Pues acabo de revisar "Mad Max 2" y HOSTIA PUTA (con perdón). Es una obra total, superlativa en todos los aspectos posibles. Es un cine que desgraciadamente no volverá en el sentido de que, sin efectos, apuesta por una fisicidad pura e inigualable, y ese rodaje basado en la pericia de los especialistas da como resultado una acción AUTÉNTICA como pocas veces (o nunca) se ha visto. La célebre persecución del camión cisterna con cantidad de vehículos en juego y violencia a raudales es, pienso, uno de los picos del cine en movimiento, que exprime al límite la emoción cinematográfica de la velocidad, el impacto y el enfrentamiento colectivo. Unos 20 minutos realmente salvajes. Sangre, polvo, colisión. El clímax del choque camión vs vehículo de Homungus es de una explosividad y una fuerza asombrosos.
Pero el error sería reducirla únicamente a eso. Es mucho más. Es el antihéroe crepuscular en la tradición de la mitología del hombre solitario, superviviente, que opera en su propio beneficio aunque conserva cierto código de honor. Max es un tipo curtido y malherido, con taras de pertenencia e inserción, que no cabe en una sociedad civilizada, que queda fuera de formar parte de una comunidad a la manera de muchos otros personajes inmortales a lo que el cine sigue recurriendo una y otra vez. Fijémonos en su perro, último anclaje de Max con una cierta humanidad, y aquí lo relaciono directamente con el Guy Pearce de "The Rover", que si la habéis visto ya sabréis de lo que hablo. El detalle no sé si será voluntario, es decir, no sé si Michôd lo tuvo en mente, pero podría ser. En relación al animal, además, es soberbia la escena en la que el gatillo de la escopeta de Max que apunta al tipo del autogiro está atado a un hueso que muerde el perro, de modo que el propio perro está a cargo de disparar o no al tipejo.
Junto a lo dicho, mil y un detalles: el tipo del autogiro apareciendo repentinamente desde debajo de la tierra, la serpiente como arma protectora del autogiro, el niño salvaje con su boomerang mortal y ensangrentado (cercena dedos, rebana cabezas), el amago de remota historia de amor (que no se produce) entre la chica y Max que se dinamita en la persecución (pues no hay lugar para el amor en ese Max), los dos rehenes/trofeos humanos atados al parachoques del vehículo de Homungus que son aplastados cuando choca por detrás con el camión, la carencia de concesiones al procurar muertes terribles a personajes del bando de los "buenos", el mecanismo ortopédico de la pierna de Max que tiene lesionada de la primera parte (hay un momento breve en el que un tipo hasta le echa aceite), el objetivo de llegar a un destino idílico (la playa) en donde vivir una mejor vida y reconstruirse (a lo que se niega Max, cuyo lugar es la carretera y el desierto, combatiendo ad eternum a los salvajes, herederos de aquellos que sesgaron las vidas de su mujer e hijo), la definitiva concepción de Max como héroe trágico al que la muerte aguarda en un infierno que ya está soportando en vida, el V8 de Max como coche legendario con bomba incorporada para autodestruirse, etc...
En el 81, George Miller tenía 36 años y, supongo, toda la energía del mundo. Trabajaba en una industria que le permitía hacer y me imagino que derrocharía pasión y creatividad. Veremos qué ocurre en "Fury Road", pues los tiempos han cambiado, la tecnología ha evolucionado y Miller ya tiene 69 años. El voto de confianza hay que dárselo y ojalá lo pete, pero es difícil acercarse a "Mad Max 2". Obra maestra absoluta.