La semilla del diablo (1968, Roman Polanski). Ambigüedad, angustia, atmósfera, miedo, un auténtico no parar, secuencia tras secuencia Polanski en estado de gracia, además un in crescendo hasta ese devorador final. Esa duda entre locura, terror y fantasía que tambien está presente de distintas formas tanto en Repulsión como en El Quimérico Inquilino. No sé si es la mejor película de terror de todos los tiempos como pone la contraportada del dvd pero, desde luego, a mí es la que me gusta más.
Nunca me había parado a pensarlo pero estoy seguro de que Woody Allen bebió de ella (de su suspense, no de su terror) para su Misterioso Asesinato en Mahattan.