Harry Block
Exiliado
Respuesta: Nueva Ley del Aborto
Insultar es llamar a alguien fascista (cuando no lo es), no criticar una actitud reprobable o equivocada ante un problema político que puede calificarse objetivamente de fascista (por oposición a democrática, no como insulto).
Nadie está libre en algún momento de caer en ese vicio, a izquierda y derecha, para eso no hace falta ser un fascista, pero retorcer las palabras de esa forma tan grosera, suponen una exaltación de los sentimientos sobre los argumentos (demagogia), la cancelación inmediata de cualquier debate político, cuando no una llamada a la violencia en los casos más extremos. Esa es una actitud fascista de manual.
Se empieza sustituyendo las palabras embrión o feto por niño, aborto por asesinato, mujer que no quiere ser madre por asesina y se puede acabar descendiendo por una pendiente peligrosa en la que se acaba llamando justicia a una bomba en una clínica.
Tienes derecho a sentir lo que siente ante el problema o a que te desagrade moralmente una decisión determinada, pero no tienes derecho a cambiar el significado y el sentido de las palabras a tu conveniencia. Si un embrión o un feto fuera un niño, no existirían las palabras embrión o feto.
ese es el quit de la cuestión, Harry, hasta que ha llegado al insulto, lo describía bastante bien.
Insultar es llamar a alguien fascista (cuando no lo es), no criticar una actitud reprobable o equivocada ante un problema político que puede calificarse objetivamente de fascista (por oposición a democrática, no como insulto).
Nadie está libre en algún momento de caer en ese vicio, a izquierda y derecha, para eso no hace falta ser un fascista, pero retorcer las palabras de esa forma tan grosera, suponen una exaltación de los sentimientos sobre los argumentos (demagogia), la cancelación inmediata de cualquier debate político, cuando no una llamada a la violencia en los casos más extremos. Esa es una actitud fascista de manual.
Se empieza sustituyendo las palabras embrión o feto por niño, aborto por asesinato, mujer que no quiere ser madre por asesina y se puede acabar descendiendo por una pendiente peligrosa en la que se acaba llamando justicia a una bomba en una clínica.
Tienes derecho a sentir lo que siente ante el problema o a que te desagrade moralmente una decisión determinada, pero no tienes derecho a cambiar el significado y el sentido de las palabras a tu conveniencia. Si un embrión o un feto fuera un niño, no existirían las palabras embrión o feto.
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