Nueva Ley del Aborto

Estos inútiles creen que va a subir la natalidad si prohiben el aborto, como si lo viese

Por otro lado es cierto que los conservadores ricos seguirán abortando en clínicas con jacuzzi (ya que ellos mismos banalizan el hecho en sí cuando hablan de perroflautas abortistas), esto es una medida que afectará principalmente a los pobres

Y yo si que creo que es una decisión de dos, pero no del estado
 
Si, el trecho que te lleva directo al "Nosotras parimos, nosotras decidimos".

Manu, respuesta sincera: si tu pareja quisiese abortar... ¿La obligarías a parir?

Respuesta sincera: sería algo que tendríamos que decidir LOS DOS. Y desde luego, nunca jamás por un capricho o un "es que ahora no es el momento".

¿Y si no os ponéis de acuerdo? ¿Entonces, que?

PD: vamos a intentar dejar de utilizar el argumento del "capricho" que es una de frivolidad que da escalofríos.
 
Conozco varios casos, alguno en mi familia, de mujeres que han sufrido abortos y han perdido bebés en avanzado estado de gestación. Y todos creen que han perdido un hijo. Nadie piensa que ha perdido un feto.

Esa es la clave.
Cuando se quiere, y se desea el embarazo el feto deja de ser feto para ser hijo.

Curioso.
 
Creo que es un tema lo suficientemente complejo tanto cultural como moralmente como para que lo tratemos desde otros ángulos.

No creo que el Gobierno sea tan idiota de valorar sus nuevas medidas como camino para aumentar el número de nacimientos en nuestro país. En primer lugar, porque un aumento de la natalidad debido a esta Ley sería inapreciable, en segundo lugar porque la deriva económica aleja a cualquier pareja de plantearse tener descendencia.

Y no es un problema pequeño el que se vive en las sociedades occidentales sobre la natalidad. Es una cuerda que nos está ahogando y no sabemos aflojar. En muchos países se toman medidas de fomento a través de prestaciones sociales, y medidas para la conciliación de la vida laboral y familiar. Aun así, esas medidas no dan sus frutos. La descendencia sigue bajo mínimos, y eso hace que las sociedades sean cada vez más viejas. Es una de las razones por las cuales consideramos que el Capitalismo va a morir de éxito.

Pero como digo, la Ley de Gallardón no tiene contenido acerca de fomentar la natalidad en nuestro país, aunque sea la indeseada. Sus razonamientos parecen ser otros, poco justificables en momentos como el actual. Es un tema complicado, por supuesto que sí, pero es que ahora mismo, tal y como están las cosas para muchas parejas jóvenes, el plantearse la descendencia se antoja como una quimera. Y una Ley contra el aborto no va a impedir que este sea practicado.

Si vemos a los países de nuestro entorno, no se si están más avanzados, pero vemos que el aborto no plantea tanta controversia como aquí. Contentamos a unos pocos mientras complicamos la vida a otros muchos. Obviamente, lo deseable, sería una mejor educación sexual, afectiva y moral que nos llevara a terrenos donde las parejas controlen como y cuando quieren tener descendencia. Por encima de muchas cuestiones debe prevalecer la responsabilidad y no llegar a ciertos momentos donde no hay salida. O tiras para delante, o te enfrentas al drama del aborto.

Otras cuestiones las desecho, simplemente no me parecen propias de un debate serio. Y es que se tiende a banalizar con ciertas expresiones, aspectos como este. No se que demonios significa el derecho de la mujer a controlar su cuerpo. No deseo a nadie que tenga un parásito contra su voluntad, pero hay formas de curarse en salud anteriormente. Tampoco digo que el aborto deba estar prohibido, ni voy a apoyar jamás a un Gobierno reaccionario, solo digo que el Estado debe proveer de distintas alternativas y ayudas además de la opción del aborto.

Pero es más importante quizás de cara al futuro hacer números y decir... morimos de éxito.
 
No entiendo porque ni se plantea algo así seriamente. Ya sé que es complejo y daría pie a "fábricas" de bebés profesionales, pero si se hiciese bien sería eso, una alternativa que salvaría vidas y al mismo tiempo libraría de la carga a quien no puede. Y ya sé que puedes dar a tu hijo recién nacido en adopción, pero eso está aún peor visto...

El concepto de madre de alquiler es de ayudar a una madre durante su proceso de embarazo y no abandonarla al tomar esas decisiones.

Yo creo que son problemas distintos. Normalmente la maternidad subrogada supone que la gestante, por precio, tiene un niño con material genético de los "verdaderos" padres. Lo que tu propones sería una suerte de adopción antes de parir al niño...
 
Si, el trecho que te lleva directo al "Nosotras parimos, nosotras decidimos".

Manu, respuesta sincera: si tu pareja quisiese abortar... ¿La obligarías a parir?

Respuesta sincera: sería algo que tendríamos que decidir LOS DOS. Y desde luego, nunca jamás por un capricho o un "es que ahora no es el momento".

¿Y si no os ponéis de acuerdo? ¿Entonces, que?

PD: vamos a intentar dejar de utilizar el argumento del "capricho" que es una de frivolidad que da escalofríos.

Claro Manu, aqui nadie dice que la decisión no deba ser consensuada, pero eso es lo ideal, ahora bien, si no existe acuerdo la decisión última tiene que ser de la madre.
 
Pensar que la gente aborta por capricho....
lo siguiente será decir que es una moda, no?
 
No entiendo porque ni se plantea algo así seriamente. Ya sé que es complejo y daría pie a "fábricas" de bebés profesionales, pero si se hiciese bien sería eso, una alternativa que salvaría vidas y al mismo tiempo libraría de la carga a quien no puede. Y ya sé que puedes dar a tu hijo recién nacido en adopción, pero eso está aún peor visto...

El concepto de madre de alquiler es de ayudar a una madre durante su proceso de embarazo y no abandonarla al tomar esas decisiones.

Yo creo que son problemas distintos. Normalmente la maternidad subrogada supone que la gestante, por precio, tiene un niño con material genético de los "verdaderos" padres. Lo que tu propones sería una suerte de adopción antes de parir al niño...

Sí a eso me refiero. Es legal y controlado institucionalmente en países como EEUU. De hecho funciona tal y como se desarrolló en friends. La madre se entrevista con los adoptantes y es ella la que decide con derecho de echarse atrás hasta el último momento.
 
Pensar que la gente aborta por capricho....
lo siguiente será decir que es una moda, no?

La mayor parte de las veces se aborta por cuestiones económicas. Como los asesinatos y homicidios.
Por ahí no vayas Hal.

No es así, los ricos conservadores lo hacen y no tienen estos problemas, es más de que la niña se pueda ir a Cambridge o hacer un máster

El 90% de las interrupciones se hacen en clínicas privadas (te puede costar de 500 a 3.000 euros más el post), y el 10% restante son pobres que van a la pública (gratis)
 
Uno de los temas principales es el hecho de la penalización del aborto por malformaciones en el feto.
Todas las moralinas van dirigidas a la clase menos favorecidas económicamente ya que los de estratos sociales superiores en ese aspecto no les temblará la conciencia a la hora de quitarse de enmedio el "problema".
El marrón para la chusma cuya herramienta, la denostada ley de dependencia, es pura quimera y la Iglesia sentenciando lo de siempre, que palo sostenga su vela.
 
Columna de J.J. Millás
¿Quién se atreve?

Desde esa inviolabilidad civil y eclesiástica a la vez, domesticar el sexo de ellas. Colocar una frontera de concertinas entre la voluntad de las mujeres y su vientre


Gallardón, el emperador de los úteros. Parece una cosa medieval. La historia de un hombre que sueña con pastorear el órgano reproductor de las hembras. Y que lo consigue. ¿Hay perversión mayor? Poseer un corral del tamaño de un país en el que permanezcan encerradas las vaginas de las mujeres, sus matrices, sus trompas de Falopio, los óvulos que desde las trompas ruedan hasta esa dimensión sagrada (“el aborto es sagrado”); tomar venganza de no haberse dado a luz a sí mismo; regresar, ahora como tirano, al paraíso del que se fue desalojado al nacer. Y sin el peligro de acabar en la cárcel como esos monstruos que raptan a las jóvenes y las reducen en sus sótanos a un ganado doméstico; como esos piernas sin educación que las animalizan hasta que las chicas logran asomar una mano por la ventana para escándalo de las sociedades biempensantes, que tanto hacen sin embargo para favorecer la dominación descrita más arriba.

No, no. Las cosas bien hechas: desde el corazón de la ley, desde la autoridad que proporciona ser el ministro de Justicia y exhibiendo, por si fuera poco, maneras de cardenal, de príncipe, manifestándose con el cinismo propio de un monseñor Camino. Desde esa inviolabilidad civil y eclesiástica a la vez, domesticar el sexo de ellas. Colocar una frontera de concertinas entre la voluntad de las mujeres y su vientre. De aquí hacia abajo, todo mío, de mis jueces, de mi capricho, de mis policías, de mis desórdenes venéreos, de mis fantasías más negras, de mis frustraciones menos confesables. Todo este territorio, desde la cintura hasta el nacimiento de los muslos, me pertenece ahora sin peligro porque yo soy la ley y porque me gusta la música y porque soy culto y porque pertenezco a una de las mejores familias del franquismo. Y porque a ver quién se atreve, con lo demócrata que parezco, a rechistarme.

http://elpais.com/elpais/2013/12/26/opinion/1388076661_291917.html
 
Ya puse yo una nota con mi opinión actual al respecto. Mañana tendré otra. Lo malo de posicionarte como cuestionador de la idea del aborto es que rápidamente a uno lo pueden tachar de nazi, de machista, de retrogrado. De infinidad de cosas. Ya si entramos más en materia, si además critico algunas ideas un tanto osadas como esos lemas del aborto libre y gratuito en un tema que bajo mi punto de vista tiene implicaciones morales, al menos para mí, directamente reinstararían la inquisición para juzgarme como peligro para la sociedad.

No obstante, debo confiar en que la sociedad podría ser más seria. Soy el primero que critica la reforma de Gallardón por sus motivaciones ideológicas y religiosas que nada deben tener que ver con los derechos en España. Pero no menos cierto es que me cuesta encontrar motivaciones éticas para sostener que el aborto sea un Derecho. Y no me considero nada carca por esta postura. En otras, os puedo decir que sí, o que no... ¿quién sabe? Esto no hace que automáticamente este del lado de los grupos provida y otros imbéciles integrales que patrullan por las calles de vez en cuando. Tampoco me voy de copas con Rouco.

De nuevo, no me posiciono porque las posturas enfrentadas en este problema no me seducen en ninguna de sus dos vertientes. Ahora bien, me gustaría señalar que bajo mi opinión el nivel intelectual del debate sobre un tema moralmente cuestionable como este, tiene un nivel paupérrimo y demagógico que asusta. Por eso, esta posición de hace seis años del escritor Miguel Delibés, aunque contraria al aborto, me parece una opinión bien razonada.

ABORTO LIBRE Y PROGRESISMO

Miguel Delibes

(ABC, 20/12/2007)

En estos días en que tan frecuentes son las manifestaciones en favor del aborto libre, me ha llamado la atención un grito que, como una exigencia natural, coreaban las manifestantes: «Nosotras parimos, nosotras decidimos». En principio, la reclamación parece incontestable y así lo sería si lo parido fuese algo inanimado, algo que el día de mañana no pudiese, a su vez, objetar dicha exigencia, esto es, parte interesada, hoy muda, de tan importante decisión. La defensa de la vida suele basarse en todas partes en razones éticas, generalmente de moral religiosa, y lo que se discute en principio es si el feto es o no es un ser portador de derechos y deberes desde el instante de la concepción. Yo creo que esto puede llevarnos a argumentaciones bizantinas a favor y en contra, pero una cosa está clara: el óvulo fecundado es algo vivo, un proyecto de ser, con un código genético propio que con toda probabilidad llegará a serlo del todo si los que ya disponemos de razón no truncamos artificialmente el proceso de viabilidad. De aquí se deduce que el aborto no es matar (parece muy fuerte eso de calificar al abortista de asesino), sino interrumpir vida; no es lo mismo suprimir a una persona hecha y derecha que impedir que un embrión consume su desarrollo por las razones que sea. Lo importante, en este dilema, es que el feto aún carece de voz, pero, como proyecto de persona que es, parece natural que alguien tome su defensa, puesto que es la parte débil del litigio.

La socióloga americana Priscilla Conn, en un interesante ensayo, considera el aborto como un conflicto entre dos valores: santidad y libertad, pero tal vez no sea éste el punto de partida adecuado para plantear el problema. El término santidad parece incluir un componente religioso en la cuestión, pero desde el momento en que no se legisla únicamente para creyentes, convendría buscar otros argumentos ajenos a la noción de pecado. En lo concerniente a la libertad habrá que preguntarse en qué momento hay que reconocer al feto tal derecho y resolver entonces en nombre de qué libertad se le puede negar a un embrión la libertad de nacer. Las partidarias del aborto sin limitaciones piden en todo el mundo libertad para su cuerpo. Eso está muy bien y es de razón siempre que en su uso no haya perjuicio de tercero.
Esa misma libertad es la que podría exigir el embrión si dispusiera de voz, aunque en un plano más modesto: la libertad de tener un cuerpo para poder disponer mañana de él con la misma libertad que hoy reclaman sus presuntas y reacias madres. Seguramente el derecho a tener un cuerpo debería ser el que encabezara el más elemental código de derechos humanos, en el que también se incluiría el derecho a disponer de él, pero, naturalmente, subordinándole al otro.

Y el caso es que el abortismo ha venido a incluirse entre los postulados de la moderna «progresía». En nuestro tiempo es casi inconcebible un progresista antiabortista. Para estos, todo aquel que se opone al aborto libre es un retrógrado, posición que, como suele decirse, deja a mucha gente, socialmente avanzada, con el culo al aire. Antaño, el progresismo respondía a un esquema muy simple: apoyar al débil, pacifismo y no violencia. Años después, el progresista añadió a este credo la defensa de la Naturaleza. Para el progresista, el débil era el obrero frente al patrono, el niño frente al adulto, el negro frente al blanco. Había que tomar partido por ellos. Para el progresista eran recusables la guerra, la energía nuclear, la pena de muerte, cualquier forma de violencia. En consecuencia, había que oponerse a la carrera de armamentos, a la bomba atómica y al patíbulo. El ideario progresista estaba claro y resultaba bastante sugestivo seguirlo. La vida era lo primero, lo que procedía era procurar mejorar su calidad para los desheredados e indefensos. Había, pues, tarea por delante. Pero surgió el problema del aborto, del aborto en cadena, libre, y con él la polémica sobre si el feto era o no persona, y, ante él, el progresismo vaciló. El embrión era vida, sí, pero no persona, mientras que la presunta madre lo era ya y con capacidad de decisión. No se pensó que la vida del feto estaba más desprotegida que la del obrero o la del negro, quizá porque el embrión carecía de voz y voto, y políticamente era irrelevante. Entonces se empezó a ceder en unos principios que parecían inmutables: la protección del débil y la no violencia. Contra el embrión, una vida desamparada e inerme, podía atentarse impunemente. Nada importaba su debilidad si su eliminación se efectuaba mediante una violencia indolora, científica y esterilizada. Los demás fetos callarían, no podían hacer manifestaciones callejeras, no podían protestar, eran aún más débiles que los más débiles cuyos derechos protegía el progresismo; nadie podía recurrir. Y ante un fenómeno semejante, algunos progresistas se dijeron: esto va contra mi ideología. Si el progresismo no es defender la vida, la más pequeña y menesterosa, contra la agresión social, y precisamente en la era de los anticonceptivos, ¿qué pinto yo aquí? Porque para estos progresistas que aún defienden a los indefensos y rechazan cualquier forma de violencia, esto es, siguen acatando los viejos principios, la náusea se produce igualmente ante una explosión atómica, una cámara de gas o un quirófano esterilizado.

http://www.abc.es/hemeroteca/histor...aborto-libre-y-progresismo_1641505572225.html

Carta abierta al médico de la columna de El País

Javier Mª Pérez-Roldán, abogado de familia y padre de una niña con espina bífida, responde al neurocirujano Javier Esparza.

El Diario El País publicó ayer una carta del neurocirujano infantil Javier Esparza que lleva por título "Nadie tiene derecho a obligar al sufrimiento". En ella se muestra en contra de la prohibición del aborto en los casos de malformación fetal. En la misma apela a supuestos argumentos humanitarios para permitir el aborto, tachando a los que se oponen a ello de ignorantes o de actuar por intereses espurios. Funda su tesis en un argumento falso como es el sufrimiento de los niños con determinadas dolencias, y de sus familias.

Desde hace 12 años soy abogado de familia y desde hace 7 padre de una niña con espina bífida. Durante estos últimos años me he dedicado, en exclusiva, a dos cosas: velar por el interés de los hijos de mis clientes, y ejercer como padre de mi hija y de sus otros dos hermanos, de 5 y 3 años.
Mi hija tiene parálisis en ambas piernas, y desde los tres años convive diariamente con su silla de ruedas. Tiene también todos los problemas que usted cita como asociados a la espina bífida, salvo la siringomielia. Es más, su lesión (que lo es en la modalidad más grave) está localizada a la altura de la vértebra L4-L5 y según nos comentan todos los profesionales que la tratan, es la más alta que han visto es muchos años. Ha pasado por cinco operaciones, y tiene citas periódicas en siete especialidades médicas.

Ahora bien, mi hija no sufre ni más ni menos que una niña de su edad. Juega, ríe, quiere, ama y siente exactamente igual que sus dos hermanos sanos. Y, a veces, también llora, pero sus lágrimas no tienen ningún poso de amargura ni dolor por encima de las de sus amigas o de las de sus hermanos, pues como ellos, llora por nimiedades.

Como abogado de familia he conocido niños con depresión crónica por culpa de la separación tormentosa de sus padres, que arrastran una existencia triste y sufriente. Como sufren más que mi hija y sus hermanos, ¿los eliminaría?

Y en cuanto a la familia, fíjese si el sufrimiento no es tan extremo como usted dice que después de su nacimiento hemos tenido otros dos hijos, señal de que el cuidado de nuestra hija no nos ha supuesto trauma ninguno.

Estas anomalías, por sí, no causan el sufrimiento que usted pretende. De hecho, si bien el dolor ante cualquier enfermedad o revés de la vida es inevitable, el sufrimiento es totalmente voluntario, pues es éste una percepción personal y subjetiva de la propia realidad. Hay quien ante cualquier mínimo problema ante la vida sufre, y sufre sin mesura, y hay quien ante obstáculos insalvables y dolores sin medida se crece, pues admite su dolor con entereza.
De hecho, por la enfermedad de mi hija he estado en contacto con numerosos afectados de espina bífida (algunos en grados muy severos) y siempre se han manifestado esperanzados y alegres por el don de la vida. ¿Ha oído usted de enfermos de espina bífida que se hayan suicidado o que hayan solicitado la eutanasia?. Sin duda usted conocerá el estudio de su compañero neurocirujano Rob de Jong, publicado recientemente en la revista Pediatric, donde sostiene, por medio de estudios de campo, que los recién nacidos con este mal congénito apenas tenían dolores.

Por eso me causa sonrojo su carta, llena de adulteraciones de la realidad vivida por cientos de enfermos y sus familias. Pero mayor sonrojo me causa su supuesto humanismo. Dice usted que nadie tiene derecho a obligar al sufrimiento ¿y en qué principio ético funda usted tan categórica aseveración? ¿y porqué presupone usted el sufrimiento de estos pacientes?

En cuanto a la fundamentación de su aseveración, alega la mismas causas que las autoridades nacional-socialistas responsables del plan de exterminio de enfermos Aktion T4. El plan se fundaba en que había vidas que no eran dignas de ser vividas, y cuyo asesinato era tanto un acto de compasión como un beneficio para la comunidad. Usted alega ambas cosas (igual que los Nazis) pues sostiene que "el colmo" es que los esfuerzos realizados para el tratamiento de estos niños es un desperdicio, pues acaban muriendo a los 20 años, y encima arrastrando un sufrimiento sin medida. ¡Qué argumento tan falaz! Usted sabe que miente, pues al día de hoy, la esperanza de vida de estos pacientes es prácticamente la misma que para personas sanas. Pero es que, además, aunque fuera verdad el fallecimiento a los 20 años ¿me va a decir usted que no merecen vivir estos 20 años? Usted está jubilado y pronto empezará a sufrir achaques. De vida, según las estadísticas del INE, no le quedan más que 16 años ¿le parecería justo que a la primera recaída de usted le privemos de un tratamiento por lo costosísimo del mismo teniendo en cuenta que no le quedan años para "amortizar la inversión" y más teniendo en cuenta que usted, en la vida, ha hecho lo que tenía que hacer? Según su teoría sería menos grave matar a un zambiano (con una esperanza de vida de 36 años) que a un español (con 81 años de esperanza).

Las personas no son una inversión, son un bien en sí mismo, y no podemos desahuciar a los que tenga cáncer, o SIDA o cualquier otra enfermedad por lo costoso del tratamiento y por el alto índice de mortandad durante el mismo.

En el culmen del paroxismo dice usted que el aborto ayudó a prevenir la espina bífida. Nos descubre con ello su auténtico rostro, pues según usted sería muy fácil que España se colocase a la cabeza de los países saludables. Bastaría con eliminar a todo enfermo o lesionado grave (con cáncer, SIDA, paralítico por accidente de circulación) para poder vender al extranjero nuestras estadísticas y colocarnos como el país con la mejor política de prevención de enfermedades. Veo que usted es de los expeditivos que opina que muerto el perro se acabó la rabia. ¡Menos mal que no tiene usted responsabilidades en la política penitencia, pues sabemos cómo acabaría usted con los índices de delincuencia: fulminando al delincuente!

Sólo le quiero decir una cosa. Lo que nos hace sufrir a los afectados por esta enfermedad son los profesionales médicos como usted. Cuando a los tres meses del embarazo nos anunciaron la enfermedad de nuestra hija, nos recomendaron insistentemente el aborto, y ello hasta hacernos sentir culpables si traíamos al mundo a un niña solo para que sufriera. La realidad es nunca tomamos mejor decisión que tenerla, pues pasado el tiempo intimamos con dos matrimonios que abortaron a sus hijos por tener espina bífida ¡no sabe usted el terrible padecimiento moral de estas dos parejas al ver que si no hubiera cometido tan criminal acto podrían tener con ellos a sus hijos, que de seguro serían tan alegres y joviales como la nuestra! Y le preguntó ¿qué derecho tenían los médicos que les indujeron al aborto a obligarles al calvario de remordimientos que están pasando?

Que sepa que mi hija enferma tiene la misma dignidad que usted y el mismo derecho a vivir que tuvo usted. Ninguna sociedad tiene derecho a decir sobre si la vida de otro es digna o no, o a determinar si una enfermedad causa o no sufrimiento sin preguntar al afectado.

Mi hija necesita para vivir de la ayuda de otros en el mismo grado en que yo la necesito, aun estando sano. Si los hombres vivimos en sociedad es porque nos es necesario el concurso de otros para nuestra supervivencia. Por esto existe la sociedad y los gobiernos de la mismas: para ejercitar la ayuda mutua. En occidente tenemos la suerte de que prosperó la razón benéfica del ágora de Atenas sobre el terror eugenésico del Taigeto espartano ¿usted que es, ateniense o espartano?

http://www.intereconomia.com/notici...a-abierta-neurocirujano-columna-pais-20120726
 
Última edición:
A mí me dan mucha rabia esas cartas o testimonios de padres modélicos con trabajos estupendos que con heroicidad crían a sus hijos con minusvalías.

Son modelos perfectos y me alegro por ellos. Pero su experiencia no vale un pimiento. Y tratar de extrapolarla o incluso imponerla es increíblemente injusto.

Cada familia es mundo. El lugar donde vivas, el apoyo familiar o su ausencia, tu estabilidad laboral, la edad en la te quedes embarazada y el compromiso de tu pareja para afrontar la situación son cosas muchísimo más importantes y decisorias que el testimonio del ejecutivo con uno de sus hijos discapacitados.

Y es tan simple como la puñetera empatía, ponerse en el lugar de los demás y tratar de imaginar como de desgraciada e indigna puede ser tu vida su no tienes para cubrir las necesidades normales.

Pero está claro, la empatía viene de serie y no se puede aprender.
 
A mi me ofende la hostia el del gili ese del Cola Cao que como quiere volar, puede... por el mismo motivo, por las circunstancias de cada cual.


:mosqueo
 
Seaker, si tu interpretación a mis palabras es esa mal vamos.

Una ley general que jode a una parte de población para salvaguardar unos principios éticos que son completamente discutibles es una ley injusta.

De todas formas me quejo más de las formas que del fondo. En estos contextos sale siempre a relucir esa España de puta madre, este extraño NO DO en color que muestran algunos medios de comunicación pero que realmente representa un porción muy pequeña.

El fondo tampoco es tan apocalíptico. El supuesto de riesgo de daño psicológico para la madre debería ser suficiente para acoger los casos en que realmente una madre no pueda hacerse cargo de su hijo.
 
totalmente de acuerdo con King Konan sobre el de la carta.

Ahora bien, mi hija no sufre ni más ni menos que una niña de su edad. Juega, ríe, quiere, ama y siente exactamente igual que sus dos hermanos sanos. Y, a veces, también llora, pero sus lágrimas no tienen ningún poso de amargura ni dolor por encima de las de sus amigas o de las de sus hermanos, pues como ellos, llora por nimiedades.


Ha pasado por cinco operaciones, y tiene citas periódicas en siete especialidades médicas.



Como abogado de familia he conocido niños con depresión crónica por culpa de la separación tormentosa de sus padres, que arrastran una existencia triste y sufriente. Como sufren más que mi hija y sus hermanos, ¿los eliminaría?

vaya manipulación. A parte, que es lo que pasa que una niña como la suya a parte de su enfermedad no puede sufrir también una separación tormentosa de sus padres?
está intentando comparar el aborto con el asesinato?


¿Ha oído usted de enfermos de espina bífida que se hayan suicidado o que hayan solicitado la eutanasia?

???? , todos las enfermedades que se pueden detectar en el feto se reducen a la espina bífida? que datos tiene para decir que nadie con esa enfermedad no se ha intentado suicidar?

alega la mismas causas que las autoridades nacional-socialistas responsables del plan de exterminio de enfermos Aktion T4. El plan se fundaba en que había vidas que no eran dignas de ser vividas, y cuyo asesinato era tanto un acto de compasión como un beneficio para la comunidad
aquí ya se le ha ido totalmente la pelota.

tal y como escribe y el sitio donde esta recogida la carta ya se ve claramente su ideología

Mi hija necesita para vivir de la ayuda de otros en el mismo grado en que yo la necesito, aun estando sano. Si los hombres vivimos en sociedad es porque nos es necesario el concurso de otros para nuestra supervivencia. Por esto existe la sociedad y los gobiernos de la mismas: para ejercitar la ayuda mutua.
 
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