El precio del poder:
Película excesiva, en todos los sentidos, de la ascensión y caída de un cubano en el mundo de la droga. Quitándome una espinita más realmente el filme es un totem de aquellos que hay que ver para, supongo considerarse cinéfilo. Se podría incluso considerar la otra parte de "Carlito's Way" por sus antítesis y por sus rumbos, por sus formas y sus contrastes. Aquí nos encontramos con un elenco de actores que están en estado de gracia ofreciendo lo mejor que tienen para dar crediblidad en sus papeles.
Pacino, como siempre, brillante aunque hayan momentos en los que sobreactua un poco (pero ya le viene de serie así que se lo aceptamos, además el papel lo da). Un chico exiliado que empieza a escalar, poco a poco, en la pirámide de posiciones hasta conseguir ser el dueño, amo y señor de un imperio que está predestinado al desastre y al fracaso, por lo mismo, el exceso: el exceso de ambiciones y el exceso de confianza. Así como reza el slogan del zeppelin, "The world is yours", Montana, Toni Montana, no tiene límite en su ambición por dominar el mundo que se encuentra bajo sus pies. Y el plano de él frente a una gigantesca montaña de droga a punto de ser esnifada es el punto álgido de reino aguantado con pinzas. Pacino lo clava. Lo clava como don nadie en sus comienzos pero como tiene ese deseo ferreo de ser el que manda, de ser el rey, el que maneja el cotarro. Podemos descubrir su status por la indumentaria que lleva, pasando de camisetas a camisas floreadas hasta llegar a los trajes estrabagantes y llamativos como su propia vida y todo lo que gira a su alrededor es. Histriónico, impasible, invencible y paranoico hasta límites insospechados, su personaje, como bien dice Michelle Pfeiffer en la escena del restaurante: "No somos vencedores, somos perdedores". Paranoico con su hermana, la cual considera la cosa más pura del universo y se centra en todo aquel que tan siquiere ose acercarse (esos zooms a su cara son prueba de ello, demostrando como se obceca).
Michelle Pfeiffer, alejándose por completo de sus típicos papeles de chica buena o tontorrona aquí lo clava como una yonki, enganchada a la buena vida, a la droga y a la pasividad. No se le puede negar que aquí ofrece uno de sus mejores papeles. delgada y escuálida pero bella como ella sola lo clava como esa mujer que lo tiene todo pero en realidad no tiene nada. ¿Y que decir de Mastrantonio? Como se nos presenta como una chica buena y acaba metida hasta el cuello por el mismo mal que le precede. Abrahams es otro que siempre me convence con sus papeles y aquí no hay escepción. El resto de actores no están mal del todo.
Por lo demás, como decía arriba y siguiendo con lo que comentaba, la película es excesiva en todos los sentidos y es hipnótica por lo mismo. Es hipnótica por su puesta en escena agresiva y extremista, con todos los lujos y variedades que el dinero puede dar y comprar. Pero también es excesiva en su propuesta y en su violencia. Una violencia que no da concesiones y es bruta. Así como De Palma dotaba de cierto glamour impostado a Los Intocables de Elliott Ness y dotaba de una elegancia seca a Carlito's Way aquí no, aquí se regodea demostrando una vez más que la droga no tiene amigos. Una violencia malsana y tosca, incluso un tano regodeante en su hacer.
Pero De Palma sabe sacarle provecho a esto y dota al personaje de Montana de un halo de misticismo y glamour couché, de una sensación "cool" y un dominio de la situación que hacen de él todo un icono de los 80. La fotografía, muy discotequera por las noches y muy soleada por las mañanas sigue siendo exesiva mientras que la puesta en escena es agresiva (sobre todo en las escenas violentas) con diálogos macarras y dominantes, dotando a la película de una sensación de posesión y desenfreno. Escenas como la del traspaso del dinero, en sacas, al banco o el recuento del dinero en cajas o el de la compra de casas grandes y lujosas o el citado final hacen de esta película una convinación de mal estar y asombro ante tanta acumulación de poder.
Una película que es imposible que deje indiferente a nadie. Aún y así, habiéndome gustado, me quedo con Carlito's Way, me parece más redonda y los fallos de Scarface son mejorardos y mermados.