Mad Max 1 es una película que se decanta por más soledad, más sensación de amenaza y más atmósfera de terror. Mad Max 2 es distinta para bien: es más acción, malotes más over the top, más cacharrería, más desierto y sangre... ¿Los villanos son una chufla? A mí no me lo parecen. Digamos que sus perfiles van de la mano del progresivo declive de la humanidad. Son más excesivos porque son criaturas de un mundo cada vez más loco y desalmado, el producto de una post-humanidad por así decir. Homungus lleva una máscara y bajo ella se vislumbra una deformidad, vete tú a saber de qué y por qué. Su cuerpo mazao y esa máscara le dan un tono grotesco. Durante la noche sacrifica rehenes y se muestra como un verdugo que desata su ira. Es curioso cómo en ciertos momentos parece un negociador dispuesto a tener clemencia (¿alguien razonable? ¿O es una vil trampa?) y en otros momentos es un forzudo suicida dispuesto a acabar con todo, incluso consigo mismo. No es que sea un muñeco hinchado puesto ahí, sin más, de comportamiento plano. Ata en corto a sus hombres, castiga la desobediencia y hasta tiene un pistolón en un bonito estuche. No es un dechado de virtudes como personaje complejísimo, pero no le veo pegas en su rol dentro de la película en la que está. Y bueno, el esbirro es muy distinto: es estrafalario, animal, impulsivo. Tampoco le veo problemas. El susto final no es ni más ni menos que lo que hemos visto y veremos en multitud de películas de acción que buscan el impacto repentino en determinados instantes.