Calle Bailén esquina Igualada. En 1947 se estrenaba un
cine, el
Texas, que se convertiría en un auténtico mito del barrio de
Gràcia durante casi cincuenta años (antes se había llamado cine Bailén). Luego vinieron los
Lauren y recuperó la actividad, desde 1996 hasta el pasado año, pero tuvo que
cerrar a causa del aumento del IVA y de los cambios en el consumo cultural. Parecía todo perdido, pero no,
Ventura Pons se ha empeñado en recuperar la idea de un cine asequible para todos (las entradas se venderán a tres euros, sin contar algunos descuentos) y con una programación basada en reposiciones que recuperan películas ya estrenadas.
- Gràcia recupera el Texas. –dice con orgullo e ilusión el cineasta.
En la cristalera de la entrada leemos una frase de Chaplin. “Mirada de cerca, la vida es una tragedia, pero vista de lejos, parece una comedia”. Pons no está solo en esta aventura. Le acompañan
Ricard Almazan, que fue programador de los Verdi durante 25 años, y
Àngels Gelabert, con amplía experiencia en comunicación.
Es un cine de barrio, sí, con precios populares, pero el nuevo Texas ofrecerá tecnología de última generación. Se han rehecho todas las salas, y las pantallas y las butacas son nuevas.
- No queremos pasar únicamente buenas películas, sino que la gente las vea en buenas condiciones. Hay una relación entre espectador y pantalla que me emociona. –explica Ventura Pons, mientras ultima todos los detalles de la fiesta de inauguración, que tendrá lugar este miércoles.
La programación, además, cubre un gran vacío. Todas las películas, en versión original, estarán subtituladas al catalán. Y las catalanas, subtituladas al inglés (“así los turistas que nos visiten podrán ver cine en catalán”). Y los fines de semanas se podrá ver, por las mañanas, cine infantil.
- No habrá solo dibujos animados. Queremos que los padres puedan iniciar a sus hijos en el ritual del cine, en la magia de dejarse fascinar por las imágenes.
Insiste Ventura Pons en que lo más importante del proyecto es la gente. Y si resulta sostenible ver cine a tres euros, con las mejores instalaciones, el director habrá dado una vuelta de tuerca a un sector que parecía sentenciado. Los distribuidores, nos reconoce, están más que contentos. Con filmes que únicamente aguantan quince días en la mayoría de salas, ésta es una segunda vida para películas que muchas veces quedaban abandonadas en el almacén. Y sin hacerle la competencia a nadie.
- La reacción de los vecinos ha sido brutal. Éste era un cine muy querido y la gente del barrio lo considera suyo. –relata Ventura Pons, que estos días no para de recibir muestras de afecto y agradecimiento.
El nuevo
cine Texas tendrá cuatro salas, con 540 localidades en total, y cada una de ellas estará dedicada a un amigo de Pons, “todos maestros que nos han dado momentos de gloria”. Los cuatro homenajeados son los cineastas
Francesc Rovira i Beleta,
Bigas Luna (“teníamos muchas batallas en común”), el crítico
José Luis Guarner, y el director de fotografía
Néstor Almendros.
El jueves, después de la resaca de la inauguración, el
Texas comienza a rodar con cuatro películas en cartelera:
Any de Gràcia, dirigida por el propio Ventura Pons,
12 anys d'esclavitud, de Steve McQueen,
Tots volem el millor per a ella, de Marta Coll, y
L'avi de 100 anys que es va escapar per la finestra, de Felix Herngren.