La Monarquía - Reinado de Felipe VI

Claro, también podríamos hablar sobre la razón de ser del inimputable, la inmunidad o el aforado. ¿Quién y por qué tiene interés en que a determinada persona no se la pueda juzgar o que la juzgue un tribunal especial? Me lo expliquen.

¿Desprotección jurídica? Pues anda, la misma que tú y yo.
 
No estoy diciendo que el Rey tenga desprotección. Estoy hablando de los que se quedan en desprotección por el asunto de que el destinatario de sus demandas es el Rey.

Republicanos
ESPERANZA AGUIRRE
Día 09/06/2014 - 20.55h
«La idílica república de las libertades, que parecen añorar algunos (por lo general muy desconocedores de la Historia), prohibía no solo las manifestaciones a favor de la monarquía, sino hasta el uso de cualquier signo que pudiera identificarse con ella»


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La abdicación del Rey ha hecho que algunos partidos de izquierda resuciten la reivindicación republicana. Ya que se habla tanto de república, es bueno recordar a los que sacan del armario su republicanismo que la Constitución de la II República de 1931, a diferencia de la actual, no se sometió nunca a referéndum y que, en su elaboración, la mayoría del Congreso de los Diputados se negó a consensuar nada con la minoría.

También hay que saber que las Cortes Constituyentes de 1931 aprobaron una Ley de Defensa de la República que, en su artículo 1. V, prohibía expresamente «la apología del régimen monárquico o de las personas en que se pretenda vincular su representación, y el uso de emblemas, insignias o distintivos alusivos a uno u otras». La idílica república de las libertades, que parecen añorar algunos (por lo general muy desconocedores de la Historia), prohibía no solo las manifestaciones a favor de la monarquía, sino hasta el uso de cualquier signo que pudiera identificarse con ella. Mientras que la actual Monarquía constitucional que nos dimos los españoles en 1978, gracias a partidos como, entre otros, el socialista y el comunista, permite, lógicamente, cualquier manifestación pacífica en favor de la república.

Por eso, convendría preguntar a los nostálgicos de la II República y a los que agitan su bandera si, en el improbable caso de que la restauren, piensan meter en la cárcel a los que se manifiesten a favor de la monarquía o a cualquier ciudadano que lleve, por ejemplo, una camiseta con la imagen del Rey, porque el texto de la ley republicana, se mire como se mire, es un atentado frontal a las libertades más esenciales.

Desde las elecciones europeas la izquierda está representada por tres partidos. Un partido marxista de estilo bolivariano que ha recogido los votos de buena parte de los «indignados» y de los movimientos antisistema, Podemos. Los herederos del PCE que están en Izquierda Unida o en su variante catalana de ICV. Y el PSOE, que, desde Felipe González hasta hoy, puede ser considerado como un partido moderado de izquierda.

Podemos, como no existía, no participó en la elaboración de la Constitución Española de 1978, pero PSOE y PCE fueron protagonistas esenciales del consenso al que llegaron todas las fuerzas políticas para lograr que, por primera vez en la Historia de España, un texto constitucional fuera admitido por todos los partidos y no se convirtiera en arma arrojadiza de unos contra otros.

Uno de los consensos más meditados entonces fue el de la forma de Estado. Es verdad que socialistas y comunistas siempre se habían declarado republicanos. Sin embargo, unos y otros aceptaron la monarquía parlamentaria como forma del Estado en la España democrática con el sólido argumento de que lo fundamental era conseguir que España tuviera un régimen impecablemente democrático. Y todos sabían que hay repúblicas tiránicas, como Corea del Norte o Cuba, y monarquías ejemplares, como Inglaterra o los países nórdicos. Y, dado que el Rey Juan Carlos era el principal impulsor de la recuperación de la democracia, que la monarquía enlaza con nuestra Historia y, además, tiene la ventaja de sacar la Jefatura del Estado del debate partidista, comunistas y socialistas aceptaron lealmente la monarquía parlamentaria como forma del Estado, y así quedó consagrada en la Constitución de todos.

Que un partido antisistema como Podemos quiera acabar con la Constitución no puede sorprendernos, pero ¿por qué los herederos del PCE de la Transición, el de la rueda de prensa de abril de 1977 con la bandera de España, y algunos socialistas quieren romper ahora el consenso constitucional que tanta libertad ha proporcionado a los españoles?

El Rey Juan Carlos, en los casi 39 años de su reinado, se ha atenido, en todo momento y en todos sus actos, absolutamente en todos, al cumplimiento más estricto y escrupuloso de la Constitución, con una fidelidad, una lealtad y una neutralidad admirables. Los testimonios de los líderes más importantes de la izquierda, como Santiago Carrillo, Felipe González, Alfredo Pérez Rubalcaba o José Luis Rodríguez Zapatero, lo atestiguan. ¿Por qué, entonces, esta ofensiva antimonárquica, precisamente en un momento en el que Don Juan Carlos ha mostrado una vez más su generosidad, su patriotismo y su sentido del Estado, y en el que Don Felipe encarna la ilusión y la esperanza de trabajar con fuerza renovada por la libertad y la prosperidad de los españoles?

Es de desear que los socialistas, que han mantenido una lealtad ejemplar hacia la Corona durante los últimos 35 años y que con Don Juan Carlos en el trono han gobernado más tiempo que nadie y más que nunca en toda su historia, mantengan su compromiso con el consenso constitucional y abandonen la tentación que algunos puedan tener de seguir la onda de los comunistas y los antisistema.

No deben caer en el error que cometieron en Cataluña cuando se empeñaron en travestirse de nacionalistas. Fue un error moral, por supuesto, pero, además, fue un error político de fondo que, como hemos visto, les ha llevado a una inimaginable pérdida de votos. Porque los electores siempre prefieren los originales a los sucedáneos. Y puestos a ser antisistema, siempre preferirán a los chavistas de Podemos.

ESPERANZA AGUIRRE es presidenta del PP de Madrid

http://www.abc.es/espana/20140609/a...s&utm_content=uh-rss&utm_campaign=traffic-rss
 
¿Y el sarao que han montado con la visita del presidente mexicano? :hala Joder macho, estamos que lo petamos. ¡Qué pompa, qué trajes (esas bandas amarillas super fashion), qué manera de agasajar! Que a santo de qué, ¿lo hacen en todas las visitas oficiales? En fin. Pedazo fiestuqui.
 
Plantilla en dimisión, por ahora:

Monteys
Fontdevila
Bartual
Vergara
Paco Alcázar
Isaac Rosa
Guillermo
Luis Bustos
Malagón

Y se rumorea también a Rubén Fernández y Maite Quílez.

Te cagas.

Añade a Mel (Genaro)

Y Bea Tormo

Y Azagra (30 años en activo en la revista, se dice pronto)

Sumad a Pepe Colubi.

Parece que también lo deja Lalo Kubala.

Ya van catorce...

+
El veterano Ágreda
Gras
Ricardo (Ricardo Peregrina)
Paco Sordo
Iu Forn
Asier y Javier


Sí que deben estar avergonzados de sacar una portada con un chiste malo.
 
Encimas de esa viñeta, en el periódico viene esto.

DOS OLIGARCAS, MUCHAS MENTIRAS

HERMANN TERTSCH

Las mentiras de esta democracia son hoy ya mayores que las mentiras del franquismo. Amplificadas y multiplicadas en los medios

Las mentiras de esta democracia son hoy ya mayores que las mentiras del franquismo. Amplificadas y multiplicadas en los medios


LA inmensa mayoría de los españoles no consumen ni saben que subsisten en una vida marginal unas revistas que se autodenominan falsamente como satíricas y de humor y son en realidad un permanente vómito de mal gusto que solo hace humor zafio por medio la denigración, ridiculización y humillación de personas públicas o no. Nada tienen que ver con aquellas revistas de ingenio como la legendaria Codorniz o después el Hermano Lobo. Son pura agresión y transgresión de cochambre amoral, habitualmente hiriente hacia la religión católica (con otras no se atreve) e ideología de extrema izquierda. Una de esas revistas cambió la pasada semana su portada en la que insultaban al Rey, al Príncipe y a la Corona. Lo hizo por orden estrictamente privada de su propietario. Era una injuria menor comparada con otras muchas que se han publicado en esa y otras revistas de similar calaña. A partir de ahí todo han sido denuncias contra «el secuestro» de la revista. Denuncias todas ellas acompañadas de la portada retirada, con lo que tiene una difusión muy superior a la que jamás habría tenido en su miserable distribución y venta habitual. Las grandes televisiones privadas han lamentado mucho el secuestro que nunca existió. Y se ha repetido mil veces la patraña. La solidaridad es lógica. Porque dichas televisiones que no cesan de verter basura de la misma especie sobre los Reyes presentes y futuros y sobre la Monarquía. Y, de paso, sobre todos los españoles que pudieran preferir esa forma de Estado a la reedición de una II República que, según pretende, fue un régimen impecable e ideal. Cuando, a los pocos años de su existencia, su principal cualidad era la tolerancia para el asesinato de que gozaban los rufianes de la soldadesca del Frente Popular.

Las cuatro grandes televisiones privadas se las reparten nuestros dos oligarcas de la tele. Uno es un español de Barcelona. Es el que marca tendencia en la agresión permanente y los esfuerzos deslegitimadores. El otro es italiano. Viendo el éxito del anterior es ya fiel emulador. Nuestros dos oligarcas son los dueños de todo el cortijo por obra y gracia de Zapatero y de Rajoy. Cada uno tiene una televisión generalista en la que pretenden tener algún escrúpulo y otra de combate en la que presumen de carecer de ellos. Imponen sus criterios publicitarios gracias a que Zapatero les entregó la parte del pastel de RTVE. Fue a cambio de una entusiasta complicidad en este proceso de encanallamiento general que nos ha traído a los españoles adonde estamos. El Gobierno actual ha respetado todas estas tropelías de Zapatero. Como todas las miserables leyes ideológicas del zapaterismo. Así, las mentiras del revanchismo se han hecho tan fuertes como la mentira del secuestro de la revista basura. Y las televisiones bombardean con basura ideológica a diario y sin pausa a la ciudadanía. Las mentiras de esta democracia son hoy ya mayores que las mentiras del franquismo. Omnipresentes, amplificadas y multiplicadas en estos medios, son «verdad revelada» para una sociedad cada vez más manipulable. El Gobierno mientras parece más dedicado a perseguir a los críticos y a quienes les recuerdan sus compromisos incumplidos. La extrema izquierda, creen algunos, acabará beneficiando al PP. Hay que cultivarla. Los españoles acabarán votando PP aterrados ante las barbaridades de la extrema izquierda y la amenaza del Frente Popular. Y en caso de que falten escaños y ante la presión de la ultraizquierda y el separatismo, el PSOE presionado por Europa y en un alarde de patriotismo, renunciará al Frente Popular para hacer una gran coalición con la derecha. En fin. Hay quien acusa a este Gobierno de no creer en nada. Si creen que así se salvan nos hacen pensar que creen hasta en los Reyes Magos.

http://www.abc.es/historico-opinion/index.asp?ff=20140610&idn=1612753253702
 
Rosa Díez quejándose de que no acudan los jefes de Estado europeos a la proclamación es de momento la memez política de la semana.
 
Joder el UPN, con la puta España en la boca... El orgullo de ser español, la madre que le parió.
 
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