EL PLANETA DE LOS DINOSAURIOS (The Planet Of the Dinosaurs, 1978 -James K. Shea)................................Entrañable y añeja Sci-Fi setentera, muy cutrona, con un grupo de astronautas que tras un accidente llegan a un planeta dominado por dinosaurios...Rodada toda en exteriores, pero con el encanto de unas animaciones en Stop Motion de lo más decentes para el poco presupuesto del film. Lo peor es lo lineal de su historia (cruce descarado de "El Planeta de Los Simios" con "Hace un millón de Años") su descarado infantilismo, pero en conjunto un film bastante agradecido de ver YouTube - Planet of Dinosaurs (1978)
Después del dolor de estómago que habréis podido comprobar con 12 trampas lo cierto es que no pensaba ver nada nuevo de este director después de mucho tiempo pero no recordaba este título en cuestión... que nada, ayer decidí darle una oportunidad.
Y desde luego aquí hemos ganado. Diré de antemano que no es la revolución del género ni la mejor de las mejores pero desde luego vale la pena verla, desde luego que sí. La película está dividida en dos partes, muy distintas entre sí. Mientras que la primera es la parte más llamativa, la más vistosa, donde Harlin juega mucho con la cámara haciendo las escenas muy sofisticadas, con un planteamiento interesante y donde pone sobre la mesa la historia que vamos a ver la segunda parte es la más convencional y la que lastra un poco el resto del metraje llegando a un final muy manido, visto una y otra vez y que consigue que el título en cuestión no sea tan redondo como se podía esperar pero que desde luego tampoco la hunde.
Aún y así la historia que plantea es interesante: el típico policía retirado (L. Jackson) que se dedica a limpiar la sangre de la escena del crimen. Todo va como la seda hasta que sin saberlo le tienden una trampa y limpia el lugar del crimen sin tener que hacerlo. A partir de aquí todo son seguir pistas, ir y venir, policías corruptos y toda la pesca hasta llegar al final comentado arriba.
Los actores (L. Jackson, Ed Harris, Eva Mendes y Luís Guzman) están correctísimos, con un Jackson comedido, correcto, sin excederse en su histrionismo y Harris haciendo de Harris (como suele hacer últimamente en películas de este tipo - me recordó muchísimo a su papel en Adiós pequeña Adiós). Guzman y Mendes como secundarios que no entorpecen el metraje (aunque la parte en la que Mendes y Jackson empiezan a intimar un poco lastra bastante). Ah, Robert Foster es más un cameo que una actuación de rigor.
Por lo demás, la película no deja mal sabor de boca, desde luego y hasta la mitad de la peli es un deleite pues Harlin se esfuerza bastante en no ser monótono y hace de su película un juego de pistas e intrigas muy bien llevado. Y lo cierto es que aún siendo un título convencional no desmerece, viendo la cantidad de títulos que hay últimamente.
(Id. Oliver Stone, 1987)
“Lo que importa es el dinero. El resto es conversación”.
Hay películas que marcan, ya sea por sus formas, por lo que plantea o por la historia que cuenta. Wall Street, según se mire, cumple con las tres. Oliver Stone, por norma general, siempre me ha parecido un director correcto. Todas las pelis que he visto de él me convencen (a excepción de su “Alejandro Magno” que me costó muchísimo pillarle el punto). Siempre ha planteado películas donde lo que más llama la atención o lo que mejor sabe retratar es la condición del ser humano, sus ambiciones, sus logros, sus penurias y su forma de ser.
Wall Street me demuestra que en este caso, Stone es un narrador de primera, marcando las pautas, manteniendo el interés del espectador y mostrando, poco a poco, la transformación de un personaje en concreto (el de Charlie Sheen) al ver como un monstruo en todo su esplendor y forma como es ese Gordon Gekko es un triunfador, alguien que no duda en destruir vidas ajenas por conseguir lo que se propone.
Stone nos demuestra que la ambición, el poder y el dinero, aparte de corromper tiene un precio. Algo que todos sabemos pero con esa baza juega el director. Porque la primera hora de la película es todo un logro de la narrativa moderna. Como se nos presenta a Wood (Sheen), un ser que quiere llegar a ser alguien importante, ambicioso pero no lo conseguirá hasta que entre en contacto con uno de los personajes más icónicos del séptimo arte como es el Gordon Gekko de Michael Douglas.
Gekko es un ser despreciable, la antítesis extremadamente opuesta de la humildad, ambicioso, arrogante, engreído, amante de sí mismo y que no dudará ni un momento en aniquilar monetariamente a quien sea por conseguir lo que se propone. Sus frases son lapidarias, de las que se convierten cultura y religión para todo aquel que quiere ser como él. Un símbolo a seguir para cualquier bróker de las finanzas (un personaje / una película que rendían homenaje en aquella interesante película titulada “El informador”).
Pero no me puedo olvidar de Martin Sheen como ese hombre honrado, que lo que ha conseguido lo ha ganado con sus propias manos, sin estafas, sin engaños y sin maquinaciones ruines. Todo lo (poco) que tiene se lo ha ganado él. Es el contraste y la némesis de Gekko, alguien que sabe lo que cuesta el dinero. Daryl Hannah, correcta sin ser demasiado espectacular pero que ofrece un papel que complementa perfectamente los intereses y decisiones de Wood / Gekko.
Con una narrativa excelente, mantiene el pulso y el ritmo acorde con lo que presenta. Sin altibajos, mostrando escenas interesantes y momentos realmente conseguidos como cuando Wood invierte, compra y vende lo que Gekko le indica y como consigue dominar la bolsa (siendo la misma escena, completamente opuesta, en la parte final) o cuando Wood se arrepiente de haberse convertido en un ser sin escrúpulos, destrozando a quien sea y como sea. Lo mejor de todo es que es una película que es interesante descubrir como eran unos tiempos distintos a los ahora.
Una película que ofrece lo que promete y que desde luego no engaña. Por lo que muestra, por lo que enseña, por lo que pretende y por lo que contiene Wall Street es una película de visionado obligatorio.
Extraña película que oscila entre el drama y la comedia, a veces en la misma escena, sin lograr un tono adecuado para los sucesos que se nos presentan. Al Pacino interpreta a un abogado que ve con impotencia como algunos clientes suyos, probadamente inocentes, dan con sus huesos en la cárcel de todas maneras. Al mismo tiempo, un oscuro juez le coacciona para que le defienda de un caso de violación que pesa sobre él.
La película cuenta con un interesante elenco de secundarios, entre los que se encuentran Jack Warden (en su línea), un entrañable Lee Strasberg, John Forsythe y Craig T. Nelson. Sin embargo, como ya he dicho, la película no encuentra el punto adecuado de tragicomedia, o drama con toques de comedia. A veces da la sensación de que Jewison trata de imitar el estilo de Hal Ashby, pero al final, lo único que consigue es potenciar los defectos que éste tenía. Tampoco ayuda la nefasta banda sonora de Dave Grusin, setentera en el peor sentido de la palabra.
Aún asi, la película contiene algunos momentos notables, pero no logran hacer que el film pase de simple rareza.
AMITYVILLE II LA POSESIÓN (Amityville II::The Posesion, 1982 -Damiano Damiani)........................Aun gozando de una mala fama que no comparto, secuela del título de Stuart Rosemberg globalmente irregular pero claramente superior a la primera película. Dirigida por un artesano italiano y algunos planos que recuerdan al Sam Raimi de "Evil Dead" (en teoría éste film es anterior).Afina más en el ritmo y tener un ambiente más claramente pesadillesco. En sus dos primeros tercios, es casi una precuela que expone los crímenes ocurridos en la casa, en el último se hace un claro exploit de "El exorcista". La música de Lalo Schifrin tan excelente como en el primer film
“Puede decirse entonces que fue el dinero lo que nos unió. El resto no importa”.
Obra maestra del cine la cual no tuvo el éxito esperado y provocó que este título fuese la carta de presentación y a la vez de despedida de un talentoso director como Charles Laughton. Siendo presentado como si de un cuento religioso sureño se tratase la película nos presenta la historia de un auténtico serial killer, enfundado con un disfraz de religiosidad y con la palabra amor / odio, uno en cada mano (“¿Quieres que te cuente la historia de la mano derecha y de la mano izquierda?”), interpretado con convicción, credibilidad y una maravillosa morbosidad digna de los mayores aplausos por un impagable Robert Mitchum.
Mitchum es el mal en la tierra. Cada una de sus apariciones son para enmarcar, siempre precedidas por una canción que se oye desde lejos, y montado sobre su caballo, como si de la muerte errante se tratase. Su primera aparición ante la casa de los protagonistas, reflejando su silueta macabra en la habitación de los niños, es uno de los planos más impresionantes de la película. Sus villanas y pérfidas intenciones, disfrazadas bajo un manto de hipocresía y buen hacer, están tan bien plasmadas que no dejan de ser uno de los elementos más importantes de la película.
Pero lo más llamativo es los dos extremos opuestos a los que se ve sometido pues mientras usa la fuerza, la persuasión y el poder para conseguir lo que él quiere pasamos al patetismo más absoluto cuando no logra su objetivo o se encuentra acorralado (cítese por ejemplo el grito más animal escuchado en toda la película en el pantano o la cara de patetismo cuando se encuentra encañonado por la escopeta de la señora mayor).
Claro está un villano necesita su némesis. Y en este caso no es nada más ni nada menos que un niño, que bajo la promesa jurada de no decir nunca donde está el dinero, hará toda la afrenta posible a un mal que nunca creyó conocer. Y si hay algo que resalta de nuevo en esta película son las interpretaciones de los niños. El niño, luchando ante un mal mayor, procurando en todo momento proteger lo que es suyo y proteger a una niña indefensa, la cual es fácil de engañar (maravillosa escena donde Mitchum intenta sonsacar a la niña donde está el dinero mientras amenaza con matar al niño con su navaja de no conseguir lo que quiere).
La película está llena de un suspense mal sano, sin sustos de gato de por medio. No los necesita, todo lo que acontece es puro cine, es pura tensión. Ver como las víctimas caen ante el poder de destrucción de un animal tan letal como Mitchum vale mucho más que cualquier título de medio pelo (el momento decisivo donde se encuentra Shelley Winters con el monstruo en la habitación de matrimonio es uno de los más conseguidos). Pero no me puedo olvidar el momento más impactante de toda la película: el acorralamiento final del predicador en el sótano de la casa con los dos niños. Todo lo que acontece traspira miedo, tensión y terror a partes iguales.
Y aún siendo todo magnífico uno de los elementos que consiguen que todo sea más tenebroso si cabe es la fotografía y la iluminación. Consiguiendo con ello hacer más terrorífica la presencia Mitchum se recurre a la iluminación desde dentro hacia fuera, como si el mal estuviese dentro. O como la fotografía plasma las habitaciones en un plano cerrado, muy opresivo, como si de un cuento de Lovecraft se tratase, haciendo el momento y la escena más opresiva si cabe. Un título que merece todos los loores, los laureles y los aplausos porque películas como estas no se ven todos los días. Un logro que el tiempo la ha puesto en su sitio (si es que hacía falta). Conseguir una historia y un villano así se merece mis respetos.
(The big blue, Luc Besson, 1988)
“Tenías razón. Se está mejor abajo”.
Precioso documental hecho película donde Besson demuestra tener un profundo respeto y una enorme admiración por el mundo del mar y crea una emotiva historia de amistad y rivalidad a partes iguales entre Jean-Marc Barr y Jean Renó. Mientras que Barr siente una fascinación, un fervor y una dedicación vital por las profundidades del mar y todo lo que le rodea, Renó sólo quiere ser el mejor en el mundo de la apnea. Pero lo mejor de todo es como Besson plasma esa pequeña pero profunda rivalidad entre los dos. Además, no sé porqué pero Besson siempre sabe sacar lo mejor de Renó, dotándolo de un carisma y un arquetipo que lo hace casi inimitable (como la escena en la que es presentado, de espaldas o la escena en la que consigue el record del momento).
Barr no lucha por ser el mejor pues es el mejor. Aún entrenándose para ello su vida está dedicada única y exclusivamente a ello mientras que Renó no puede luchar contra ello. Pero a la vez necesita tener alguien contra quien competir y demostrar quien es el mejor.
La película, con un metraje de casi 3 horas extensas, es un paradigma del exhibicionismo, de la plasmación real, vital, de la vida, el amor y la dedicación. En ello Besson no escatima en demostrar de todo lo que es capaz siendo en algunos momentos un auténtico maestro de la cámara, sin meterle las filigranas a las que nos tiene acostumbrados siendo todo un lujo para la vista. A eso le añadimos una BSO que es pura armonía, pura melodía, un lujo para los oídos.
Cada una de las escenas donde los personajes entrenan, donde practican y donde demuestran porqué son los mejores son realmente atractivas, realizadas y rodadas con parsimonia, deteniéndose el tiempo para que podamos disfrutar y nos maravillemos ante la inmensidad del océano y de la superación del ser humano. Encima le añadimos unos 20 primeros minutos rodados en blanco y negro natural, como si de la vida real y cotidiana se tratase que son puro hipnotismo visual.
También es cierto que en 3 horas hay lugar para momentos que sobran y esos no son otros que los que corresponden al romance que hay entre Barr y Patricia Arquette. Besson no sabe dotar a la historia del cariz necesario para ser emotivo y atrayente y sus personajes son meras marionetas de algo insulso e innecesario.
Y quitando ese romance que ocupa, quizás, demasiado metraje todo lo demás es maravilloso. Algo que verlo por primera vez realmente cautiva, impresiona y conmueve. Como Renó siente esa admiración por Barr pero a la vez lo envidia y, en cierto modo, lo odia, levemente, por ello. Esa relación amor-odio es una de las partes fundamentales de toda la película.
Pero encima de ser una película realmente conseguida, donde lo mejor de todo es el tempo, que no requiere de rapidez ni de un ritmo acelerado al cual nos tiene acostumbrados Besson en sus películas, lo más conseguido, lo que más me ha llegado es el resultado final para los dos personajes.
Mientras que Renó prefiere morir, consiguiendo de esta manera, ser el mejor y el que más metros consigue, Barr prefiere suicidarse muriendo por lo que más ama que es el mar. Sin olvidar tampoco el personaje de Arquette, que sabe que no hay nada en este mundo (el amor de una mujer, por ejemplo) que pueda separar a Barr de su simbiosis con el mar. De ahí que deja que se suicide.
Un final digno para una película más que digna. Imprescindible en su visionado y junto con El profesional lo mejor que nos ha deparado el director galo.
entiendo que seas fan de Renó.. pero a mi me parece un bodrio pretencioso y bien fallido, y es una pena porque podría haber salido algo muy bueno, peero ciertas decisiones estéticas y el metraje excesivo malogran el film
y Besson por momentos me gusta muuucho.
el grito de Mitchum en la charca de La Noche del Cazador y los minutos posteriores es, ufffff, icono de la historia del cine.
pero a mi me parece un bodrio pretencioso y bien fallido, y es una pena porque podría haber salido algo muy bueno, peero ciertas decisiones estéticas y el metraje excesivo malogran el film
Puedo entender lo que dices... a mi por el contrario me falla muchísimo, como digo arriba, la parte romántica que aparte de sobrarme me entorpece el metraje (de haber sido sólo el pique de ver quien es el mejor habría sido lo mejor de lo mejor) pero por lo demás me parece un grandísimo filme, un documental involuntario.
(Y sí, soy muy fan de Besson).
el grito de Mitchum en la charca de La Noche del Cazador y los minutos posteriores es, ufffff, icono de la historia del cine.
Otelo (Orson Welles. 1952)
o el demonio de los celos, formalmente alucinante, bastante 'sovietizada', montaje abrupto, angulos imposibles, perspectiva forzada, etc.. y con un texto denso y verborreíco mezclando de forma ejemplar cine y teatro,
sometida a numerosos avatares, rodada en mil sitios.. acelerada, vanguardista, puro Welles y un diseño realmente atractivo.
secuencias del film se pueden rastrear en toda su obra en imitación.
Supervixens (Russ Meyer. 1975)
delirante coctel de géneros realmente entretenido, y absolutamente desacomplejado. diriamos que es la pelicula emblematica de Meyer, despojada de sus lastres (trama mínima, vulgarización excesiva), entre el psychokiller y el romance al límite pasando por el fantástico (sui generis) con una gran performance ¿o no actua? de Charles Napier y una sensualisima (varias, de hecho) protagonista.. y que final... por supuesto en paisajes aridos.
el exceso por el exceso y la sal gorda como depuración estilistica.
Supervixens me gustó bastante. Poco puedo añadir a lo dicho por Sik. Y las mujeres de los setenta, uffff, que maravilla.
El Planeta De Los Dinosaurios es una de las películas de mi infancia. La pusieron una vez por eso que se llamaba "video comunitario", y la vi un montón de veces en vhs. De hecho, no me acordaba del título, y a veces me he quedado pensando, "¿cómo coño se llamaba esta peli?". Así que gracias, Upperseven.
A mi me encanta Supervixens. Creo que es un titulo a reivindicar, y al que le deben mucho en la forma de encuadrar y planificar las escenas los videoclips de toda una generacion y si me descuidan mucho cine americano de los 80 y 90. Las protagonistas son sencillamente impresionantes.
La noche del cazador es una obra maestra de la historia del cine de la que son deudoras películas como El cabo del terror o la posterior e inferior versión de Scorssese y otras muchas basadas en asesinos psicológicos.
Yo creo que la de La noche del cazador es de esas que te acaban cuadrando con el primer visionado. Aparte de ser una lección magistral de lo que es una buena película y como se hace el cine de calidad.
joya de la comedia, que mira a Hawks (y O'Neil a Grant, aunque es lo menos conseguido del film), al screwball y al slapstick. Dialogos ingeniosos, coreografias deslumbrantes, secundarios que son oro (el juez!)... Y la Streisand muy guapa cantando.
COLOSSUS: THE FORBIN PROJECT
(Joseph Sargent, 1970)
film de ciencia-ficcion con superordenador que quiere dominar el mundo para darnos... la paz. Ay, pero por que medios! Es un poco discursiva y visualmente rustica, pero la historia conserva su gancho.
FROZEN (Adam Green, 2009)
aburridillo thriller sobre 3 amigos que se quedan colgados en un telesilla. Y claro, hace mucho frio y... Se agradece el naturalismo de la propuesta, sin psychokillers acechando ni fantasmas de ultramundo, pero se le queda algo corta la anecdota (o sea, LARGA) y la tension no acaba de funcionar. Y es que a veces demasiada coreccion...
EN EL CALOR DE LA NOCHE
(Norman Jewison, 1967)
clasico policial no por trama o estilo cinematografico (Jewison siempre ha sido un sosainas), sino por su contenido racial y por Poitier de prota justo antes de que "viniera a cenar". Creo que gano un porron de Oscars pero a mi no me ha entusiasmado. Igual se ha quedado algo viejuna... Conocio dos secuelas y una serie TV.
Los secundarios de WHAT'S UP DOC son gloriosos todos, entre Kahn (¡su debut!), Quaid, Hillermin y Mars, pero es que el cabrón del juez sale dos minutos y se roba la peli.
"¡¡¿Pero cómo le llama la que no es su prometida?!!"
no habia caido que era anterior a las de Brooks. Buen estreno de la Kahn. Y "Higgins", que dice 2 frases pero vaya presencia.
la vi doblada (es mitico), pero active subtitulos y vi algunos cambios de nuestro querido doblaje (Von Karajan en vez de Leonard Bernstein.... o toda la despedida de Kenneth Mars -otro pre-Brooks- rajando, que en VO es en aleman creo y aqui se inventan eso de ".... se van a enterar de UNA... de una vez por todas!!" tan amaneradamente. O lo del tocadiscos, que del "no, señor" aqui se inventan un "uy, no, que vulgarrr!").
y Atreyub escribiria 20 lineas por titulo, yo no doy pa tanto.
Menudo cuerpo fibroso y sensual más su nariz Cleopatriana se puede traducir en atractivo multiplicado por 1000.Aunque en una con Bridges en los 90 estaba aún más sexy, sexy sexy. Recuerdo una persecución en bici cuesta abajo, y de ella tengo un disco donde colabora Don Johnson.
"Eres Quasi Maligno. Eres la margarina de la maldad. Eres la coca cola light de la maldad... ¡una caloría".
Volviendo a lo que ha visto Elliott...
A mi es que En el calor de la noche me apasiona mucho. Me parece un buen clásico de la época donde consiguieron un titulo a tener en cuenta donde Poitier ponía el punto sobre las íes. La hostia tan bien dada que le da al tío y el poli sin poder decir ni pío.
Wisconsin Death Trip (James Marsh. 1999)
una rareza, una especie de documental recreado sobre distintos sucesos criminales y escabrosos sucedidos en Wisconsin a finales del XIX, creando una atsmofera extraña, entre la belleza, la poesia y la tragedia en paisajes nevados y solitarios y protagonizados por gente en muchos caso desarraigada, colonos recientes, y sin pensarlo también habla sobre eso, llegar a un pais nuevo, distinto.. y perder la cabeza.
combina reportaje periodistico, recreación criminal y reportaje actual sobre el Estado; entre Fargo, Dead Man y el documental, extrañamente bonito, con fotos reales de muertos reconstruyendo su trágica historia...
parece casi un western fatalista y está hecho a base de pequeñas historietas -cortos-
el problema es que pese a que la premisa es esplendida, se hace repetitívo y la originalidad primera se diluye en un tratamiento ciertamente irregular, lamentablemente poco a poco cae en la rutina y va quedando en un telefilm sobre la monotonia de vivir en un pueblo de la America profunda.
Phenix City Story (Phil Karlson. 1955)
ligeramente decepcionado tras comentarios excelsos en este foro, noir, el conjunto tiene gran fuerza por momentos, la violencia del film sorprende.. pero demasiadas inverosimilitudes e ingenuidades, un desarrollo no exccesivamente destacable, unos actores limitadillos (y aqui es un handicap, las emociones están a flor de piel), y finalmente un climax interruptus.. por no hablar del infumable y torpón prologo , y cierta didactica de parvulitos sobre el poder.
cercano a Fuller, subversivo y a la vez en el sistema.. una cosa extraña, altamente disfrutable pero a ratos.
lo mejor, junto a los estallidos de violencia, la parte idealista del relato.. muy conseguida con dos o tres discursos..
A mi me encanta Supervixens. Creo que es un titulo a reivindicar, y al que le deben mucho en la forma de encuadrar y planificar las escenas los videoclips de toda una generacion y si me descuidan mucho cine americano de los 80 y 90. Las protagonistas son sencillamente impresionantes
A mi me encanta Supervixens. Creo que es un titulo a reivindicar, y al que le deben mucho en la forma de encuadrar y planificar las escenas los videoclips de toda una generacion y si me descuidan mucho cine americano de los 80 y 90. Las protagonistas son sencillamente impresionantes
CURVAS PELIGROSAS (Mauvaise Graine, 1934 -Billy Wilder & Alexander Esway).........................Primerizo film de un Billy Wilder (co dirigiendo con Alexander Esway) recién instalado en París antes de emprender su aventura americana, en el que ya atisba su amor por la comedia y por el cine negro, aquí mezclando tono ligero con otro más áspero en una trama sobre el mundo de los ladrones de coches. Película algo ligera, pero siempre interesante y con bastantes elementos madurados en el cine posterior de su director, la música además es de otro inmigrado/colega de Wilder: el gran Franz Waxman
El año que vivimos peligrosamente (Peter Weir, 1982)
Excelente film que reflexiona acerca de falta de respeto e implicación que pueden desarrollar los corresponsales de guerra con respecto al verdadero drama de los conflictos que cubren. Magníficas interpretaciones de todo el reparto, encarnando personajes muy bien definidos, y una magnífica dirección de Weir, que huye de maniqueísmos y se limita a enfrentar (como casi siempre en su filmografía) personajes con maneras diferentes de ver las cosas, teniendo en cuenta su origen y circunstancias. Sin duda, muchos deberían de aprender de Weir cómo afrontar este tipo de temáticas en el cine.
Dos policías rebeldes 2 (Michael Bay 2003)
El hecho de que don Miguelito Bahía y sus esbirros se tomen a coña esta ¿película? desde el primer segundo, no evita que resulte bastante coñazo en algunos tramos. Pero bueno, con todo, al menos hay momentos en los que este bodrio consigue esbozar (por una vez, voluntariamente) una sonrisa en el espectador. La música de Trevor Rabin es razonablemente buena en algunos tramos, como la preparación del asalto final a la guarida del villano. Por lo demás, el espectador recibe las habituales dosis de ultraviolencia, atardeceres sin fin, xenofobia, homofobia, machismo y furcias PG a las que no tienen acostumbrados Bay y Bruckheimer, y que tantos aplausos arrancan de la 'white trash' yanqui y no yanqui. Todo ello, sin que al final sepamos muy bien de qué iba todo lo que hemos visto.
La costa de los mosquitos (Peter Weir, 1986)
Excelente historia que habla del fracaso de las utopías, y de la incapacidad del ser humano de romper del todo con el medio en el que se ha criado. De nuevo, Peter Weir consigue un extraordinario trabajo de todos sus actores, empezando por un Harrison Ford encarnando a un tipo incómodo de ver desde el primer segundo, continuando por un River Phoenix capaz de hablarle de tú al héroe de los 80 por antonomasia, y así podríamos seguir con todos los miembros del reparto. Notable fotografía de John Seale, y un guión de Paul Schrader que no deja cabos sueltos, y donde nos encontramos con muchas de sus obsesiones recurrentes.(religión, autodestrucción, incomunicación ... ). Una gran peli desgraciadamente infravalorada, en definitiva.
Chaplin (Richard Attemborough, 1992)
Infravalorado biopic sobre el genial Chaplin, que se sustenta en un reparto plagado de caras conocidas (algunas de ellas desconocidas entonces), de entre las que sobresale la monumental interpretación de su protagonista, un Robert Downey Jr. capaz no sólo de imitar casi a la perfeccion las maneras de Charlot, sino también de interpretar de una manera demoledoramente creíble y conmovedora a Charles Chaplin, el ser humano.
Es cierto que la película sabe a poco, teniendo en cuenta el potencial de un personaje como Chaplin, y que acaba siendo una colección de pequeños retazos de su vida, con excesivos saltos temporales entre unos y otros. Pero también es cierto que Attemborough y los guionistas se esforzaron en crear un mínimo hilo conductor de la trama, relacionando los hechos que vemos en pantalla con el desarrollo personal y artístico de Chaplin. Además, supieron darle un toque original a la película, tratando visualmente ciertos hechos reales como si se tratasen una de las características películas cómicas de Charlot.
Por otro lado, la ambientación de época también es muy convincente, aunque quizá resulte un poco discutible ese tono melancólico que desprende el film, gracias a la fría fotografía de Sven Nykvist y a la notable partitura de (san) John Barry, que quizás marca el inicio de la última etapa de este compositor en el cine, caracterizada por un predominio de la tristeza en detrimento del sonido romántico que tanta fama le había dado al músico.
Aún así, un film notable que sirve como perfecta introducción a la persona que debió Chaplin en la vida real, a pesar de no poder profundizar en exceso (por motivos de tiempo) en casi ninguno de sus aspectos. Y el final, con esa recreación de la entrega del Oscar honorífico en 1972, es ciertamente conmovedor.
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, y cierta didactica de parvulitos sobre el poder.