Bueno a ver.
Yo esperaba encontrarme una película en la que me iban a hypear la bomba durante la mayoría del metraje, que el corazón del espectador se iba a ir acelerando a medida que se acercara el momento de pegar el petardazo, pero no me he encontrado con eso. En su lugar Nolan vuelve a jugar con ese uso del tiempo tan molesto que ya usaba en Batman Beggins y en The prestige: el timpo va para alante y para atrás sin ton ni son, con muchos nombres que piden que recuerdes (aunque de vez en cuando te hacen un refresh a la imagen del mencionado), y lo del blanco y negro no se utiliza como yo pensaba (mundo pre-bomba y mundo post-bomba), sino que al parecer cuando está en color es el punto de vista de Oppenheimer y en blanco y negro es lo que pasó de verdad.
Y es que después de la bomba la película ya venía amenazando con convertirse en una de Oliver Stone, con vistas públicas, azotamiento a Oppenheimer, espías por ahí y con un Rami Malek que nadie esperaba, igual que a Damon en Interestellar, pero todo dios quiere trabajar con Nolan aunque sea para dos frases.
Se nota cómo pasa el tiempo cuando la ves, yo ya estaba revolviéndome en el asiento, tal vez en un nuevo visionado la cosa mejore, y siempre voy a reconocerle sus virtudes, el hecho de haber podido rodar un drama por completo en Imax ya es algo digno de mención, pero que en esas eteeeeeeeeernas conversaciones de personajes sentados en una mesa me pongan música de película de acción taladrante me sacaba de la escena totalmente.
Podrían haberse marcado una película genial pre-guerra fría, con subtramas potentes y siempre enfocada a la bomba, pero Nolan parece mas interesado en las discusiones de escritorio.
Me ha dejado frio.
Ah, y desde que empezó la película estuve esperando el momento de la explosión para poder tirarme un pedo brutal que llevaba molestándome todo el día, pero en cuanto apretaron el botón rojo y que sólo se escucharan las respiraciones (que no jadeos) del Jaime os podeís imaginar como acabó aquello.
"Joder el 4D", debió pensar alguno.