MAD MEN

Respuesta: MAD MEN

Es cierto que se han pasado con el concentrado de cocido que le han metido a Joan.
 
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El episodio por cierto me ha parecido el peor de la temporada, de un efectismo torpe bastante sorprendente en esta serie: la escena en el restaurante, Joan mandando a Don a la mierda, la atropelladísima decisión y explicación final, Pete dando gritos, la música entrando a capón con Roger o Peggy...

"The biggest, blackest prostitute you've ever seen"
 
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Coincido en que se ven demasiado los resortes, puede incluso que sea el peor escrito en este sentido, pero en general para mí no es el peor de la temporada, que estaría entre el primer capítulo doble (también escrito por Weiner en solitario) y el cuarto (donde la música sí que era torpe). Y en cualquier caso, ninguno es un mal capítulo.
 
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Extraño episodio. Después de esa concentración de elementos del anterior y del subidón final, todo vuelve a relajarse...demasiado, hasta el punto en que crees que a Weiner se le han ido el ritmo y el tono completamente. Y sin embargo el episodio remonta ofreciendo al menos un par de momentos fantásticos (Ted está llamado a ser un buen personaje).

Se confirma lo que Peggy ya sospechó en los últimos planos de la semana pasada, cuando entre la excitación por la noticia ella se veía de nuevo encerrada bajo la sombra de Don, una sombra que crece lenta pero incontrolada a partir de aquí y que no se sabe a quiénes (o a qué) acabará arrastrando.
 
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Drapper ha pasado del machista simpaticote que siempre fue a capullo sociópata "Traeme los zapatos... gateando"

Me encanta el cambio de plano a gag dentro de la avioneta, Chaugh mola

Pete y su puñetera madre:
"My mother can go to hell. Ted Chaogh can fly her there"


"You're going to wait there and you're not going to know when I'm coming back."

 
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Ha muerto Alfredo Landa.


Mad Men S06E06 – “For Immediate Release” (2013)

Directora: Jennifer Getzinger. Guionista: Matthew Weiner.

No me entusiasmó el capítulo doble que dio comienzo a esta sexta temporada. Me gustó por el reencuentro con los personajes, por no estancarse y mantener esa clase que te puede poner cachondo con una línea de diálogo o un nuevo modelito de los Draper. Se tomaba su tiempo, como ella en Hawai, disfrutando de haber llegado a lo más alto cuando la dejamos hace un año, y contagiando la expectación ante la andadura que se calentaba en Nueva York. Parecía un capítulo hecho con la tranquilidad de un creador mimado por su cadena, que le ofreció la posibilidad de repetir el pepinazo inicial de la temporada anterior. No lo consiguió, pero lo peor es que a mitad de temporada le entraron las prisas.

Se trata del segundo guión de Weiner en solitario tras el arranque. Uno se imagina que porque de verdad se encontraron con un problema de tiempo, quisieron comprimir aquí y él se reservó el marrón, o porque desde el principio se plantearon el reto de dar un vuelco a mitad de recorrido y él se reservó el caramelo. En cualquier caso se trata de un capítulo dominado por la mano de un demiurgo que no tenía su mejor día para sacar adelante una tarea difícil, aunque sí disponía de materiales muy jugosos, que son los que diluyen —y mucho— este tono crítico que ha quedado en el recuerdo.

Así que nos encontramos en las oficinas de SCDP con la primera sorpresa: parte de los socios preparan una emisión de acciones con la esperanza de doblar el valor de la compañía. Está claro que todo lo que cae tiene que subir, y que la empresa hasta ahora no había tenido el protagonismo que tan bien se merece. Algo bulle.

El gordo de Jaguar quiere cenar con Roger y Don. Pero casualmente sin Pete, su único aliado en la agencia. Casualmente, Roger se enreda captando un cliente facilitado por su casualmente recién conocida azafata manejable, y no podrá asistir a la cena. Así que tras las gracias de la estupenda madre de Megan (casualmente de visita), que casualmente enciende la mecha por despertar la vida sexual de su hija, la polla del gordo se mueve bajo la mesa cuando se queda solo con Don. Y a Don no le tocan los huevos.





A quienes sí se los tocan es a Pete, de putas con Bob escuchando en el pasillo, y a su suegro, que casualmente se tira a “the biggest, blackest prostitute you’ve ever seen” en la puerta de enfrente. Casualmente se encuentran, y casualmente SCDP se ha quedado en unas horas sin Jaguar y sin Vick Chemical, sus dos peces gordos. Peero [repitan conmigo] Roger, que tenía un pie en su bota autolimpiada y otro en la jubilación de espíritu, vuelve a dar un golpe de efecto consiguiendo una oportunidad de oro para hacerse con la campaña del nuevo Chevrolet.

La unión de todos estos puntos no sabemos si desvela un Emmy o una albóndiga, pero lo que se hace evidente es que hay demasiada carga de giros y petardos para un solo capítulo. Todas esas casualidades que normalmente se disimulan y trabajan al esparcirlas en distintas semanas aquí agreden al espectador paciente. Y, sin embargo, Weiner reserva emoción auténtica y familiar para el final: ver cómo todo lo que cae vuelve a subir, sea SCDPCGC o el matrimonio Draper, y cómo todo lo que sube vuelve a caer. Qué bien parpadea Alison Brie, sujetando las lágrimas cuando Pete destroza definitivamente el hogar que ha preparado durante toda su vida. Y qué lastima ver a Peggy descubriendo la mano tendida de Don en medio de su sueño, esta vez para agarrarla y no dejarla marchar.




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En cuanto a otros detalles técnicos, Weiner al menos trata de quedar bien incluyendo una pista para que la sorpresa gorda no llegue de golpe: la cena solo se interrumpe una vez, y es para conocer la buena noticia sobre la operación de venta de acciones. Por contra, hay varios momentos faltos de sutileza, como la reunión de Ted con sus socios, donde Weiner se saca sin más miramientos un “Could you give us a moment?” para que Ted pueda descubrir que uno de sus socios tiene cáncer y que se tambalee su confianza al frente de la agencia (casualmente, en este capítulo). Fruncí el ceño también con la innecesaria frase de Joan al encarar a Don (“I went through all of that for nothing?”), y con el momento ensoñación de Peggy con Ted, estando ella en la cama con Abe. Puede que fuese la música, demasiada para un momento que choca por sí solo, o que directamente sobraba la escena por sobada (y el acercamiento a Ted por forzado).

Un buen capítulo, que abre un camino excitante, pero que para los estándares de la serie quizás no justifica los medios. Aunque el título parezca muy consciente de ello.


 
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Humor de putas gordas negras y borrachas.
 
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Pues ya que lo mencionas, y se me ha olvidado incluirlo, a partir de cierta observación de Lerink cuestionando la coincidencia de las revueltas de negros por el asesinato de Luther King y "El planeta de los simios", cada vez veo más una voz aparentemente moderna y a la moda y hippie y tal, pero conservadora de cojones por debajo. Como si el hecho de que los personajes principales lo sean hubiera contagiado a Weiner y vea en ello un gran atractivo.

Al fin y al cabo, a quién no le gusta el lujo cuando nadie está mirando.
 
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Paso por aquí sin leer para no encontrarme spoilers. Voy por el sexto capítulo de la primera temporada y me está encantando. Sin duda, una de las series más elegantes, maduras y reposadas que he visto nunca.
 
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Una pregunta... por que me parece que me estoy perdiendo algo... Lo pongo en spoiler por si acaso...

El último capítulo de la segunda temporada. Reunión de jefazos para el traspaso de poderes de la agencia. Don se levanta y dice que esa no es la agencia que quiere. El borrachín pierde los papeles. Le dicen que salga un momento. Fin de capítulo. Empieza el primero de la tercera. El borrachín no está, y el jefe es un british. :?
¿Dan lo que ha pasado por supuesto, o es que me falta un capítulo intermedio?

Gracias.
 
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Extraño episodio.

Desconcertante. Muy desconcertante.

¿Es consciente?

Don ultracreepy y agarrándose a un clavo ardiendo. Se acabó el draperismo, señor. De hecho si esto está llevando a donde creo, me parecería genial: paréntesis emocional (Megan), cliffhanger sobre si ha vuelto a las andadas, reengancharse para darle la hostia a Don: llegas tarde, majete, ya no puedes ser lo que eras. Ya se lo dice Peggy: "move forward".

Hablando de Peggy, "¿quieres que coja el teléfono por ti?" JAJAJAJAJA O lo de "I've been talking to Don/Dawn" "black or white?" Por cierto, ¿me lo parece a mí o lo que está hablando Megan al final es una coña sobre la ausencia de Dawn este episodio?

¿Habéis visto qué libro lleva Don en el avión? :cortina
 
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No recuerdo esa transición entre temporadas, pero Lane el British es un personaje importantisimo y uno de mis favoritos.
 
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Me pongo (casi) al día tarde y mal:

Mad Men S06E07 – “Man with a Plan” (2013)

Director: John Slattery. Guionistas: Semi Chellas y Matthew Weiner.

Es el primer día de fusión efectiva en las oficinas de Sterling Cooper Draper Pryce (Campbell Holloway) Cutler Gleason and Chaough, y Joan, como siempre, se encarga de organizar el reparto de despachos y secretarias. De camino al nuevo antro de Peggy, siente un fuerte pinchazo en el costado izquierdo.

Tras el atropellado capítulo anterior, muchos éramos los fans (yo) inquietos por la falta de rumbo fijo o de, al menos, la confianza que había tenido hasta ahora la serie en desarrollar las motivaciones de los personajes y dosificar los sucesos truculentos para ellos o para la empresa, sin necesidad de acumulaciones que parecen salidas de otros títulos. Aquí Weiner y sus escritores se muestran más relajados una vez superado el escollo/éxtasis de la fusión de las dos agencias, pero al terminar los cuarenta y siete minutos uno empieza a temerse lo peor: que el equipo de guionistas no haya tenido suficiente tiempo para mejorar la quinta temporada. Un pensamiento por un lado algo estúpido, puesto que ya han hecho suficiente para ganarse la gloria y tienen derecho a probar cosas nuevas aunque se interrumpa la insólita progresión. Pero por otro, alguien que ama esta serie no puede conformarse con Jaguar.

Sin duda lo que más llama la atención es el reencuentro entre Don y Sylvia tras dos semanas apartados de su actividad. Don, aparentemente confiado con la nueva agencia, más arrogante y desagradable que nunca, con papada, cita a su vecina en una habitación de hotel de la que no la dejará salir en días. Se trata, más que de un juego de dominación sexual, de una prueba de confianza consigo mismo: sabe que si logra forzar a la única persona de valor rendida a sus pies a hacer lo que él le pida durante el tiempo que él decida, seguirá teniendo las riendas. Es un intento patético y desesperado por mantener los pies en su propio terreno cuando afuera todo le empuja a ser lo que se propuso ser una vez.

El problema de esta subtrama es que alcanza este punto álgido justo después de que Don haya recuperado el interés sexual por Megan, y el hecho de que Sylvia sea más vulnerable por haber discutido con Arnold no termina de ser un desencadenante creíble para esta incómoda ocurrencia. Si por lo menos en la oficina el ambiente fuese más tenso en lugar de simplemente caótico, si los demás socios de Don (y de Ted) mostrasen sus reticencias con la actitud que los llevó a decidir la operación empresarial por su cuenta y whisky, la idea encajaría con menos roces. Porque además de la prueba que emprende con su amante, trata de hacer lo mismo con su nuevo socio y rival creativo, imponiendo sus métodos para llegar a la superficie a coger aire. Si tiene que ridiculizar a su compañero para que se olvide de sus insulsas mecánicas de brainstorming y demostrar que el calor del éxito está en el riesgo, no importa que haya otros remedios.

Tan extrañas resultan la entradas de estos pinchazos como las resoluciones que escogen Weiner, Chellas y Slattery. Cuando Don se lleva fuera de la habitación la muestra de que Sylvia y él nunca podrán estar juntos, se pone a leer el libro en el avión de Ted tras un cómico ascenso que lo deja a él, Don Draper, por un cagón (al tiempo que Ted “entra como si la mitad de aquello fuese suyo”). Más tarde, al volver a la habitación con Sylvia, se muestra perplejo por la decisión de ésta de acabar con la aventura. Entre medias, Joan es acompañada al médico por un cada vez menos inaguantable Bob (quizás para iniciar una relación), y Pete sigue tragando la visita de su madre (puesta quizás solo para soltar el chiste sobre Bobby Kennedy). Son cambios de tono que los responsables saben cómo distanciar en la estructura del episodio y cómo disimular en lo técnico, y que tampoco llegan a ser molestos, pero que al finalizar se quedan ahí, poniendo en evidencia nuevas ideas a desarrollar (Joan y Bob, Don y Megan) que otras veces entran con más suavidad.

Lo cierto es que no es fácil explicar por qué no me ha convencido buena parte del capítulo cuando escribo este comentario sin tenerlo reciente, pero lo que deja claro es que el equipo de Weiner ha perdido el punto de inspiración que tenía, por mucho que un resultado así siga siendo notable y tenga momentos aislados muy buenos, como la primera reunión entre los nuevos socios o la visita de Ted a su amigo y consejero Frank Gleason en el hospital. Esperemos que, efectivamente, esto se quede en un quiste.

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Detalles buenos: frases como Peggy contando a Joan cómo le va: “We bought a building together to live in… We bought a building to live in together” o Pete hasta los huevos de que le dejen de lado: “My mother can go to hell! Ted Chaough can fly her there”. Los sonidos del conserje preparando el gin tonic a la madre de Pete mientras hablan por teléfono, como riéndose de él y cómplices de la disparatada senilidad de ella. Algunos encuadres de John Slattery y Christopher Manley como la escena de apertura o el culo de Sylvia junto a la cara de Don. Jon Hamm despidiendo a Linda Cardellini en el ascensor, con la vena hinchada y la mirada de tristeza más desoladora que posiblemente ha parido el actor en la serie (aunque ¿era idóneo aquí el acierto?). Jessica Paré viendo la noticia del asesinato de Bobby Kennedy en el televisor, con lágrimas y frustración.

Detalles malos: sigo echando en falta más flexibilidad de los actores para despedirse y cerrar diálogos. La enfermera se traga la memez del limpiamuebles ingerido por Joan. Cristina Hendricks en la citada escena con Elisabeth Moss (una cosa es disimular dolor y otra actuar mal). La actriz que hace de madre de Pete no está muy afinada (aquí los actores mayores son peores que los jóvenes). John Slattery desaprovecha una escena cómica tan buena como esa en que manda a la calle a Burt Peterson. La mirada de Jon Hamm cuando se pone intenso en la habitación del hotel. La peluca de Linda Cardellini, que por fin parece pelo de verdad (despeinado, sudado, en la cama).
 
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Este capítulo ha sido de lo más bizarro y más provocador en mucho tiempo. No sabes si te toman el pelo o es una genialidad, pero me apunto a lo segundo. Es algo así como una pintura de Pollock. Se han metido en una fase REM y a brochazos y salpicaduras. Y les ha salido muy bien la jugada, probablemente el mejor capítulo de lo que llevamos de temporada, mientras seguimos descubriendo a ese Don muerto por su propio éxito. Ya no es nadie, ya no es nada.
 
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Yo cometí el error de leer en twitter un par de reacciones WTF/entusiastas y por eso quizás no me ha entusiasmado tanto, pero reconozco que reformular el tono, aunque sea por una excusa puntual, le sienta de puta madre. Por primera vez he sentido lo que es
crear publicidad.

Y esa escena entre Peggy y Stan, Don en los archivos, el ascensor...¿Ken!
 
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Una de las cimas de la temporada. Cápitulo alegórico y extrañisimo, muy en la línea de un PT. Anderson post Magnolia metiendo simbología en cada fotograma, y quedandose encantado de conocerse... dejandonos con el culo torcido ya desde ese inicio con el accidente de Ken.
Se puede llegar a sentir la misma confusión que un Drapper en pleno shock anafiláctico...o de lo que sea lo que corre por sus venas, en busqueda demente de la madre de todo los comerciales, y se contribuye aún más al ping-pong emocional metiendonos apariciones marianas de jovenes virginales espabiladas buscando nabo, flashbacks sexuales de ayer y hoy en el burdel que fue su niñez, o momentos de lucidez para poner oreja en la puerta de una amante que no quiere ni que te acerques a su descansillo. Algo enorme.
 
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He intentado escribir algo para "The Crash" pero estoy en un estado en el que solo me sale mierda de la cabeza.

¿Duss?
 
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Es el episodio extraño que se permiten una o dos veces por temporada. A veces necesitan soltar un poco de vapor y siempre viene bien. La excusa es muy a voleo, pero la escala de momentos WTF está tan medida que ni te cuestionas (empiezan las carreras, sigue el baile de Ken y acabas con... cosas como el brazo ensartado :inaudito ).

Que a estas alturas vengan a contarnos el desvirgamiento de Don parece un poco memo, pero sacarlo como excusa de texto y subtexto (el camino de la serie), como idea edípica y gatillazo argumental en esa creación de spot. Y como dice Emurion, se agradece mucho el rollo de creación publicitaria que aguanta la trama.

Lo de la negra sí que es desconcertante, en parte porque es una salida de tono que no va con el resto y en parte por el comportamiento de los personajes, pero la conversación de Sally y Don ("me he dado cuenta de que no sé nada de ti") al final lo acaba justificando bastante.

Me ha encantado por cierto cómo el tono del episodio va tocando la realización, con planos raros (en esta serie), timing extraño o el enorme uso de las elipsis. O el personaje de la hippy (¡ARF ARF!) y su conexión de ácidos con Don ("está roto" "¿puedes oír eso?"). Que funciona también como reflejo para varios personajes y su forma de sublimar el dolor, con la revelación de quién es.

PD: ojo a las crueldades que suelta Betty sobre faldas y sofás. ¡Anda que le ha durado lo de volverse buena!
 
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Muy bien el 9º. Así como en el 6º y el 7º los guionistas querían encontrar sin éxito la forma de dar aire fresco manteniéndose fieles a la serie, ahora creo que lo están consiguiendo. Es difícil no pensar en la vertiente culebronesca (Peggy), pero aprovecharlo precisamente donde aparece un culebrón no creo que sea casual.

Muy bien cuajado y aprovechado eso que todos hemos pensado que podía ocurrir.
 
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Lo de la Moss en la última escena es de cátedra.

A mí no me ha gustado especialmente la tirada culebronesca que dices, con implicaciones con sentido (el reflejo de situación a cuatro bandas: Don-Betty, Peggy-Ted, Joan-Roger, Megan-actriz subidita) pero algo cogidas con pinzas. Y cosas como lo del novio de Peggy están resueltas de forma muy torpe.
 
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OS ODIO A TODOS HIJOSDEPUTA.
 
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