Zona hostil, de Adolfo Martínez Pérez
Un helicóptero médico sufre un accidente en mitad de una misión rutinaria en Afganistán. Mientras llega la ayuda, los ocupantes deberán pasar la noche en territorio enemigo y hacer frente a los insurgentes afganos, que complicarán cada vez más la situación.
Cine bélico español, basado en un suceso real ocurrido en 2012, que busca ser, ante todo, un homenaje a la labor de las fuerzas armadas españolas en el extranjero y a sus caídos. Rara avis en nuestro cine (lo cual resulta más meritorio) y muy básico y efectivo ejercicio de género, realizado con recursos más bien limitados, al menos para una producción de estas características, y con un guión bastante coral. Si bien las secuencias en interiores desprenden cierta cutreza, lo cierto es que las secuencias de acción y de mayor despliegue de medios (el rescate con helicóptero del cacharro siniestrado, de enorme importancia tanto material como simbólica) están bastante bien resueltas, de una manera clásica y sin recurrir al previsible efecto Greengrass de la cámara hiperrealista.
Nada resulta especialmente sorprendente ni original, todo sea dicho, empezando por unos personajes muy de manual, descritos en lo fundamental (el lider novato, el soldado curtido y desconfiado, cierto choque cultural...) y sin andarse por las ramas. Puedo entender que resulte polémica la omisión descarada de la participación italiana en el incidente, supongo que con el fin de darle mayor protagonismo a lo nuestro. Sin un mensaje político ni patriótico explícito, muestra sin más la dura labor de esta gente (son todos de puta madre), presentados más como héroes anónimos y cotidianos que otra cosa: el único momento abiertamente épico-patriótico, el del credo legionario, que sería el equivalente a recitar la biblia en una americanada cualquiera.
Se agradece, por último, ver a unas cuantas mujeres de armas tomar en una temática, digámoslo suavemente, demasiado masculina.