CALMA TOTAL (Dead calm, Phillip Noyce, 1989)
Thriller efectivo y entretenido con un matrimonio afectado por la pérdida de su hijo que pasa varias semanas en el mar como terapia y allí se encuentran un barco a medio hundir, cuyo único superviviente es un tío rarito...
Prólogos innecesarios aparte (¿soy el único que cree que todo lo del hospital sobra? ¿No sería mejor explicarlo en diálogo en vez de recurrir a ese flashback-dentro-de-flashback?), la película es toda ella ese triángulo sexual-amoroso-violento y una tensión creciente contrarreloj a dos bandas, con buen uso del montaje paralelo (ninguna de las dos tramas deja de interesar demasiado), alguna escena de suspense lograda y alguna un poco torpe, como lo que envuelve la ballesta, y un susto final un poco sobrante y redundante. El trío protagonista bastante desigual, Sam Neill está perfecto como marido desconfiado, la entonces pelirroja Nicole Kidman aguanta el tipo más o menos bien (parece totalmente OTRA MUJER de la estatua de cera que tenemos ahora) y Billy Zane está para matarlo con sus sonrisitas y peluRdismo.