Respuesta: MAD MEN
Ha muerto Alfredo Landa.
Mad Men S06E06 – “For Immediate Release” (2013)
Directora: Jennifer Getzinger. Guionista: Matthew Weiner.
No me entusiasmó el capítulo doble que dio comienzo a esta sexta temporada. Me gustó por el reencuentro con los personajes, por no estancarse y mantener esa clase que te puede poner cachondo con una línea de diálogo o un nuevo modelito de los Draper. Se tomaba su tiempo, como ella en Hawai, disfrutando de haber llegado a lo más alto cuando la dejamos hace un año, y contagiando la expectación ante la andadura que se calentaba en Nueva York. Parecía un capítulo hecho con la tranquilidad de un creador mimado por su cadena, que le ofreció la posibilidad de repetir el pepinazo inicial de la temporada anterior. No lo consiguió, pero lo peor es que a mitad de temporada le entraron las prisas.
Se trata del segundo guión de Weiner en solitario tras el arranque. Uno se imagina que porque de verdad se encontraron con un problema de tiempo, quisieron comprimir aquí y él se reservó el marrón, o porque desde el principio se plantearon el reto de dar un vuelco a mitad de recorrido y él se reservó el caramelo. En cualquier caso se trata de un capítulo dominado por la mano de un demiurgo que no tenía su mejor día para sacar adelante una tarea difícil, aunque sí disponía de materiales muy jugosos, que son los que diluyen —y mucho— este tono crítico que ha quedado en el recuerdo.
Así que nos encontramos en las oficinas de SCDP con la primera sorpresa: parte de los socios preparan una emisión de acciones con la esperanza de doblar el valor de la compañía. Está claro que todo lo que cae tiene que subir, y que la empresa hasta ahora no había tenido el protagonismo que tan bien se merece. Algo bulle.
El gordo de Jaguar quiere cenar con Roger y Don. Pero casualmente sin Pete, su único aliado en la agencia. Casualmente, Roger se enreda captando un cliente facilitado por su casualmente recién conocida azafata manejable, y no podrá asistir a la cena. Así que tras las gracias de la estupenda madre de Megan (casualmente de visita), que casualmente enciende la mecha por despertar la vida sexual de su hija, la polla del gordo se mueve bajo la mesa cuando se queda solo con Don. Y a Don no le tocan los huevos.
A quienes sí se los tocan es a Pete, de putas con Bob escuchando en el pasillo, y a su suegro, que casualmente se tira a “the biggest, blackest prostitute you’ve ever seen” en la puerta de enfrente. Casualmente se encuentran, y casualmente SCDP se ha quedado en unas horas sin Jaguar y sin Vick Chemical, sus dos peces gordos. Peero [repitan conmigo] Roger, que tenía un pie en su bota autolimpiada y otro en la jubilación de espíritu, vuelve a dar un golpe de efecto consiguiendo una oportunidad de oro para hacerse con la campaña del nuevo Chevrolet.
La unión de todos estos puntos no sabemos si desvela un Emmy o una albóndiga, pero lo que se hace evidente es que hay demasiada carga de giros y petardos para un solo capítulo. Todas esas casualidades que normalmente se disimulan y trabajan al esparcirlas en distintas semanas aquí agreden al espectador paciente. Y, sin embargo, Weiner reserva emoción auténtica y familiar para el final: ver cómo todo lo que cae vuelve a subir, sea SCDPCGC o el matrimonio Draper, y cómo todo lo que sube vuelve a caer. Qué bien parpadea Alison Brie, sujetando las lágrimas cuando Pete destroza definitivamente el hogar que ha preparado durante toda su vida. Y qué lastima ver a Peggy descubriendo la mano tendida de Don en medio de su sueño, esta vez para agarrarla y no dejarla marchar.
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En cuanto a otros detalles técnicos, Weiner al menos trata de quedar bien incluyendo una pista para que la sorpresa gorda no llegue de golpe: la cena solo se interrumpe una vez, y es para conocer la buena noticia sobre la operación de venta de acciones. Por contra, hay varios momentos faltos de sutileza, como la reunión de Ted con sus socios, donde Weiner se saca sin más miramientos un “Could you give us a moment?” para que Ted pueda descubrir que uno de sus socios tiene cáncer y que se tambalee su confianza al frente de la agencia (casualmente, en este capítulo). Fruncí el ceño también con la innecesaria frase de Joan al encarar a Don (“I went through all of that for nothing?”), y con el momento ensoñación de Peggy con Ted, estando ella en la cama con Abe. Puede que fuese la música, demasiada para un momento que choca por sí solo, o que directamente sobraba la escena por sobada (y el acercamiento a Ted por forzado).
Un buen capítulo, que abre un camino excitante, pero que para los estándares de la serie quizás no justifica los medios. Aunque el título parezca muy consciente de ello.