Respuesta: "OBLIVION": Tom Cruise en una de sci-fi again
(id, Joseph Kosinski, 2013)
Gran ejemplo donde el envoltorio de lujo supera, con creces, cualquier infortunio o fallo que pueda contener la película. Para empezar logra funcionar por su exquisita, elegante y antetodo sobria puesta en escena donde Joseph Kosinski rueda una entrega más de esa sci-fi con el ojo puesto en los clásicos por antonomasia (Kubrick a la cabeza con su 2001) y sin requerir un ritmo trepidante constante, batallas espaciales cargadas de efectos especiales a todo trapo como si fuesen necesarias obligatoriamente para que sintamos estar ante un producto de ciencia ficción en ciernes. Pero creo que uno de sus mayores errores es querer rizar el rizo con un guión que no necesitaba golpes de efecto a los cuales no pude evitar recordar un producto similar tanto en intenciones como en resultado como "Moon" de Duncan Jones con el cual guarda no pocos puntos en común, sólo que aquella era más pretenciosa (queriendo o sin querer) mientras que esta navega más por los mares de los blockbusters de diseño de los últimos tiempos.
La película, desde luego, no se esconde de lo que es y tampoco pretende engañar. Desde los primeros instantes nos damos cuenta que el filme es un producto más acorde con algo intimista que con una superproducción festivalera a pesar de que contenga elementos muy claros al respecto: extraterrestres, naves espaciales, tiroteos - persecuciones, diseño de producción de lujo, puesta en escena apabullante pero intentando en todo momento ser más señorial y mucho más adulta de lo que en principio podamos imaginar junto con elementos muy sesudos que juegan con el riesgo de ser aceptados (o no) en cuestión de si el espectador está de acuerdo en aceptarlos (o no). Cruise se esfuerza en seguir siendo un star-system el cual aún puede seguir ofreciendo roles creíbles, Morgan Freeman es, quizás, el mayor lastre de toda la trama y su presencia es más una pieza para darle cierto bouqué al elenco que algo realmente imprescindible a la trama (el final juega en la línea fina del acierto y el sonrojo a partes iguales). Pero desde luego el mejor descubrimiento y acierto hasta la fecha es Andrea Riseborough, donde la frialdad y lo emocional juegan un papel vital en su personaje.
Dividida en dos partes muy diferenciadas la primera sería la que juega con el cine adulto, serio, distante, recurriendo a los elementos esenciales para no ser un producto más, original aún reconociendo las referencias habidas y por haber (Wall-E, Moon, Desafío total e incluso, si se me apura, Independence Day entre otras) y con las piezas imprescindibles para no decaer ni causar aburrimiento (aunque el ritmo sea más pausado que de costumbre) mientras que la segunda mitad es la que sirve como recompensa a los que han aguantado estoicamente todo lo contemplado donde la parafernalia, lo apabullante, el ruído y la acción van cogidos todos de la mano en un filme más convencional y con los giros argumentales con más licencias cinematográficas de lo que cabía esperar pero que dentro de lo que cabe tampoco ofende ni molesta. Porque a fin de cuentas hay un esfuerzo intrínseco, donde las ganas de contar lo mismo pero de forma distinta y sobretodo sin caer en lo manido dejan un producto aceptable. El problema más importante aquí, dentro de lo que cabe, es que no requería tanto metraje para algo tan escueto ni era necesario un par de giros argumentales que en frío resultan más forzados de lo que puedan parecer.
Pero aún viéndole los peros reconozco que supera con creces la mayoría de productos donde hay más interés en apabullar al espectador con el despliegue de medios (y el dinero invertido) que hacerla funcionar por méritos propios. Porque así como las escenas íntimas entre Cruise y Riseborough están resueltas con oficio y los momentos donde un cine más serio y comprometido tiene razón de ser (Cruise criando la planta) las escenas de acción como todas aquellas donde las naves especiales son necesarias, al igual que algún momento puntual de suspense (aderezada con acción seca) como la introducción del personaje de Cruise en la cueva o la batalla con los Drones jugando, una vez más, con la Inteligencia Artificial como punto de partida. Porque la fotografía de Claudio Miranda es uno de los mayores y mejores elementos cinematográficos hasta la fecha y dota a la película de un envoltorio impresionante, haciéndola un destacado ejercicio de estilo más formal de lo acostumbrado y donde no llega la dirección lo hace la fotografía, que es todo un lujo para la vista y los sentidos. Me imagino que con el tiempo el recuerdo sobre "Oblivion" y sus correspondientes revisionados harán el resto.