Respuesta: Nicolas Winding Refn
Bronson
Biopic de “Charles Bronson”, considerado el preso más peligroso de Reino Unido, un hombre excepcionalmente violento (además de carismático) que ha pasado y sigue pasando años y años entre rejas, pese a no haber matado a nadie.
Otro de los demenciales ejercicios de estilo que hace éste hombre (Refn), en la que un musculado y bigotudo Tom Hardy se marca un verdadero “one man show” con él como protagonista absoluto, contándole su vida a una audiencia que representa a los propios espectadores de la película. Con el ojo puesto claramente en La naranja mecánica, el danés realiza un film alucinado y grotesco, un “grand guiñol” incómodo y efectista hasta el paroxismo, de estética irreal, encuadres y composiciones visuales de un perfeccionismo absoluto, y una banda sonora que va de la música clásica de Verdi y Wagner hasta tecno-pop ochentero.
Cojea en una narración inconexa que ni se sabe a dónde va, o qué quiere contar exactamente, en el fondo es otra película que gira en torno al tema que tanto obsesiona a su director: la mítica de la violencia, que en éste caso presenta como un arte, siendo Bronson un artista incomprendido (hay mucho de simple fascinación por su figura, atractiva y repulsiva a la vez), así como la problemática que en éste caso supone para el sistema, que no sabe qué hacer con él (otra vez Kubrick). Igual que en Drive, el protagonista intenta incluso apartarse de su condición de bestia, pero es incapaz de hacerlo, porque es a lo que está abocado.
Una película que puede resultar tan hipnótica por momentos como cargante. Pese a su irregularidad y sus pasadas de rosca, cuenta con un director de gran talento visual y con un actor en estado de gracia, así que en general bien.