. El problema, atención, es que no existe ni un solo activo, o prácticamente ninguno, que no esté contaminado.
Hasta Diciembre del 2007 se vendió la idea de que los negocios que en el mundo mundial se habían hecho y que se estaban haciendo eran de dos tipos: buenos y malos, es decir, no contaminados y contaminados; la solución, por tanto, era eliminar los malos del mismo modo que se extirpa un absceso infectado y resistente a los antibióticos; pero enseguida se vio que el problema no era ese (pienso que se vio desde siempre, pero …).
La realidad es que ‘lo malo’, negocios tipo subprime, se utilizó para hacer negocios ‘buenos’, y, también, los fondos obtenidos en negocios ‘sanos’ se utilizaron para apoyar negocios ‘enfermos’. A esto añadan un apalancamiento estratosférico y lo que sale es … un cáncer. Hoy el sistema financiero -todo: euro, dólar, futuros, subprime, …- la economía del planeta, padece un cáncer que se ha metastitizado por todos sus rincones. Ya no es posible decir: ‘esto está contaminado’, ‘aquello es sano’, ya que todo está afectado por ‘el mal’ porque ‘el mal’ ha sido el elemento que ha posibilitado el crecimiento. En otras palabras sin lo que ha sucedido y que nos ha causado ese cáncer, no hubiéramos crecido como lo hemos hecho; perverso, ¿verdad?.
Evidentemente, la solución no reside en bajar los tipos de interés, en nacionalizar un par de bancos, o en subastar unos cuantos miles de millones de liquidez extra; la solución pasa por cambiar la estructura: barrer casi todo y rehacer casi todo. El problema es que eso sólo sabemos hacerlo a partir de una crisis.
Con el empleo del factor trabajo sucede algo parecido: mientras fue necesario que muchas/os trabajasen mucho y consumiesen lo máximo posible, el tratamiento del empleo fue uno, ahora que lo que sobra es población activa, ahora, que día a día crece el excedente del factor trabajo, es otro. M. Trichet dijo el Viernes que si se eliminan las rigideces que afectan al mercado de trabajo, el empleo aumentará. M. Trichet sabe de sobra que las empresas contratan según necesidad, si dice lo que dice es porque ahora el tratamiento del empleo ya es otro. Como decía antes: sólo sabemos hacerlo a partir de una crisis. (Para recordar la conceptualización del empleo de antes: por ejemplo: “Working Class Hero”, de John Lennon:
http://www.youtube.com/watch?v=njG7p...eature=related).
De momento estamos como esas personas a las que se les diagnostica un cáncer y no quieren aceptarlo: no se está aceptando lo que le está sucediendo al sistema financiero, y se desea creer que fórmulas mágicas solucionarán el problema. Dos años, eso es lo que va a durar este período de convencimiento: hasta el 2010, después, a empezar de nuevo. (La mejoría del Verano, nada: pólvora del rey, salvas de honor, fuegos de artificio). A partir de Noviembre se empezarán a ver las cosas claras.
Santiago Niño Becerra. Catedrático de Estructura Económica. Facultad de Economía IQS. Universidad Ramon Llull.