A mí Death Proof, como sabéis, me maravilla. Creo que es una de las mejores películas del siglo XXI.
Pero el comentario de Vigalondo sobre los viajes en el tiempo no creo que pase de la mera anécdota. Además yo creo que no tiene demasiado sentido y citando solo un par de detalles lo podemos destruir por completo (los móviles del segundo grupo de chicas, el aparato donde Lee escucha música...). Tampoco creo que Tarantino pretendiera simbolizar nada demasiado concreto con el cambio de formatos. Es un recurso estructural brillante y puramente cinematográfico, pues confía en la materialidad de la imagen para dar una serie de saltos dentro de la duración de la película, significativos avances que, por sí mismos, se pueden sentir de manera muy fuerte. De la imagen deteriorada al blanco y negro, terminando en el color impoluto. Como si la propia película fuera construyendo su forma durante la marcha y terminara afincándose en un estado, en última instancia, más estable y sólido.
Y en relación a Stuntman Mike, en las tres fases de la película muestra el mismo patetismo. Aparte de las mofas de las que es víctima en la primera parte, recordemos cuando el segundo grupo de chicas bromean sobre el tamaño de su pene ("Little dick") o, evidentemente, la venganza final que ellas mismas ejecutan.
Obviamente, el comentario de Vigalondo tampoco nos lo podemos tomar como algo demasiado literal pero aun así es una manera de interpretar la película demasiado extravagante para mi gusto. La venganza en Death Proof es de naturaleza cósmica. Un sentido de lo cósmico que recuerda a obras de Hong Sang-soo como Turning Gate, como si la propia película se replegase sobre sí misma y formase un círculo perfecto en el que todos los motivos dan una vuelta completa. Y ahí el cambio de formatos resulta una invención brillante.