Películas que vais viendo en casita

Lo bonito de la serie B es que es un medio tan válido como cualquier otro para contar historias (incluso con más libertad!) pero cambiando desparramar millones por intentar tomar decisiones creativas que suplanten la ausencia de medios, cosa que puede incluso incrementar el arte de la película.

La serie B no es "no tenemos pasta, vamos a reirnos de todo", eso es postmodernismo mal entendido y, de hecho, hay muchísima peli así de serie A hoy en día.

Cameron se tomó Terminator en serio y aprovechó lo que tenía para sacarla adelante, es una buena serie B. Incluso en Aliens hizo que pareciera una película con mucho más presupuesto.

Terminator 2 es mucho más floja, entre otras cosas, porque no gastó dinero en guionistas y porque la filosofía de baratillo y el aire trascendental le queda muy grande.

Pero bueno, al lado de lo que vino después todavía era digna, igual que True Lies.
 

STAR TREK VI: AQUEL PAÍS DESCONOCIDO (Star Trek VI The Undiscovered Country, 1991 -Nicholas Meyer)​




Tras el batacazo crítico (y en parte comercial) que supuso la quinta entrega dirigida por William Shatner los productores llegaron a la conclusión que sólo se podía remontar llamando a filas a un director que ya hubiera trabajado en la franquicia...En este caso el afortunado fue Nicholas Meyer que inspirándose en William Shakespeare -literalmente toma diálogos de algunas de las obras del inmortal escritor inglés- y utilizando a un villano de altura (un enorme Christopher Plummer curiosamente compañero de estudios teatrales y primeros trabajos con William Shatner en Canadá) para componer una película que sirvió como despedida , muy notable, de los tripulantes de la de la serie iniciada en 1967 y luego prolongada en las seis películas estrenadas en formato cinematográfico. Película muy entretenida, acaba siendo una de las mejores de la franquicia y claramente remonta el resultado de la anterior, gracias a ofrecer momentos rodados con soltura, buen ritmo , algunos cameos que no pasaran desapercibidos al espectador y un final que puede hacer soltar la lagrimita a los fans acérrimos
 

EL CASTILLO EN EL CIELO (Tenkû no Shiro Rapyuta, 1986 -Hayao Miyazaki)​




Sin duda alguna y con todo merecimiento una de las grandes obras maestras de su creador japonés Hayao Miyazaki, que aquí construyó una fantasía de aventuras en la que el punto fuerte , además de una animación espléndida y un diseño de personajes magnífico, está en la capacidad que tiene el maestro de crear unas tramas en las que la personalidad y los sentimientos de las criaturas animadas siempre tienen una importancia vital: Aquí una chica con poderes especiales y provenientes del cielo, de un castillo concretamente que flota entre las nubes llamado Laputa -no hagamos bromas- y que permite como digo crear una fantasía aventurera con diseño de personajes maravillosos (inolvidables ese conjunto de piratas encabezados por una mujer ruda) y también por la inolvidable banda sonora de Joe Hisaishi, colaborador habitual del cine de este genial animador japonés
 
Yo me he visto Dolares, de Richard Brooks... y una pena porque podia haber salido una buena pelicula de robos pero no acaba de encontrar el tono, Goldie Hawn siempre me ha parecido pésima y Warren Beatty no mucho mejor actor, para que engañarnos... pero es que mete secuencias cómicas que no pegan ni con cola... si quieres mezclar robos con humor tienes que hacer algo más ligero como Ocean 12 donde el tono predominante sea el "buen rollo"... aqui te mete una trama seria, con sicopata, mafiosos, drogas (incluso hay algun muerto) y luego te mete una secuencia con Goldie Hawn con el culo en pompa haciendo gimnasia delante de la tele como si fuera la peli Shampoo.
No way José...

 

STAR TREK VII: LA PRÓXIMA GENERACIÓN (Star Trek VII: Generations, 1994 -David Carson)​




Película que propuso enlazar el final de la antigua generación de la saga clásica con la nueva generación que encabezaba el gran Patrick Stewart. El resultado es un film algo irregular/indigesto, con algunos tramos demasiado lentos y en los que realmente argumentalmente no pasa nada...Pero que juega con una premisa que es más interesante en la teoría que no tanto en la práctica: Colocar a un jubilado capitán Kirk (William Shatner) atrapado en una especie de bucle temporal al que también podrá acceder unos cientos de años más tarde Patrick Stewart y de este modo ayudarse mutuamente contra un villano que encarna un Malcolm McCdowell ya especialista en estos menesteres...El resultado es muy irregular, siendo un film de Star Trek que sugiere más de lo que acaba aportando y que tal vez hubiera necesitado una puesta en escena de un director con más con más imaginación que el televisivo David Carson
 
Four rooms

Célebre antología noventera firmada por quienes por entonces eran unas jóvenes promesas del cine independiente. Probablemente poca gente se acordaría si no fuera por la contribución del único del cuarteto que ha llegado a algo. Insustancial y muy chorra como comedia, demasiado chorra como para ensañarse; como protagonista de cada uno de los segmentos, Tim Roth es un botones muy pasado de rosca, tanto es así que la interpretación se adentra de lleno en el cartoon, resultando a veces más y a veces menos asesinable dependiendo de quien esté al mando. Es también lo que le da a esto cierta continuidad, pese a lo cual no puede evitar caer en la reunión de amiguetes.

El de las brujas es el peor de todos con diferencia y el primero en toda la cara, con unos decorados de película guarra que nunca hubiera llegado a rodarse, horrendas cortinillas, un humor dudoso no, lo siguiente, y digno de Pajares y Esteso (alguna que otra tetas sí que cae)… sale Madonna paseándose por ahí y siendo Madonna, y con esa invocación final que no acaba en nada no sé si me estoy perdiendo algo. El del loco y su mujer parece que intenta crear una situación divertida y gamberra, pero ni tiene mucho recorrido ni resulta especialmente memorable con ese juego psicológico en torno a un triángulo noir en miniatura, con homenaje final a ¿El hombre mosca? O algo.

Los dos últimos, menos mal, merecen un poco más la pena. El del Rodríguez es otra tontería que opta con descaro por el cine infantil, la especialidad de este señor, con toques de humor negro (¿el de los pies no era el otro?) y Antonio como estereotipo latino por milésima vez, aunque aquí al menos no se toma en serio a sí mismo. Lo bueno que tiene es, sin lugar a dudas, una resolución memorable en la que une todo el cirio en un montaje final y sobre todo un plano que es de enmarcar.

Y en cuanto a la tarantinada, pues es lo que se encarga de cerrar el conjunto y darle un poco de sentido; el hotel es un Hollywood añejo que busca reverdecer laureles (nos intentan decir que estos directores son quienes lo harán), pero cuyas nuevas estrellas son unos chalados, aunque tal vez nunca han sido otra cosa y quien les sirve acaba siempre enviándoles a paseo, o incluso cobrándose una venganza tras sufrir una putada tras otra. Sátira del mundillo, constantes referencias cinéfilas muy concretas y que nadie conoce que son puro Quentin, mucha gente hablando, una planificación ostentosa pensada para sacarse el nabo… y media hora de nadería, eso sí, construyendo tensión y dilatándolo todo hasta el absurdo hasta el golpe de efecto, capturando esa sensación febril de locura, cachondeo un poco amargo y fin de fiesta.


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Four rooms

Célebre antología noventera firmada por quienes por entonces eran unas jóvenes promesas del cine independiente. Probablemente poca gente se acordaría si no fuera por la contribución del único del cuarteto que ha llegado a algo. Insustancial y muy chorra como comedia, demasiado chorra como para ensañarse; como protagonista de cada uno de los segmentos, Tim Roth es un botones muy pasado de rosca, tanto es así que la interpretación se adentra de lleno en el cartoon, resultando a veces más y a veces menos asesinable dependiendo de quien esté al mando. Es también lo que le da a esto cierta continuidad, pese a lo cual no puede evitar caer en la reunión de amiguetes.

El de las brujas es el peor de todos con diferencia y el primero en toda la cara, con unos decorados de película guarra que nunca hubiera llegado a rodarse, horrendas cortinillas, un humor dudoso no, lo siguiente, y digno de Pajares y Esteso (alguna que otra tetas sí que cae)… sale Madonna paseándose por ahí y siendo Madonna, y con esa invocación final que no acaba en nada no sé si me estoy perdiendo algo. El del loco y su mujer parece que intenta crear una situación divertida y gamberra, pero ni tiene mucho recorrido ni resulta especialmente memorable con ese juego psicológico en torno a un triángulo noir en miniatura, con homenaje final a ¿El hombre mosca? O algo.

Los dos últimos, menos mal, merecen un poco más la pena. El del Rodríguez es otra tontería que opta con descaro por el cine infantil, la especialidad de este señor, con toques de humor negro (¿el de los pies no era el otro?) y Antonio como estereotipo latino por milésima vez, aunque aquí al menos no se toma en serio a sí mismo. Lo bueno que tiene es, sin lugar a dudas, una resolución memorable en la que une todo el cirio en un montaje final y sobre todo un plano que es de enmarcar.

Y en cuanto a la tarantinada, pues es lo que se encarga de cerrar el conjunto y darle un poco de sentido; el hotel es un Hollywood añejo que busca reverdecer laureles (nos intentan decir que estos directores son quienes lo harán), pero cuyas nuevas estrellas son unos chalados, aunque tal vez nunca han sido otra cosa y quien les sirve acaba siempre enviándoles a paseo, o incluso cobrándose una venganza tras sufrir una putada tras otra. Sátira del mundillo, constantes referencias cinéfilas muy concretas y que nadie conoce que son puro Quentin, mucha gente hablando, una planificación ostentosa pensada para sacarse el nabo… y media hora de nadería, eso sí, construyendo tensión y dilatándolo todo hasta el absurdo hasta el golpe de efecto, capturando esa sensación febril de locura, cachondeo un poco amargo y fin de fiesta.


Ver el archivo adjunto 44364
Sin duda, esa escena es ORO 👏👏👏👏
 

TAMBORES FRATERNOS (Drums Across The River, 1954 -Nathan Juran)​




Correcto western de la Universal , rodado a efectos de su estrella en el género del momento: El arquetípico Audie Murphy en una interpretación de lo más solvente y en este caso con la dirección de un artesano con algunos títulos muy notables en el género fantástico, el solvente Nathan Juran, por lo demás la película centrada en el lejano oeste y un pueblo al que se le están agotando los recursos de su mina de oro que deben de sacar de la zona dominada por los Indios... proponiendo un argumento sin sorpresas, aunque animado gracias al ritmo rápido que tiene la película , una buena fotografía en color y sobre todo la presencia del gran Walter Breenan que sin esforzarse demasiado compone uno de sus personajes que hacen agradable el visionado de la película
 
Four rooms

Célebre antología noventera firmada por quienes por entonces eran unas jóvenes promesas del cine independiente. Probablemente poca gente se acordaría si no fuera por la contribución del único del cuarteto que ha llegado a algo. Insustancial y muy chorra como comedia, demasiado chorra como para ensañarse; como protagonista de cada uno de los segmentos, Tim Roth es un botones muy pasado de rosca, tanto es así que la interpretación se adentra de lleno en el cartoon, resultando a veces más y a veces menos asesinable dependiendo de quien esté al mando. Es también lo que le da a esto cierta continuidad, pese a lo cual no puede evitar caer en la reunión de amiguetes.

El de las brujas es el peor de todos con diferencia y el primero en toda la cara, con unos decorados de película guarra que nunca hubiera llegado a rodarse, horrendas cortinillas, un humor dudoso no, lo siguiente, y digno de Pajares y Esteso (alguna que otra tetas sí que cae)… sale Madonna paseándose por ahí y siendo Madonna, y con esa invocación final que no acaba en nada no sé si me estoy perdiendo algo. El del loco y su mujer parece que intenta crear una situación divertida y gamberra, pero ni tiene mucho recorrido ni resulta especialmente memorable con ese juego psicológico en torno a un triángulo noir en miniatura, con homenaje final a ¿El hombre mosca? O algo.

Los dos últimos, menos mal, merecen un poco más la pena. El del Rodríguez es otra tontería que opta con descaro por el cine infantil, la especialidad de este señor, con toques de humor negro (¿el de los pies no era el otro?) y Antonio como estereotipo latino por milésima vez, aunque aquí al menos no se toma en serio a sí mismo. Lo bueno que tiene es, sin lugar a dudas, una resolución memorable en la que une todo el cirio en un montaje final y sobre todo un plano que es de enmarcar.

Y en cuanto a la tarantinada, pues es lo que se encarga de cerrar el conjunto y darle un poco de sentido; el hotel es un Hollywood añejo que busca reverdecer laureles (nos intentan decir que estos directores son quienes lo harán), pero cuyas nuevas estrellas son unos chalados, aunque tal vez nunca han sido otra cosa y quien les sirve acaba siempre enviándoles a paseo, o incluso cobrándose una venganza tras sufrir una putada tras otra. Sátira del mundillo, constantes referencias cinéfilas muy concretas y que nadie conoce que son puro Quentin, mucha gente hablando, una planificación ostentosa pensada para sacarse el nabo… y media hora de nadería, eso sí, construyendo tensión y dilatándolo todo hasta el absurdo hasta el golpe de efecto, capturando esa sensación febril de locura, cachondeo un poco amargo y fin de fiesta.


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La parte dirigida por Quentin es la que su personaje comenta lo de Top Gun? La vi hace tiempo y apenas la tenía presente, hasta que he leído tu perfecto comentario.
 
Los_cazafantasmas_2-600520019-large.jpg

Solo he visto esta película tres veces: una cuando salió en vídeo, otra cuando la compré en DVD, hace ya años, y ahora que me ha dado por revisarla. Y siempre me ha parecido que tiene un tono muy raro y discordante con la primera parte... en buena medida, un tono muy similar al que lucen muchísimas producciones norteamericanas en esa difusa frontera 1989-1990.

En los años 80, el capitalismo salvaje y el consumismo como forma de vida, que coparon los USA, parecían tener un mensaje claro y feliz: fórrate. Las películas podían tener una fábula moral. Podían incluso tener una victoria moral. Pero eso era secundario. Lo principal era que los personajes tenían que acabar ricos. Películas como Arthur, el soltero de oro, El gran despilfarro o Entre pillos anda el juego, son buenos ejemplos de ello. Puedes tener el amor de tu vida, ser alguien importante para variar, o vengarte de los que gratuita e impunemente te han jodido la vida, pero asegúrate de terminar la película rico. En Cazafantasmas no era muy distinto, toda la excusa de montar la empresa es intentar forrarse sin dar golpe, no hay más que escuchar ese ofendido "Yo trabajé en el sector privado... ¡quieren resultados!" de Ray para saberlo.

Ahora es 1989. "La ilusión que se volvía realidad" según Michael Douglas en Wall Street, ha resultado ser un espejismo. Una fantasía. Un globo. Los cazafantasmas no llegaron a ver un duro por su actuación salvando la ciudad en la primera parte. Ahora, Ray, Egon y Winston tienen una tienda de ocultismo y acuden disfrazados a amenizar fiestas de cumpleaños infantiles (:roto2) mientras Peter presenta un programa de tv de segunda fila, riéndose de todo y de todos. Ya no hay dinero, y buscarlo ya no es el objetivo de los personajes, porque ya saben que al final del arco iris, como mucho, encontrarán una olla llena de mierda.

Si en la primera parte, la libertad sexual estaba a la orden del día, esas colmenas de apartamentos de solteros con sus fiestas, los ligoteos indiscriminados de Peter... aquí, esa es otra burbuja pinchada. Ahora vivimos en un mundo de compromisos y necesidades adultas, de relaciones que no funcionaron y de familias rotas. Así, la relación de Peter con Dana no funcionó, ella se casó con su compañero (el músico repipi que aparece en la primera parte) y tuvo un hijo con él, pero él la abandonó por una oferta de trabajo en Europa. Ya no estamos para coqueteos juveniles, sino que hay responsabilidades que atender, y que son lo primero.

En general, si el tono de la primera película era "molamos, somos la hostia y lo sabemos" el de esta secuela podría resumirse como "estamos en la mierda, somos un fraude, pero siempre queda la esperanza de mejorar". No hay más que comparar esa Nueva York vibrante, viva y entusiasta de la primera parte, con esta urbe llena de gente deprimida y cabreada. La culpa es de los mocos, claro. No em sorprende que esta secuela resultara un relativo fracaso, y que la saga quedara por muchos años relegada cinematográficamente al olvido.
 
Lo bonito de la serie B es que es un medio tan válido como cualquier otro para contar historias (incluso con más libertad!) pero cambiando desparramar millones por intentar tomar decisiones creativas que suplanten la ausencia de medios, cosa que puede incluso incrementar el arte de la película.

La serie B no es "no tenemos pasta, vamos a reirnos de todo", eso es postmodernismo mal entendido y, de hecho, hay muchísima peli así de serie A hoy en día.

Cameron se tomó Terminator en serio y aprovechó lo que tenía para sacarla adelante, es una buena serie B. Incluso en Aliens hizo que pareciera una película con mucho más presupuesto.

Terminator 2 es mucho más floja, entre otras cosas, porque no gastó dinero en guionistas y porque la filosofía de baratillo y el aire trascendental le queda muy grande.

Pero bueno, al lado de lo que vino después todavía era digna, igual que True Lies.

No digo yo que no... solo lo dice el resto del mundo. Lo cual probablemente te la traerá tanto al pairo como lo que tú digas a los demás, ni más ni menos.
 
Los_cazafantasmas_2-600520019-large.jpg

Solo he visto esta película tres veces: una cuando salió en vídeo, otra cuando la compré en DVD, hace ya años, y ahora que me ha dado por revisarla. Y siempre me ha parecido que tiene un tono muy raro y discordante con la primera parte... en buena medida, un tono muy similar al que lucen muchísimas producciones norteamericanas en esa difusa frontera 1989-1990.

En los años 80, el capitalismo salvaje y el consumismo como forma de vida, que coparon los USA, parecían tener un mensaje claro y feliz: fórrate. Las películas podían tener una fábula moral. Podían incluso tener una victoria moral. Pero eso era secundario. Lo principal era que los personajes tenían que acabar ricos. Películas como Arthur, el soltero de oro, El gran despilfarro o Entre pillos anda el juego, son buenos ejemplos de ello. Puedes tener el amor de tu vida, ser alguien importante para variar, o vengarte de los que gratuita e impunemente te han jodido la vida, pero asegúrate de terminar la película rico. En Cazafantasmas no era muy distinto, toda la excusa de montar la empresa es intentar forrarse sin dar golpe, no hay más que escuchar ese ofendido "Yo trabajé en el sector privado... ¡quieren resultados!" de Ray para saberlo.

Ahora es 1989. "La ilusión que se volvía realidad" según Michael Douglas en Wall Street, ha resultado ser un espejismo. Una fantasía. Un globo. Los cazafantasmas no llegaron a ver un duro por su actuación salvando la ciudad en la primera parte. Ahora, Ray, Egon y Winston tienen una tienda de ocultismo y acuden disfrazados a amenizar fiestas de cumpleaños infantiles (:roto2) mientras Peter presenta un programa de tv de segunda fila, riéndose de todo y de todos. Ya no hay dinero, y buscarlo ya no es el objetivo de los personajes, porque ya saben que al final del arco iris, como mucho, encontrarán una olla llena de mierda.

Si en la primera parte, la libertad sexual estaba a la orden del día, esas colmenas de apartamentos de solteros con sus fiestas, los ligoteos indiscriminados de Peter... aquí, esa es otra burbuja pinchada. Ahora vivimos en un mundo de compromisos y necesidades adultas, de relaciones que no funcionaron y de familias rotas. Así, la relación de Peter con Dana no funcionó, ella se casó con su compañero (el músico repipi que aparece en la primera parte) y tuvo un hijo con él, pero él la abandonó por una oferta de trabajo en Europa. Ya no estamos para coqueteos juveniles, sino que hay responsabilidades que atender, y que son lo primero.

En general, si el tono de la primera película era "molamos, somos la hostia y lo sabemos" el de esta secuela podría resumirse como "estamos en la mierda, somos un fraude, pero siempre queda la esperanza de mejorar". No hay más que comparar esa Nueva York vibrante, viva y entusiasta de la primera parte, con esta urbe llena de gente deprimida y cabreada. La culpa es de los mocos, claro. No em sorprende que esta secuela resultara un relativo fracaso, y que la saga quedara por muchos años relegada cinematográficamente al olvido.
La gran diferencia entre ambas películas tiene mucho menos que ver con cuestiones ideologicas (o económicas, que viene a ser lo mismo) y más con un hecho que rara vez se menciona fuera de EEUU: El descomunal éxito en USA de la serie animada. Se convirtió en un auténtico fenomeno. Allí donde la primera película era una satira adulta básicamente made in SNL, deudora del espíritu rebelde y juvenil anti autoritario de la época, la segunda trató de ser una cosa más familiar, más sosegada, para poder atraer también a los críos que compraban los juguetes. De hecho, muchos de los cambios entre ambas películas, no solo en cuanto a la personalidad y relación entre los personajes, sino incluso en su diseño, provienen directamente de la serie de tv.

Por otro lado, la película me encanta. Menos que la primera, pero está llena de momentos memorables. A pesar de ser un semi remake. Pero es que, dejando discursos a un lado, al final se trata de una comedia y cumple allí donde tiene que cumplir: es graciosa.
 
I Fidanzati (Ermanno Olmi. 1963)
la colocaría sin dudarlo en un top5 del cine italiano, no es una historia especialmente elaborada pero es una peli extraordinaria, primero el aspecto visual, EL SOL, las calles sicilianas, las luces de las fabricas del puerto por la noche, los domingos... segundo, la deriva de los protagonistas esperando no se sabe muy bien qué, dejándose llevar y luego varias secuencias increíbles, la de la sala de baile o, en el punto climático de la cinta, la fiesta del pueblo, que parece sacada del Viaggio rosselliniano, todo para contar la vida de una pareja que podrían ser todas.

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MORIR TODAVÍA (Dead Again, 1991 -Kenneth Brannagh)​




Film rodado en plena época en la que su director/actor recibía unas especiales muestras de cariño por parte de Hollywood -ahora simplemente es un artesano con prestigio- y un intento por parte de Kenneth Brannagh de abordar el thriller con un descarado aroma Hitchcockiano (modo pastiche) y añejo...En un producto que en manos de un buen Brian de Palma podría haber sido un clásico pero que bajo la puesta en escena del director inglés adolece tal vez de una excesiva contención/morosidad en la parte central, que hace que el conjunto muestre ser film que podría haber sido mucho más de lo que acaba dando -sobre todo en ese juego entre el presente y el pasado que no acaba de estar bien rematado del todo. Con todo y a pesar de su irregularidad el film funciona mucho mejor conforme se va desmadrando más y es especialmente divertido en la parte final, esa media hora donde se van destapando todos los enigmas y de todos los golpes de efecto, gracias al guión y una brillante música de Patrick Doyle que permite un desmelene que es lo mejor de la propuesta
 
Si le pasaras a una IA generativa parámetros de lo que significaron y fueron los años 80 en USA, y le pidieras una película en base a esos parámetros, seguramente te haría algo parecido a Buscando a Susan desesperadamente.

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Roberta (Rosanna Arquette) es un ama de casa tímida, que vive una existencia monótona junto a su marido, un completo gilipollas. Los únicos momentos de disfrute para ella consisten en seguir los extraños anuncios por palabras del periódico, que vienen así encabezados: Buscando a Susan desesperadamente. Al parecer, su novio va buscando a la tal Susan por ahí, y suelen quedar en países remotos y exóticos. Pero ahora ha salido otro anuncio, y Susan y su novio han quedado aquí (o sea, en Nueva York) y Roberta está dispuesta a acudir al encuentro como testigo.

Una serie de equívocos y un accidente, hacen que Roberta pierda la memoria al golpearse la cabeza, y crea que es Susan. Lo cual no es muy buena cosa, porque hay más gente buscando a Susan (para matarla) y el asesino también cree que Roberta es Susan.

No deja de ser una típica comedia de enredos, ese subgénero tan ochentero que podríamos llamar "yuppie aburrido ve su vida puesta patas arriba", con la variante de que la protagonista es una mujer, y que aquí tenemos a Madonna protagonizando su primera película, como la excéntrica Susan, un vehículo para su lucimiento personal en el que, supongo, sería el mejor momento de su carrera a todos los niveles.

Me ha resultado muy agradable. Quizás en su día fue, o pretendió ser, transgresora, pero hoy es una película bastante blanquita, casi convencional para los parámetros actuales. El envoltorio no podría ser más ochentero, ni queriendo. Os dejo con un par de temas de su banda sonora, que me hacen volver, si cierro los ojos, a aquella época.



 

SHERLOCK HOLMES EN WASHINGTON (Sherlock Holmes In Washinton, 1943 -Roy William Neill)​




Aventura de Sherlock Holmes (Basil Rathbone) y su inseparable Dr. Watson (Nigel Bruce) en esta ocasión cruzando el Atlántico y llegando a Washinton en busca de un microfilm que el enemigo quiere robar a los aliados. Situada en la época contemporánea, como muchas de las tramas de la saga en esos años y bien rodada por el habitual Roy William Neill, estamos ante una correcta película con la que Universal proseguía el ciclo dedicado al detective Ingles
 
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