JAVIER NEGRE
25 SEP. 2017 03:45
La voz de Carlos (nombre ficticio) está temblorosa. No se fía de nadie. Se juega su carrera profesional y ser tachado de traidor en una industria donde ese adjetivo cierra todas las puertas de embarque. Tiene prohibido hablar con la prensa por estrictas claúsulas de confidencialidad y, de ser identificado por su anterior compañía, podría ser demandado al haber jurado en un contrato que no revelaría información interna de la empresa ni dañaría su reputación. Pero acabó tan «quemado» que está dispuesto a contar a Crónica todo su calvario. Es el piloto español que dejó tocado del ala a Ryanair y provocó con «su boca a boca» la fuga de 70 pilotos compatriotas a Norwegian, la mitad de los que se han marchado en las últimas fechas a la aerolínea noruega. Esta desbandada a la que se sumarán otros 40 pilotos en las próximas semanas obligó a la líder de las aerolíneas low cost a cancelar 2.259 vuelos y afectará a 420.000 pasajeros. Le provocará pérdidas por un valor de 25 millones de euros sin contar con la sanción de 4,5 millones de euros que podría caerle por las anulaciones, según ha cifrado el Ministerio de Fomento.
Carlos desmiente que la crisis de Ryanair se haya debido a «una mala planificación de vacaciones» como han hecho creer en la aerolínea presidida por el histriónico Michael O'Leary. Éste ha tratado de frenar sin suerte la fuga de empleados ofreciéndoles bonus lineales de 12.000 euros para comandantes y 6.000 euros para copilotos. «La gente ya estaba tan harta que ha preferido marcharse sin mirar atrás», cuenta este piloto, que expone las razones de su huida.
«Yo decidí marcharme a Norwegian porque nos estaban tratando peor que a los conductores de autobuses. Tenía una amiga allí y me recomendó que probase. Me dijeron que iba a tener un contrato normal en España, que iba a ganar más dinero trabajando menos y que no iba a estar maltratado. Así que decidí cambiar. Hice unos tests online, luego una entrevista por Skype y luego me fui a Oslo a hacer todo lo demás. Como empezó a irme bien, se lo dije a mis compañeros que acabaron viniéndose a pesar de que al principio estaban reticentes. Ryanair les había metido el miedo en el cuerpo diciéndoles que Norwegian no iba a tardar en quebrar, pero al final se decidieron. De los 140 que han salido ahora de Ryanair, 70 son españoles y serán más porque algunos ya se encuentran pasando los procesos de selección de Norwegian», comenta este joven piloto, temeroso de ser reconocido. Por ello, se niega a ofrecer datos exactos sobre su ingreso en la aerolínea noruega. «Me ha costado mucho llegar a esta profesión, tanto dinero (un curso de piloto comercial, sin contar otros cursillos para comandar ciertos tipos de aeronaves, cuesta entre 50.000 y 110.000 euros) como horas de esfuerzo y esto puede acabar conmigo», confiesa.
-Usted habla de maltrato por parte de Ryanair...¿No es demasiado exagerado?
-No no. A nosotros en Ryanair no nos daban ni agua, ni café, no nos pagaban ni el uniforme, ni el reconocimiento médico y cuando vamos a hacer los simuladores dos veces al año a Dublín o Londres, que es un requisito legal para mantener nuestra licencia, tenemos que pagarnos nosotros el hotel. Nos pagan 70 euros la hora y nos dicen que con eso tenemos que apañarnos. Es llegar al vuelo y tener que traerte la comida de casa, cuando estás fuera de base te tienes que pagar el hotel, los transportes al aeropuerto...Y muchas normas de seguridad se las saltan a la torera.
"Yo no pagaba impuestos en España porque ellos me decían que sus aviones estaban registrados en Irlanda"
Este piloto narra alguna situación surrealista: «Mi compañero me contó que llegaron a Berlín y se averió el avión. Como no podían arreglarlo, en vez de llevar a un hotel a toda la tripulación, los dejaron durmiendo en la oficina de Ryanair en el aeropuerto». Los pilotos que han abandonado la empresa irlandesa han buscado un mejor trato y una mayor estabilidad laboral.
«Los copilotos en Norwegian cobran entre 5.500 y 6.000 euros al mes y un comandante entre 8.500 euros y 9.000. El problema de Ryanair es que unos meses yo podía ganar 8.000 euros y otros 3. Era todo muy inestable. Y si nos mandaban fuera de base nos daban 20 euros más la hora, pero teníamos que correr con todos los gastos de transporte y alojamiento. Tampoco teníamos vacaciones pagadas y si te ponías malo pues no cobrabas. Para ellos éramos service providers que no formábamos parte de su plantilla. Es decir, autónomos.
Cerca del 70% de los 4.200 pilotos de la aerolínea irlandesa está empleado en régimen de autónomos. Los pilotos están cansados de «trabajar en días libres, usar los teléfonos personales para fines operativos o responder a llamadas de la compañía fuera de hora», según una carta que han firmado un grupo de ellos. Los que escaparon a Norwegian también querían huir de los «entramados societarios raros» que montaba Ryanair para pagarles sus sueldos.
«A nosotros el dinero que nos pagaban por hora no era una nómina real. Yo no declaraba impuestos en España porque ellos decían que sus aviones estaban registrados en Irlanda y que se regían por las leyes irlandesas. Yo estuve trabajando ocho meses sin estar dado de alta en la Seguridad Social a pesar de que estaba basado en España. Tras quejarme mucho durante varios meses ya me dieron de alta, pero hay gente que lleva trabajando con ellos ocho o nueve años sin estar dados de alta en la Seguridad Social. Ahora el Gobierno español está indagando mucho y les está obligando a dar de alta a todo el mundo», comenta Carlos.
En el Sindicato Español de Pilotos de Líneas Aéreas (Sepla) definen este tipo de contratos como «atípicos» ya que se configuran a través de terceras empresas (brókeres aéreos) que tributan en Irlanda. «Ryanair les obliga a asociarse con otros dos tripulantes para abrir una sociedad en países de fiscalidad curiosa. Cuando quiere prescindir de sus servicios, rompe la relación laboral y punto», aclaran desde el sindicato de pilotos.
Carlos nos relata su propia experiencia. «En Irlanda ellos me crearon una sociedad anónima con dos personas más a las cuales no conocía. Ellos te ponen una sociedad en Irlanda que tú desconoces, te mandan los papeles, los devuelves firmados y entonces depende del país donde estés te dan de alta de una forma o de otra. Mi empresa irlandesa me contrataba a mi como autónomo societario en España y yo pagaba en España la cuota de autónomo societario puesto que era mi propia empresa contratándome a mí para darle servicio a Ryanair mediante un broker que está en el mismo edificio de Ryanair. Además, nos obligaban a tener un contable en Irlanda y otro en Marbella. No era mi caso, pero hay gente que cobra en paraísos fiscales», explica.
Este piloto da más detalles sobre este sistema complejo. «Anteriormente había un broker que se llamaba Brookfield. Esos te mandaban todo el dinero y cada uno hacía lo que quería. La mayoría cobraba en Suiza y no pagaban nada. Ahora el broker se llama McGinley y te obligan a contratar a su propio contable. El broker está en Stanstedt...adivina donde...en el mismo edificio que Ryanair. La empresa contable se llama O'Connor and Associates y adivina donde está su sede...en Dublín en el mismo edificio que la sede de Ryanair en Dublín», explica Carlos.
"Yo estuve ocho meses sin estar dado de alta en la seguridad social y conozco a gente que lleva ocho años"
Una española que trabajaba en O'Connor and Associates fue la que le aseguró a este piloto que no estaba dado de alta en la Seguridad Social. «Ella nos dijo que cada mes nos cogían dinero nuestro para pagar la Seguridad Social, pero nos alertó de que lo retenían pero que no lo estaban pagando aquí. A los dos o tres días de eso nos llegó un email que decía que ella iba a estar unos días fuera de la oficina pero nunca regresó», dice Carlos.
Según relata este joven, Ryanair también tiene a personal de tierra que supuestamente trabaja en suelo irlandés, pero que desempeña sus labores en la oficina del aeropuerto de Barajas. «Tienen el uniforme puesto de guardia y esa gente no está trabajando en suelo irlandés. Entonces la compañía lo que les dice es que si viene un inspector les digan que van a salir a volar cuando es mentira. Ellos tienen en su horario puesto que de tal hora a tal hora tienen que estar en el aeropuerto. Y todo eso está demostrado con documentos nuestros», subraya.
Este suplemento ha preguntado en la Agencia Tributaria y en la Seguridad Social si hay abierto algún expediente contra Ryanair y la respuesta es la misma. «En caso de haber alguna investigación no podemos decir nada», comentan desde ambos entes regidos por la Ley de Protección de Datos y por el secreto tributario.
Carlos tiene claro que si investigasen encontrarían un «escándalo». «Si alguien realmente investiga el tema de Ryanair sería una bomba. Esto es un entramado muy complejo. Hay muchos informes que hemos mandado los trabajadores a Aviación civil en Irlanda con muchas pruebas, con los contratos que nos hacen, pero allí no van a hacer nada porque representan el 80% de la flota. Mandar esa información era lo único que nos quedaba porque al regirse por las leyes irlandesas no teníamos ni derecho a montar un sindicato ni a convocar una huelga», dice.
La compañía Ryanair, consultada por este suplemento, ha preferido no hacer ninguna declaración sobre todas estas acusaciones. Se les trasladó vía email una serie de preguntas y rehusaron contestarlas. En Norwegian sólo han aclarado que el fichaje de estos pilotos de Ryanair no se debe a una vendetta porque la compañía irlandesa decidiese finalmente aliarse con Air Europa para hacer vuelos de largo recorrido y no con ellos como estaba previsto. «No tiene nada que ver, son cosas independientes», aclaran desde la aerolínea fundada en 1993.
A la fuga de pilotos podría sumarse una de mecánicos. Sólo de Barcelona ya se han ido veinte especialistas de la irlandesa a la compañía noruega. «Ryanair lo va a tener muy complicado los próximos meses para poder volar y la verdad es que se han portado tan mal que se lo merecen», afirma Carlos, que espera no tener que regresar nunca a la empresa irlandesa. Ahora está en la gloria en manos noruegas.
LAS AZAFATAS SE LLEVAN LA PEOR PARTE
AMENAZAS. Los que sufren el peor trato por parte de Ryanair son sus tripulantes que se ven obligados a vender un número de productos determinado si no quieren ser desterrados a bases alejadas de sus lugares de residencia. Un documento interno en inglés del 20 de marzo, al que ha accedido este suplemento, señala que «toda la tripulación debe vender lo siguiente cada día: perfumes, uno por cada miembro de la tripulación; comida, un menú diario y una pieza de comida por cada miembro; tarjetas de rasca y gana, ocho por cada integrante de la tripulación». Y continúa: «Las ventas serán monitorizadas muy de cerca y el miembro de la tripulación que no alcance los objetivos diarios tendrá que explicar el porqué. Si el nombre del mismo miembro de la tripulación aparece de nuevo por no alcanzar los objetivos diarios se reunirá con un supervisor y se tomarán acciones».
Estas represalias son, según el piloto de Norwegian consultado por este suplemento, el cambio de base. « Primero te llevan a un mitin a la sede de Ryanair en Dublín y si no reaccionas pues te amenazas con cambiarte de base. Por ejemplo, si estás basado en Barcelona y tienes tu casa allí pues te amenazan con mandarte a Sofía (Bulgaria)», comenta.
Es la razón por la que el personal de tripulación busca originales formas de colocar sus productos. El año pasado se viralizó el vídeo de una azafato vendiendo productos al ritmo del «Despacito». Según este piloto, Ryanair tampoco es condescendiente con las personas que han estado de baja. «Tengo una amiga azafata que la llevaron a Dublín a un mitin donde le avisaron que había bajado su ritmo de venta. No habían tenido en cuenta que había estado de baja por un problema de espalda y le amenazaron con moverla desde Madrid a Dublín si no recuperaba su ritmo de venta. Y eso que lleva 12 años en la compañía».