Respuesta: Quiero comenzar a correr
Hola,
Bueno, ya estamos de regreso en casa, un poco más descansados, por que el día de ayer fue muy largo y agotador
En pie a las 6 de la mañana para desayunar, preparase y llegar bien de tiempo a la linea de salida. Caliento un poco, por que el día amaneció lluvioso, aunque no hacía frío, como los días anteriores. 18391 corredores inscritos. Aquello es una marea humana, multicolor.
Ya en el cajón de salida, estiramientos para calentar, aunque no pude hacer los habituales, con lo que me fastidia a mí romper la rutina, pero bueno, la adrenalina hace el resto.
Ya sobre la hora de salida, bolsa de basura para no perder calor y no mojarme en el tiempo que pasa desde que estamos en el cajón hasta que llegamos a la linea de salida: 17 minutos de espera. El corazón se me sale por la boca. Tensión y concentración, que la carrera es larga.
Un vez pasada la linea de salida, y tras el perceptivo salto para tocar el cartel
, empieza la carrera, el momento por el que había estado esperando casi cuatro meses y muchos km.
En los días previos había preparado la estrategia de carrera, salir lento, con calma, por debajo del ritmo objetivo hasta el km 5-7 y luego poco a poco ir recuperando el tiempo, que km hay de sobra para hacerlo, más o menos hasta el 28.
Con el freno puesto, hago los primeros km más o menos a 5'50", recuperando algo de tiempo en las bajadas, controlando las pulsaciones.
Ya a partir del km 6 los tiempos van bajando y las pulsaciones están bien, muy bien, así que a disfrutar de la carrera e ir recuperando poco a poco el tiempo perdido a ver si pillamos a las liebres de 4h.
En la subida de la meridiana, sobre el km 18 veo no demasiado lejos a las liebres. Voy bien y tengo tiempo de sobra para llegar hasta ellas, no hay prisa. Poco a poco voy haciendo los tiempos previstos, quizá hubiera podido bajarlos un poco, pero prefiero controlar el gasto de energía, que es el primer maratón y hay que acabarlo.
En el paso de la media maratón las liebre están cerca y aprovechando que es en bajada, recupero lo perdido en la subida sin problemas. La cosa va bien.
Sobre el km 25 llego hasta las liebres y les pregunto cómo van de ritmo y tiempo, me contestan que van un minuto por debajo del tiempo previsto, así que con una sonrisa en los labios, sigo tirando a mi ritmo y los paso con una satisfacción en el cuerpo que me da fuerzas para seguir.
Llegamos al km 30 y a partir de ahí ya es territorio desconocido para mí. Nunca había corrido más de esa distancia, así que no sé qué sensaciones me esperan, pero sigo hacia delante, aunque las fuerzas poco a poco van bajando.
Sobre el km 33 empiezo a notar una molestia en el recto femoral y el vasto medio, entre contractura y calambre. Me empiezo a preocupar cuando en la subida de un pequeño puente me cuesta mucho hacer fuerza para llevar la zancada hacia delante. Como puedo, hago unos estiramientos en carrera, esperando que no sea nada y que no me haga abandonar. Así sigo hasta el km 35-36, que me tengo que parar un par de veces a estirar la zona por que sigo con molestias, pero yo sigo. Ahora hay que acabarlo.
En el 36, antes de de llegar al arco del triunfo, mi familia está animando (se han hecho un maratón también animando en diferentes puntos) y no es plan de poner mala cara y pararse, así que para lo que queda, lo acabo.
Entre el 37 y el 39, las fuerzas van ya muy justas y los parciales se disparan, pero como es en bajada recupero un poco de tiempo más adelante, hasta que llego a Colón.
Esos dos últimos km del Paralelo me matan. Una subida de 2km, con 40 km en las piernas y lloviendo, pero si he llegado hasta aquí, no paro por nada, salvo que rompa. Así que con dos cojones y dedicándole los últimos km a mis hijas y mi mujer, me planto en el 42 con la meta al fondo, acelero un poco el ritmo y entro en meta con los brazos en alto.
¡He cumplido!. ¡He acabado el maratón!.
Por fin puedo decir que soy... ¡MARATONIANO!
Luego llega la satisfacción del tiempo: 3:56:30 ¡por debajo de las 4 h!. Estoy absolutamente rendido pero con una felicidad absoluta. Me cuelgan la medalla, que es lo que había venido a buscar
.
Más tarde llega mi mujer con mi prima y su marido (que hizo un reportaje fotográfico completo, que para eso es artista
), se habían quedado esperando en meta, cuando yo ya había entrado. En cuanto la veo, me abrazo a ella y me saltan las lágrimas. Sin su ayuda, sin su apoyo y el de mis hijas no podría haber llegado hasta aquí.
He disfrutado la carrera, pero también la he sufrido. Ha sido una experiencia absolutamente increíble.
La organización muy buena y sobre todo la gente se ha volcado con nosotros. No hubo un solo punto de la ciudad donde no hubiera gente animando. Todo el trayecto estaba lleno de público animando una y otra vez. Cuando gritan tu nombre animando aunque no te conozcan... impagable.
Muchas gracias a todos por los ánimos y consejos durante el entrenamiento y antes de la carrera.
Ahora, si alguien sabe cómo se aprende a andar de nuevo, de lo agredecería
¿Repetiré?...
, hay muchas ciudades por descubrir...
Un saludo.