Después de unos 1000km con la Scrambler, puedo decir que estoy muy contento con el cambio.
Más cómoda que la Monster, voy mucho más relajado con ella por mis caleyes. El motor es más amable también, con mejores bajos y medios. Veo que el ritmo ha subido con respecto a la 696, aunque las velocidades máximas son bastante inferiores. La Monster me obligaba a buscar carreteras más rápidas y a ir más fuerte. El cambio de concepto es evidente.
Por este cambio de concepto, me veo llevando la moto "a la inglesa" más que en posición "deportiva". Sólo si la zona es muy rápida me muevo para descolgarme ligeramente. El resto del tiempo cadera y dejar fluir la moto.
Lo que ya me ha enamorado es el cambio del escape
Pensaba que sería mucho ruido, pero después de unas horas no me cansa y lo encuentro ahí presente siempre, muy ligeramente por encima del ruido del viento a velocidades de 3 dígitos.
Lo menos bueno...
Las "quejas" con los frenos siguen ahí, con un tacto ligeramente esponjoso en el inicio y que necesita apretar bastante más fuerte para realizar una frenada potente. Después de pensar en ello, imagino que se busque ese comportamiento para un posible uso offroad o en circunstancias realmente desfavorables. Aún así, creo que un poco más de mordiente inicial le vendría bien. Pero frena muy bien, no nos engañemos, sólo es una cosa de gustos. En el trasero también pasa, hay que darle con más ganas.
Otra cosa que no me gusta es el asiento, muy duro en los cantos y me empieza a molestar después de 30/40 minutos. Con cambiar de postura unos minutos sirve, pero...
Y el último defecto tiene que ver con la autonomía, no llega a 200km más que por autopista. En mis rutas estoy haciendo poco más de 5L a los 100, que me parece más que razonable, pero el depósito es muy pequeño. Unos litros más para poder seguir el ritmo de los colegas del grupo estaría bien para no andar cortando el rollo por ahí...