PECKINPAH

Respuesta: PECKINPAH

Hay millones de detalles, sí. A mí el comienzo me flipa: Pike y los suyos acercándose a dar el golpe, los niños y los escorpiones, el predicador y los antialcohólicos, los músicos, la trampa de los cazarrecompensas en el tejado, la adorable ANCIANITA a la que Pike lleva del brazo como protección antes de irrumpir en la administración del ferrocarril... Es alucinante la cantidad de elementos que maneja Peckinpah y lo perverso que resulta. Las tensiones que se producen antes de la explosión de la violencia. :hail

En ese comienzo hay un momento, soberbiamente interpretado y captado por Peckinpah, que siempre que lo veo me perturba como pocos: Strother Martin besando el cañón del rifle, preso de la excitación por lo que se avecina.
Sí. Y tras esa primera matanza se produce otro momento perturbador: cuando los muertos son despojados de sus botas y demás objetos de valor. Como buitres en la carroña. Y es que el grupo de desalmados y miserables (que lidera, muy a su pesar, el personaje de Robert Ryan) es de cuidado. Nuestra simpatía, indudablemente, está del lado de los forajidos (Pike y cía.).
 
LHP:
http://www.lashorasperdidas.com/ind...-la-bbc-sobre-sam-peckinpah-a-golpe-de-raton/

Documental de la BBC sobre Sam Peckinpah a golpe de ratón. 'Man of Iron': 82 minutazos sobre el maestro.

Primero de los 6 videos que consta el docu.

82-Minute BBC 'Moving Pictures' Doc on Sam Peckinpah: "Man of Iron" - PT.1 - YouTube

Sam Peckinpah es uno de los directores emblemáticos de los 60 y 70, un hombre que supo renovar la violencia en el cine hacia unas cotas de realismo pocas veces vistas con anterioridad. También, un tipo cuya misoginia nada disimulada era un rasgo más de su autoría, aunque habría que matizar que, en general, tenía una visión bastante negativa del género humano, dominado en lo más profundo por sus instintos más básicos y terrenales. Y es que este directorazo responsable de pelis míticas como Perros de Paja, Grupo Salvaje o La Huída podría ser asociado con ese pensamiento de “todas putas”, aunque, como digo, también los hombres son retratados como violentos, zafios y ansiosos de poder. En definitiva, alguien que reducía al ser humano a su lado más animal y violento.

Sobre todo ello habla Man of Iron, un documental de la BBC realizado en 1993 y con testimonios de gente como Jason Robards, Kris Kristofferson, James Coburn, Emilio Fernández o Katherine Haber.
 
¡Bah! ¡Chorradas! ¿Para qué nos molestas con estas tonterias...?

Quiero decir... Gracias. :cuniao
 
http://www.lashorasperdidas.com/index.php/2014/01/30/asi-se-hizo-el-tiroteo-final-de-grupo-salvaje/

Así se hizo el tiroteo final de ‘Grupo Salvaje’. Una de las más grandes escenas de la Historia del Cine.

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La impresincidble Cinephilia & Beyond (@lafamiliafilm) ha rescatado de YouTube esta pieza de 7 minutos de duración que narra el proceso de planificación de una de las secuencias de acción más importantes de la historia del cine contemporáneo: el tiroteo final de Grupo Salvaje, de Sam Peckinpah.

El video es un extracto de The Wild Bunch: An Album In Montage un documental dirigido por Paul Seydor y Nick Redman para Tyrus Entertainment en 1996, a raíz de más de 70 minutos de metraje de 16mm sobre el rodaje de la película de este extraordinario realizador.

“No hay ninguna línea de guión que hubiera podido describir lo que siente el grupo antes de iniciar el tiroteo. Walon Green se limitó a escribir ‘Let’s Go’ y funcionó gracias a la dirección de Sam”, se apunta desde el documental.

“Lo que Sam quería era la historia de un grupo de hombres que querían cambiar, y que al final se resistían a hacerlo”, prosigue la narración, citando a los presentes en el rodaje. “La idea es: ¿quién roba y mata, solo para entregar las armas y salvar a Ángel? Es un romance. ‘¿Y si alguien lo enseñara en pantalla?”, cita el documental palabras de Peckinpah.

El resto del post –como es habitual en esa web– no tiene desperdicio. Guión, análisis, imágenes y artículos a vuestra disposición a través del enlace inferior.
 
He visto la versión extendida de Major Dundee, de la cual había visto la anterior versión hace demasiado. Es una película descomunal que ya apunta a esa cima del cine que es Grupo Salvaje. Prácticamente todo está aquí ya, la amistad traicionada y esa fabulosa manera de Peckinpah de interiorizar a sus 2 protagonistas como si fueran uno solo, un reparto coral apoteósico con muchos de los que serán sus habituales, formando aquí un grupo absolutamente imposible a base de unionistas, confederados, negros liberados, mercenarios, apaches cristianos, delincuentes, sacerdotes, todos juntos para luchar contra una leyenda apache y los franceses. Un guión con muchos bandos como ocurriría en The Wild Bunch, con la que también coincide con su agradable estancia en el poblado mexicano. Como siempre en sus grandes obras, funcionan igual de bien sus clímaxs que sus pausas y fascinan sus diálogos, aquí especialmente cuidados los de Heston con Harris.

Una obra mutilada que jamás conoceremos completa, se nota la tijera en el desarrollo de bastantes secundarios, la he visto con una banda sonora nueva porque leí que Peckinpah no quedó contento con la original y, pese a su imperfección, estamos ante algo que supondría un punto y aparte en el western crepuscular de no ser porque 4 años después llegaría a la perfección con la de Holden y Borgnine.

Y es que vaya póker de westerns con High Country, Major Dundee, Wild Bunch y Patt Garrett, mejor dicho, dobles parejas, 2 epopeyas desgarradoras y 2 obras intimistas, todas hablan de la derrota, de la amistad masculina y del sentido del honor y el deber, y violencia, mucha violencia, pero de la de verdad, de la que duele.
 
La recuerdo grandiosa. Precisamente tengo el BD a mano, sin desprecintar aún. Pensaba verla en breve y ya comentaremos.
 
Mayor Dundee es un pepinaco; defectuoso por cuestiones de sobra conocidas pero una película mayúscula aún con sus taras. Y con ella queda claro el leit motiv del cine de Peckinpah de confrontar dos personajes que son en el fondo pequeñas muestras de sí mismo. Un cine sin personajes antagónicos, sólo diferentes decisiones a la hora de afrontar la vida. Es una pena la mini historia de amor con Senta Berger (pedazo de mujer por cierto) que es un pegote espantoso. Pero toda la "intrahistoria" entre Heston y Harris es acojonante.
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Curioso, según la SO FILM Peckinpah la consideraba su mejor peli... o la que podría haberlo sido de no haber caído en manos ajenas.

La veré.
 
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Esta secuencia en la que Heston hace un discurso ante los presos confederados y, a continuación, atraviesa la masa como Moisés cuando se abrieron las aguas del Mar Rojo es más grande que la VIDA.
 
Acojonantes comentarios de Ropit y Groucho.

Por intentar aportar algo diferente a lo ya dicho, hay un elemento en esta película que me parece crucial (y que es una constante en toda la filmografía de Peckinpah) y es el concepto de desarraigo (aquí, además, unido al de desnaturalización). Y junto a ello (o a consecuencia de ello) la dolorosa creación de vínculos nuevos en lo que parece el nacimiento de un concepto más moderno de nación y de patriotismo (con sus elementos positivos y negativos). Es decir, el paso del patriotismo entendido como defensa de cosas tangibles y trascendentales (como la propia tierra, la familia, los valores y las tradiciones transmitidas) al patriotismo abstracto de leyes, normas y ordenamientos jurídicos ("mi superior no es abogado", le dice Potts al jefe francés). Tyreen sería, en principio, el representante de lo primero y Dundee el de una nueva América donde la gente ya no se sacrifica ni lucha por ideales, sino por contratos, normas, interés u obligación (luego las fronteras se irán desdibujando).

Así, cada grupo humano que se suma a ese contrato lo hace por razones diferentes: los soldados yankees por decisión propia u obligación adquirida; los sureños por fuerza mayor; los afroamericanos por obtener reconocimiento y luchar por su sitio en ese nuevo mundo que se está forjando; los civiles por interés (económico, evangelizador, existencial); los indios por desarraigo, etc. Es cojonuda la escena de la salida, cuando cada subgrupo va cantando una canción diferente (con los uniformes limipos) según su procedencia (sin respetar a los demás, marcando distancias, provocando e ignorando el son común de trompeta), y como vuelven todos respetando silenciosos la tonadilla oficial, ensangrentados como recién paridos y creando nuevos lazos de arraigo que ayudarán a reconstruir su país (no hay nada que una más que la lucha contra un enemigo común). Ahí está también reflejada la eterna obsesión (personal) de Peckinpah con el tipo desubicado ante un tiempo nuevo que no comprende, en la bella y metafórica inmolación final de Tyreen (que es fiel a su palabra hasta el final, aunque eso signifique su perdición) donde acaba por aceptar (no sin cierta ironía) los postulados de su amigo/enemigo.

La relación con la Berger va también orientada al tema del desarraigo. Dundee es un sureño casado con las nuevas normas y leyes de una tierra que no es la suya. Lucha por ellas, pero sin apego y pasión, por eso no duda en saltárselas cuando le conviene (casi es más "rebelde" que el otro). Aquí es donde México se convierte en ese territorio mítico para Peckinpah donde parece que el tiempo se ha detenido y todo es como antes. Un lugar de tradiciones reales, de amor por lo propio, de sentimiento. La (imposible) fascinación por esa mujer es la fascinación del director por ese país, como símbolo de un paraíso perdido; es más un estado de ánimo que un espacio concreto (ella es otra desarraigada - alemana- que ha conseguido volver a echar raíces allí). Poco antes de que le jodan la pierna de un flechazo, el mayor le dice a su amada una frase crucial: define con resignación a su pequeño ejército (el de esos nuevos EE.UU.) como un sitio al que van a parar los hombres que no saben donde ir; donde pueden satisfacer sus ansias de lucha; les dicen lo que tienen que hacer (sus afectos y sus enemigos) y les dan de comer por ello (hay hispanos, indios, irlandeses, negros... e incluso un amargado Potts al que ni la más fea del pueblo le hace caso... pero todos ellos desarraigados). "Me preocupa cómo luchan, no cómo sienten", dice (aunque al final puede que aprenda algo de Tyreen). Ese nuevo mundo de libros de leyes (no de afectos naturales) puede hacer que alguien tenga que matar (o tolerar que maten) a un hermano (sólo porque ha desertado y lo dice una hoja de papel) pero también que los afroamericanos puedan defender su dignidad y reclamar lo que por derecho les corresponde. Nada es absolutamente bueno o malo; se pierden cosas pero se ganan otras en el proceso.

Hay otro aspecto que me gustaría destacar y es el rollo humorístico, que me parece muy acertado: todo lo referente al teniente de artillería Graham, ese Oates alérgico a lavarse (guiño a su personaje de Duelo en la alta sierra) o el propio narrador llevándose una reprimenda cuando estropea con su pésima interpretación de trompeta el momento solemne del entierro (al principio de la película).

A todo eso le sumamos violencia descarnada, diálogos ásperos, espectaculares escenas (casi) de masas (algún extra mirando a cámara, eso sí... nada grave), una fotografía globalmente muy buena (genial el uso del scope en interiores: por ejemplo, en el despacho del mayor) y ya podemos mandar todos los defectos y dificultades que históricamente arrastra esta película al carajo.

p.d. 1 La escena que pones Max, de ese Dundee cuatro machos avanzando por en medio de la masa de presos hostiles, que se apartan a su paso, es una puñetera cima.

p.d. 2 La anécdota entre Sam y Ben Johnson (la del puñetazo) es otra cima más.

p.d. 3 Seguro que si Peckinpah leyera toda esta mierda, me mandaría callar mientras se caga en mi puñetera calavera y me lanza una botella de tequila medio vacía a la cabeza.
 
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Una película que comienza con una masacre cometida por unos indios, dejando el terreno sembrado de cadáveres SANGUINOLENTOS y otros colgados de los pies, no puede ser otra cosa que una obra mayor. Esos planos largos tan hermosos como terribles, con las consecuencias de la matanza... :babas
 
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La anécdota valekiana de los cuchillos destrozando decorados... :mparto :mparto :mparto

BLOODY SAM.

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Yo es que la relación con la alemana sí la veo potente ... Ese "tú siempre estarás en guerra" final es desgarrador como definición de un personaje obsesivo que se monta su propia película con tal de tener un objetivo con el que luchar, el típico protagonista peckinpaniano, como dice Carrion, desarraigado y de vuelta de todo.

Lo único que canta de la relación es que ella le elija, y el problema no está en el guión, está muy bien que coquetee con Richard Harris y el joven y finalmente se decante por el mando, el problema es Heston al que le falta atractivo físico e interpretativo para competir con Harris por ese bellezón (qué mujer!).
 
Hay algo que comenta Torres Dulce sobre Grupo Salvaje y es muy cierto, y es que Peckinpah se nutre de todos los grandes del western en sus propios westerns para hacerlos suyos. En el caso de Wild Bunch cita la poesía de Ford en ese tema del arraigo para el pasaje del poblado mexicano culminado con La Golondrina, a Howard Hawks en ese triángulo "amoroso" masculino entre Holden, Borgnine y Robert Ryan con celos incluidos, y Raoul Walsh en su sentido de la aventura (también citaba a Nicholas Ray pero no me acuerdo).

Y es que es bien cierto que Peckinpah ha pasado a la historia por sus protagonistas al límite de todo, por su tratamiento de la violencia, pero me parece muy encomiable su sentido de la aventura, como en ésta de Mayor Dundee, supongo que su privilegiada descripción y estudio de personajes repercuten a favor de la aventura porque los personajes son más reales que la vida. En cualquier caso, Garci lo describe también como un extraordinario guionista, de ahí que sepa plantear tan bien la aventura.
 
Llevo toda la vida hablando de la grandeza de esta obra magna y la gente diciendome que es una obrita menor ¿y ahora me venis con estas? ¡Idos a tomar por culo! :cuniao
 
La breve estancia del grupo salvaje del Mayor Dundee en el poblado mexicano es un breve interludio para reponer fuerzas y disfrutar de un pequeño receso después del brutal enfrentamiento del río con los apaches. Y sirve también para hacer un contraste entre el romance adolescente del joven corneta y la mexicana, donde hay consumación/desvirgamiento y entrañable/apasionado idilio, y el cortejo al que es sometida la mujer de rompe y rasga por parte del elegante y galante Tyreen, el Mayor y Graham, que ya tiene otro tono más maduro y crepuscular, no tan brusco e impulsivo: no hay consumación por el momento, sino un beso en modo coitus interruptus. O sea, un descreimiento que está en las antípodas de la explosión de hormonas del corneta y la mexicana, que cogen el camino directo, sin preámbulos. Un poco como la vida: el amor joven del aquí y ahora, inconsciente del futuro, y el amor maduro que es consciente de la carencia de futuro y que, por ello, resulta amargo. Desde luego, me parece un acierto de guión.

Otro apunte: Dundee se llama Amos, que es el mismo nombre que el del protagonista del libro "Centauros del desierto" (en la película se cambió por "Ethan"). No es casual, por lo tanto, que Quim Casas diga que la obsesión del Mayor Dundee tenga la misma dimensión trágica que la del protagonista de la película de Ford.
 
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Me la he calzado de nuevo. Interesante cómo maneja Peckinpah la figura de la mujer. Tras lo que acontece en el poblado mexicano, luego se produce el reencuentro (necesidad de amor en un contexto bélico), y la intimidad de ambos desencadena que él se descuide como un novato y que los indios le tiendan una emboscada con el resultado de recibir un flechazo en la pierna. La mujer como debilidad masculina que hace bajar la guardia. Y luego la cana al aire con la mexicana mientras está recuperándose, que desemboca en el hachazo de: "-La guerra no durará siempre". "-Sí para ti, Mayor". Y adieu.

La película está plagada de momentos sublimes. Un ejemplo: Dundee observa a los presos confederados desde lo alto del Fuerte y les tira un cigarro. Los confederados se lanzan a por el cigarro, pero al darse cuenta de que ha sido tirado por un Unionista, uno de ellos lo pisa... con el pie desnudo. O Graham, que medio tose cuando el Mayor le somete a prueba en el despacho encendiéndole un purito y dándose cuenta (atención a la mirada de Heston) de que aún no es un tipo curtido. O el enfoque libertino y desmitificador del tema uniformes y facciones de la Guerra Civil: las banderas dan igual, lo bandos dan igual... Al final todos son hombres cuya diferencia es una línea difusa. Y sus intereses finales son discutibles: Dundee en su cruzada obsesiva y tal vez suicida busca el ascenso, mientras Tyreen busca la liberación de los suyos y de él mismo. Dos condenados a entenderse por un fin común en el que, eso sí, pesa el honor de la palabra dada.

O la pochez del final para el Mayor... en comparación al inolvidable final wildbunchiano de Tyreen...

PD: Muy con Ropit respecto al guión, que es estupendo. No en vano, uno de los guionistas también trabajó en el libreto de "Harry el sucio". Hay frases que se podrían tallar en piedra, principalmente en los diálogos entre Dundee y Tyreen o entre Dundee y Graham u otros...

Capt. Frank Waller: Are you pursuing the Apache, Major, or a promotion?
Maj. Amos Dundee: Whatever my reasons are, Frank, you'd better get down on your knees and pray to God I don't decide to take you with me.

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Samuel Potts: I am Samuel Potts, I bring complements of Major Amos Dundee, regular, United States cavalry. You have five minutes to surrender your troops and your stores before he cuts loose.
Capt. Jacques Tremaine: [putting on his dress coat as he speaks] He would not dare. This is a horrendous violation of international law, and an unprovoked confrontation with a friendly power...
Samuel Potts: Sonny, the Major ain't no lawyer. And you've now got *four* minutes.

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Maj. Amos Dundee: I have only three commands. When I signal you to come, you come. When I signal you to charge, you charge. And when I signal you to run - you follow me and run like *hell*!

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Maj. Amos Dundee: Lieutenant Graham?
Lt. Graham: Yes, sir.
Maj. Amos Dundee: I gave you a specific order, and you failed to carry it out.
Lt. Graham: No, sir, you gave me a command. I gave the orders from then on.
Maj. Amos Dundee: You sure did, Lieutenant. Have a cigar. :lol
 
Última edición:
Es que Peckinpah es un guionista como la copa de un pino. No hay una puñetera frase mala o discordante. Lo maravilloso del sentido de la aventura, que es bien cierto, es lo paradójico que resultan las intenciones, los puntos de partida grandilocuentes para alcanzar objetivos vacíos o directamente no alcanzarlos como en Bunch. Asumir que es mejor acabar de esta forma (Neil Young lo expresó muy bien en Hey, Hey, My, My), antes que seguir pudriéndose miserablemente por los caminos, hostigados como perros. O el pobre Cable Hogue pretendiendo por fin irse al este... Y en Dundee finalmente encontrarse con el Apache y ver que no son los poderosos guerreros que andaban buscando, sino tan sólo un atajo de indios esmirriaos; para finalmente acabar a palos con los mejicanos que nadie había invitado a esta fiesta...
 
Sí, es la grandeza de un final aunque sea trágico. Vivir a tope, morir joven. Peckinpah se refleja en sus personajes. Creo que algunas de sus películas hablan más de él que muchos libros dedicados a analizar su vida y trayectoria artística. Él está en su propio cine. Y hay mucha verdad en su obra y mucho atrevimiento al mostrar la oscuridad del alma: por ese motivo es mi director de westerns favorito. Porque se atrevía a hablar de seres humanos imperfectos, y lo hacía sin paños calientes. Me identifico mucho más con los antihéroes peckinpahianos que con otros personajes de grandes como Ford, Hawks o Walsh, a los cuales admiro pero me quedan un poquito más lejos. También su visión crepuscular me llega más a día de hoy. Son gentes a ras de suelo, con múltiples debilidades, pero que conservan un respeto por el otro y mantienen la palabra. Digamos que hay un código de honor de por medio aunque las situaciones sean hostiles, críticas o desfavorables, lo cual engrandece a los personajes, que son capaces de arriesgar su vida y morir por un fin común. Pese a sus vidas desordenadas y a conductas cuestionables, me parece fascinante que también haya una categoría moral que se puede observar en las relaciones varoniles en conflicto.

En Mayor Dundee, se enfrentan a los franceses en ese final donde es imposible ganar y que conduce a Dundee a regresar cabizbajo, derrotado, y a Tyreen autoinmolado y lanzado en plan kamikaze una vez que sabe que, después de recibir el disparo, ya no tiene opciones de vivir. La muerte como final épico.

La aventura se sostiene tan bien porque Peckinpah, en sus mejores películas, construye personajes creíbles y heridos, les otorga objetivos difíciles, los somete a confrontaciones internas y externas y los hace recorrer paisajes retratados con una clase infinita. Todas esas aventuras, además, están rodadas con un aliento clásico impresionante, tirando de planos largos, de composiciones cuidadas y fanfarrias acojonantes...
 
Es lo que comenta Garci en el coloquio de Grupo Salvaje, todo respira verdad, va en serio, es lo contrario a Los 7 Magníficos, no hay pose, y esto en un western de aventuras es dificilísimo, casi único.

Mirad la cantidad de gente que ha intentado imitarlo, y es imposible. Ver un ciclo selecto de Peckinpah con sus westerns, Perros de paja, Alfredo Garcia, La Cruz de Hierro es una inyección en vena, algo irrepetible, es un ADN no replicable, una combinación de virtudes muy específica y apropiada para el cine.
 
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