Respuesta: Películas que vais viendo en casita
Peppermint Frappé (Carlos Saura, 1967)
Estupendo drama psicológico, entre Buñuel (a quien está dedicada la película) y Hitchcock, donde brillan de manera muy especial sus intérpretes principales, José Luis López Vázquez y Geraldine Chaplin. López Vázquez está perfecto interpretando a ese españolito medio de provincias que se siente fascinado por la modernosa y extranjera mujer de su amigo (interpretada por Chaplin), pero que al resultarle inalcanzable, tiene que conformarse con intentar crear un sucedáneo casero a través de una sencilla y tradicional chica de pueblo (también Geraldine Chaplin). Geraldine también está espléndida en su doble papel, realmente consigue convencer al espectador de estar viendo a dos chicas completamente diferentes. Además, la americana desprende un extraño atractivo aún tratándose de una mujer bastante feucha.
La ambientación invernal conquense resulta perfecta para esta historia de fascinación mutua y confrontaciones entre la España atrasada y reprimida del franquismo y los aires de modernidad y cambio social que en los 60 se asomaban tímidamente desde el exterior. La película en sí viene a hablar de la España que, en un intento de adaptarse a los nuevos tiempos, acabó por fabricar una falsa visión moderna de sí misma, debajo de la cual seguían dominando en verdad los viejos valores de la dictadura. En este sentido, la película contiene abundancia de símbolos y alegorías, que afortunadamente son bastante 'descifrables' para cualquier espectador medianamente avispado. Por ejemplo, no hace falta ser un lumbreras para adivinar las alusiones hacia la impotencia/esterilidad que contiene la escena del juego del palo.
A esta claridad contribuye, desde luego, una acertada dirección de Carlos Saura, con una puesta en escena que deja claros en todo momento los sentimientos de los personajes, y en la que se nota un gran interés por las incipientes nuevas formas cinematográficas que se desarrollaban por entonces, como el uso de la cámara al hombro para acompañar a los personajes con toda libertad a lo largo de las localizaciones, y hacernos sentir el vértigo del momento.
En definitiva, una película de esas que, afortunadamente, queda como documento consciente de lo que fuimos durante una época, y yo creo que aún seguimos siendo en cierta manera.
Un saludete.