La familia de Victoria Wilcher, una niña estadounidense de tres años, ha denunciado a través de las redes sociales la intolerancia de los responsables de un restaurante de comida rápida en Jackson, Mississippi. La pequeña tiene la cara deformada por el brutal ataque de tres pitbull y, al parecer, en el local le pidieron que abandonara el lugar porque su rostro daba miedo a los clientes, según informa el diario The Huffington Post.
El pasado mes de abril, Victoria estaba en casa de sus abuelos cuando tres perros de esa raza irrumpieron en la casa y atacaron brutalmente a la pequeña, que perdió su ojo derecho y sufrió fracturas en la mandíbula, nariz y pómulos. Además, la niña ha perdido la movilidad en la parte derecha de su rostro.
Sus padres han querido denunciar la humillación que sufrió la pequeña en el restaurante Kentucky Fried Chicken subiendo una imagen de ella en las redes sociales y preguntando a los internautas: "¿esta cara le da miedo?".
Los responsables de la franquicia, que han abierto una investigación para esclarecer los hechos, han pedido disculpas a la familia de Victoria y han ofrecido darle 30.000 dólares como donativo para pagar las medicinas que necesita la niña. "Toda la familia de KFC está con Victoria", asegura un portavoz de la empresa en un comunicado.