Harry Block
Exiliado
Respuesta: Películas que vais viendo en casita
Pero no estamos hablando de si hace falta sexo en una peli de 1962, sino de si hace falta en una de ahora, en una peli contada desde el punto de vista de su protagonista, un señor que no solo se enamora locamente de una niña, sino que también se la tira; sobre si tendría sentido hoy en día ocultar ese "detallito de nada" que entonces se ocultaba porque no quedaba más remedio, no porque la ambiguedad fuera más "elegante". ¿Se debe ser elegante con ese tema?
No estaba comparando las dos películas. La de Kubrick me parece mucho mejor. Pero la de Lyne no es mala y no estoy de acuerdo cuando se compara con la de Kubrick de esa forma injusta y un tanto ilógica. Desde luego no es peor porque muestre lo que la otra oculta. Lo será porque juega peor con sus cartas, no porque deba jugar con las cartas de la otra.
Y más en general, me suele hacer gracia ese aburguesado doble rasero con el que se suele juzgar al cine y a la literatura, incluso desde posiciones cinéfilas, que permite a la literatura una explicitud que le está vetada al cine. Como si, a veces, éste estuviera obligado a recurrir a la elípsis.
Los ateos no creemos en el pecado de pensamiento. Solo en el de obra.
Pero no estamos hablando de si hace falta sexo en una peli de 1962, sino de si hace falta en una de ahora, en una peli contada desde el punto de vista de su protagonista, un señor que no solo se enamora locamente de una niña, sino que también se la tira; sobre si tendría sentido hoy en día ocultar ese "detallito de nada" que entonces se ocultaba porque no quedaba más remedio, no porque la ambiguedad fuera más "elegante". ¿Se debe ser elegante con ese tema?
No estaba comparando las dos películas. La de Kubrick me parece mucho mejor. Pero la de Lyne no es mala y no estoy de acuerdo cuando se compara con la de Kubrick de esa forma injusta y un tanto ilógica. Desde luego no es peor porque muestre lo que la otra oculta. Lo será porque juega peor con sus cartas, no porque deba jugar con las cartas de la otra.
Y más en general, me suele hacer gracia ese aburguesado doble rasero con el que se suele juzgar al cine y a la literatura, incluso desde posiciones cinéfilas, que permite a la literatura una explicitud que le está vetada al cine. Como si, a veces, éste estuviera obligado a recurrir a la elípsis.
Los ateos no creemos en el pecado de pensamiento. Solo en el de obra.
