Charada:
Película a medias tintas entre la comedia, el romance y el suspense. Todo a partes iguales y aunque es cierto que el producto, al director, le salió redondo según que momentos el humor es un poco torpe. Por lo demás, es endiabladamente atrayente como para seguirla con ganas. Falsos nombres, personajes siniestros, gente que no es quien parece y un final magnífico. Audrey Hepburn, la más glamourosa del mundo (claro que cada uno tendrá su icono femenino particular, el mío es Audrey), llena la pantalla tan sólo con su presencia clavándolo con ese personaje entre desvalido y echado pa' lante. Cary Grant, el eterno galán, borda su papel esquivo haciéndonos dudar en todo momento. El resto de secundarios son perfectos sobre todo un pérfido James Coburn, un tenso George Kennedy y un genial Walter Mattau.
La fotografía es muy correcta, destacando el agrado que tiene el director por las sombras y las siluetas a contraluz, el vestuario (sobre todo el de Audrey) es perfecto, destilando señorío y presencia en cada plano y Grant con gabardina hubiese dado pie a una buena serie de películas detectivescas si se lo hubiese propuesto, la BSO a manos de Mancini es buenísima y la puesta en escena es correcta. La verdad es que tiene algún que altibajo que otro pero no adolece al conjunto de elementos. Me lo ha hecho pasar muy bien.
El remake lo encontré tan lioso (casi tirando a confuso) que hace de esta original un peliculonazo.