LA VERDAD SOBRE LA HUELGA Y LOS ACTORES DE DOBLAJE.
Después de que este artículo fuese censurado en el foro general de eldoblaje.com, vuelvo a publicarlo, desde el anonimato, por supuesto, por miedo a represalias.
Desde el día de 10 de marzo tenemos otra huelga de actores de doblaje en Madrid.
Dicen que viven mal, que cobran poco. La realidad es que son gente que vive absolutamente ajena al mundo que les rodea. Ajena a la crisis económica, al resto de sus compañeros de profesión... Pero lo cierto es que muchos de ellos ya no recuerdan lo que era no tener dinero para pagar el alquiler y van por el mundo con esa actitud victimista intentando convencer a la gente que ignora lo que realmente sucede dentro de este negocio de que ellos son las víctimas de esta industria, cuando ni de lejos lo son.
Son los efectos de lo que a mi juicio es una profesión totalmente endogámica y poco oxigenada.
En la industria del doblaje trabajan muchas personas. De ellas prácticamente nadie está contemplado en el convenio de doblaje. Trabajamos personal de producción, asesores lingüísticos, técnicos de grabación, técnicos de mezclas, traductores, supervisores, revisores... pero los actores creen que el doblaje son solo ellos. Creen que el presupuesto que se les paga a los estudios es enorme y que ellos pueden repartírselo a gusto entre sí. Pues no. El presupuesto es bajo porque hay muchos estudios, hay mucho producto y hay muchas cadenas. No estamos ni en los 70 ni en los 80. No hay dos cadenas ni se estrenan 2 películas al mes. Los productos se compran por lotes gigantes y se venden al mejor postor. Además, hay conglomerados de estudios que pueden permitirse trabajar a precios ridículos haciendo la sana competencia prácticamente imposible. ¿Cuál es el resultado? Que, a excepción de los actores de doblaje y directores de doblaje, el resto de personas que trabajamos en los estudios cobramos unos sueldos infames, muchos son autónomos (porque no hay convenio para el resto ni unos mínimos a los que agarrarse), y estamos totalmente desamparados. Sin embargo, los actores y directores han tenido unas tarifas que todo el mundo respeta. Pero ellos se quejan. Unas tarifas que no están nada mal, por cierto. Y encima, hacen publicidad, que les pagan a precio de oro.
Les da igual que haya gente con formación especializada, carreras universitarias e incluso posgrados trabajando por cuatro pesetas para que ellos puedan llegar a la sala, grabar 20 takes en una hora y llevarse 150 euros limpitos por una hora de trabajo con la seguridad social incluida, porque les dan de alta en el día. Y luego, se van a otro estudio y hacen más takes, y luego, se van a otro y hacen un protagonista con 100 takes+CG, y aún les queda tiempo para irse a otro a hacer un camarero5 o un bombero3 con 2 takes por 60 euros mas otro CG, porque ellos cobran su canon (el CG) cada vez que entran por la puerta de un estudio. Y aún les queda para sacar un huequito para una “publi” por la que les cascan 4000 euros, o una promo por 1700 (unas frasecitas), que eso tampoco lo cuentan y que no va por takes.
Lo que sucede es que los actores de doblaje no recuerdan lo que pone en el convenio, solo cuando les interesa. El CG (convocatoria general) es un canon que se les paga por asistir a una convocatoria. La convocatoria es una jornada de trabajo de 6 horas, pero ellos no se quedan las 6 horas. Se les consiente cobrar un precio que se diseñó para remunerar 6 horas de trabajo, y que ellos lleguen, trabajen media hora, una hora, o el tiempo que tarden en hacer sus takes, y se vayan corriendo al otro estudio porque tienen takes a las 11 en tal sitio, a las 13 en tal sitio, a las 17 en tal sitio y a las 20 en tal otro, cuando, si seguimos el convenio al pie de la letra, deberían quedarse en el estudio las 6 horas. ¿Tiene sentido quedarse 6 horas cuando tienes que trabajar una? No, en absoluto, pero yo no he redactado ni firmado ese convenio. Pero las tarifas sí las aceptamos. Bueno, tampoco, que son bajísimas. Entonces algo no me cuadra. Digo yo que si se remodela el convenio habrá que adaptar esos CGS al tiempo real de trabajo. Pero esto es La Casa de Tócame Roque. Tú si tienes convocatoria mañana, te estás a las 8 de la mañana y no te vas hasta las 2. Eso si pretendes cobrar tu CG, diseñado a tal efecto, como cualquier trabajador que cobra su jornada y no puede moverse de su puesto de trabajo.
Señores, si lo que quieren es tener un convenio moderno, adaptado a los tiempos, deben ser conscientes de que ya no se trabaja como antes. De que la tecnología os ha permitido hacer vuestros takes en doble banda a todo correr y haceros varios estudios en un solo día. El CG es un concepto que ha quedado obsoleto, igual que el rollo. Se trabaja en digital, se graba en digital, los estudios han invertido una millonada en equipamiento técnico y actualización que no logran amortizar porque no les queda margen, y vosotros, no solo no estáis ganando menos que en los 90, sino que tenéis la posibilidad de ganar cuatro veces más. ¿Queréis un nuevo convenio? Observad cómo se trabaja actualmente y aceptad que ganáis más que nadie, y que, de hecho, la forma de trabajo actual requiere un convenio completamente diferente. Habrá que rebajar el CG adaptándolo al tiempo de trabajo que vas a estar en sala en cada estudio. Porque no os vais a quedar toda la convocatoria. Pero claro, adaptar las tarifas, es decir, bajarlas porque la forma de trabajo ha cambiado, eso es pedirle peras al olmo. Todo el mundo ha bajado sus tarifas menos vosotros. Todo el mundo se adaptado económicamente a las facilidades del trabajo en digital. A todo el mundo le ha afectado la crisis. Vosotros nada. Creéis que seguís recibiendo rollos de película y doblando en magnético. Vosotros lo que vivís es muy bien.
Es un negocio muy bien montado en el que hay cuatro directores de turno que manejan el cotarro, que abarcan todo el trabajo, a los que les gusta que llamen “maestro” y les den coba ad nauseam, que tienen a un montón de gente alrededor que les hace la pelota y les dice todo lo que quieren oír cuando ellos hablan ex cathedra y se regodean en su autocomplacencia. Seleccionan a dedo a dos “afortunados” recién llegados para que les hagan dos takes en su próxima serie de televisión y siguen alimentando su ego y dando clases magistrales en escuelas, de las cuales, prácticamente nadie acaba doblando. Adoran que los aficionados al doblaje de internet les doren la píldora y luego, por los estudios, van tachándolos de “frikis de mierda”. Pero qué bien les viene que les defiendan luego. Al fin y al cabo son los únicos que lo hacen porque desconocen completamente lo que ocurre aquí dentro y siguen viéndolos con la subjetividad que da la magia del cine.
Vamos a ser sinceros por una vez. La gente que está trabajando como actores de doblaje, a la inmensa mayoría se les sale el trabajo (y el dinero) por las orejas. Son cuatro gatos, no consienten que entre gente nueva así como así y están en todas las series y películas. Además cobran derechos de autor y de interpretación, que no son moco de pavo. Yo no digo que no paren de trabajar y que deban cobrar su trabajo, pero que no se quejen, porque se les paga muy bien, y más con ese sistema de evasión de convocatoria al finalizar los takes y de acumular un CG tras otro, tras otro, tras otro en un mismo día. Que no me cuenten historias.
Por no hablar de directores que no dirigen, que no adaptan, que se niegan a dirigir si no ajustan ellos (para cobrar doble rollo) aunque algunos no sepan ni escribir y masacren traducciones, que se ausentan de la sala para irse a la otra punta de la ciudad a hacerse una publi y vuelven al acabar la convocatoria para tomarse una cervecita y que no se diga. Y se les consiente. Se sabe pero se consiente. No se premia al director honrado (y culto) que está en sala dirigiendo a los actores y cuidando el producto como si fuera su hijo. Nadie le dice “Oye, cómo se nota cómo me dejas tu el doblaje y cómo me lo deja el otro que tiene un morro que se lo pisa.” Nada.
Sí, hay algunos actores que trabajan menos. Que se les llama menos. Y también pasa lo mismo con el resto de profesionales que trabajamos en esto. Hay gente que trabaja mucho y gente que trabaja poco. La vida es así. Si eres bueno, trabajas mucho. Si eres mediocre, tienes dos opciones: despachear y conseguir papelitos a base de dar el coñazo y hacer la pelota (y vivir bastante bien, porque ninguno de los que solo se dedican a hacer camareros y policías y está establecido en la profesión cobra menos de 2000 euros al mes), o si eres malo, dedicarte a otra cosa.
No confundamos conceptos. Los actores de doblaje no son los actores a los que doblan. Esto no es Hollywood. Esto es Barcelona, Madrid, Galicia, Valencia... El divismo aquí y las ansias de riqueza no sirven de nada. El que quiera ser rico, haberse dedicado a otra cosa, no a doblar, es decir, ser el doble de otro.
Y a pesar de todo, son ellos los que se comen el 80% del presupuesto. El resto está para pagar a la gente de producción, a la persona que lo ha traducido, y a los que graban y mezclan la versión. Y aún tiene que quedar margen para que el estudio pague lo que le cuesta estar en funcionamiento y que le quede beneficio. El beneficio que le queda a un estudio es tan ridículo que no se puede ni cuantificar por episodio, ni siquiera por serie completa. Pero los actores quieren aumentar el porcentaje de esa tarta. Quieren más para ellos. Hablan de “los profesionales del doblaje” incluyéndose solo a ellos mismos, como si llegaran a sala y por arte de magia llegase de Hollywood el episodio en español y se mezclase solo por maravillas de la era digital. Y les importa un carajo el resto de gente que trabaja en esto. Son los únicos que no hablan idiomas (la inmensa mayoría), que no tienen formación superior, y son los que más cobran. Les da igual que si a ellos les suben, o los demás nos van a bajar aún más. Porque el presupuesto general no va a subir. La bajada de tarifas en tareas de producción, traducción y registro de diálogos cada año va en aumento. Si os dijera los precios que cobramos los demás sí que os echaríais a llorar. Pero preferimos seguir trabajando, si nos dejan, y si esto no explota de una puñetera vez y nos vamos todos a la mierda, que es lo que va a ocurrir. Porque lo que van a conseguir es que los demás estudios cierren y solo quede SDI. Y entonces, se tendrán que bajar los pantalones y aceptar lo que SDI decida. Se acabará la libertad de opciones y vendrá el llanto y crujir de dientes.
Si hacemos huelga la hacemos todos. Ah, no, que los demás no estamos en el convenio. Claro, los autónomos no pueden hacer huelga. Somos presas de la voracidad del mercado. Ofrecemos servicios, como los fontaneros, los electricistas, etc. Cortamos cada guión en takes por cuatro pesetas, lo facturamos y a lo mejor en dos semanas hemos reunido suficiente para pagarnos la Seguridad Social. A la tercera semana el IRPF. Traducimos por 60, 70 u 80 euros por episodio durante 20 horas. Grabamos por 50 y mezclamos por 90 la jornada.Tenemos que competir entre nosotros bajando cada vez más las tarifas y ofreciendo calidad aunque no nos queden ganas, ni tiempo para dormir, para que nos sigan llamando. Es lo que sucede cuando no hay algo que regule unos mínimos. Pero es lo que tiene ser autónomo, que no hay convenios que valgan.
Si viviéramos en un mundo justo (y si esto no fuera España), la industria del doblaje sería una profesión en la que se respetaría primero a la gente con formación superior, se les pagaría como corresponde, y no se consentiría que los actores y directores campasen a sus anchas ninguneando y despreciando como hacen siempre al resto de gente que trabaja en esto, que ha estudiado muchos años para que ellos interpreten sus líneas, cobren y se vayan y se crean los reyes del mambo.
En fin, esta opinión la compartimos la mayoría de personas que trabajamos en un estudio día a día y que estamos cansadas de los desmanes de estas personas, y a las que se nos abren las carnes cada vez que vemos que los auténticos privilegiados de esta industria nunca tienen bastante y se les llena la boca de victimismo y espíritu revolucionario. Cuando llegas cada día a trabajar con un BMW, un Mercedes, o un Porsche distinto, mejor cállate la boca, y acostúmbrate a vivir con menos lujos y no tendrás que vivir apretado ganando 10.000 euros al mes y decir que trabajáis en condiciones “paupérrimas”, como tuve que leer el otro día de boca de una estrellona del doblaje. Que los demás no llegamos al salario mínimo.
Basta ya de hipocresías.