Sois felices en vuestros trabajos?

Trabajamos porque no hay otra cosa para poder pagar las facturas y nuestra propia vida. Es tan simple como eso. Dudo mucho que nadie en este mundo desee hacer algo que aunque le guste, igual un día no le apetece mucho, o dos, o tres...años...

A ver si os creéis que a mí me gusta ponerme con un trabajo un sábado a las 8 de la mañana...pues mira, NO, pero...
 
Si hubiera podido cumplir con el sueño de mi vida, yo sí habría sido feliz trabajando. De hecho lo fui. Trabajé 3 veranos en un videoclub de chaval. Lo más cerca que he estado de eso que llaman "realización personal". Mi sueño era tener mi propio videoclub, algún día. Pero la vida, el progreso, etc, tenían otros planes. Mi actual trabajo me gusta (en el sentido de que no es para mí una tortura hacerlo) pero estoy muy lejos de ser feliz con él, y desde luego, infinitamente lejos del puro placer que fueron aquellos veranos trabajando en el videoclub.
 
Bueno, mi sueño siempre ha sido ser carpintero ebanista y restaurador de muebles antiguos pero es curioso cómo me las he apañado para no acercarme a mis ilusiones. He cogido un camino totalmente diferente. Me he boicoteado a mi mismo
 
A mí sí me gusta mi trabajo y está bastante cerca de la felicidad. Obviamente es muy difícil que sea perfecto, en mi caso a veces tengo algunos (pocos) horarios incómodos, pero aún así tengo bastante tiempo libre para hacer muchas cosas durante el día.

Muchas veces mi trabajo consiste en charlar con gente, que en muchos casos son prácticamente mis amigos, sobre temas interesantes y muy a menudo echarnos unas risas. Y me pagan por ello. Y lo mejor, encima les estás ayudando. A mí me suena a plan perfecto.

Las clases de dibujo técnico son diferentes, pero también me gustan mucho. Además la ayuda es mucho más grande, y se pagan mejor.
 
Algo hago mal, yo también charlo con la gente y les ayudo con sus dudas y no me dan un puto duro xDDDDDDD
 
Nunca he trabajado en algo que me guste, es muy triste reconocerlo. Además, los turnos semanales, los contratos inestables y el esfuerzo físico no compensaban las nóminas porque estaba tan cansado que no me gastaba el dinero. :sudor Toqué fondo, en cuanto a precariedad, hace dos años con un contrato de apenas treinta horas a la semana, ganando menos de 500 euros (antes del confinamiento).
He trabajado desde entonces, en ocasiones legalmente y otras en negro, para "cubrir mis gastos" y poder formarme en el campo del Desarrollo Web. En dos semanas tengo las prácticas, ochenta horas repartidas en tres semanas, y espero que mi horizonte laboral cambie radicalmente. ¡Alegría y alboroto!
 
La semana que viene tengo que decidirme ya pero.....en estos momentos me decanto por aceptar y seguir con esto hasta encontrar otra cosa.
Ayer me inclinaba más hacia el "coge el dinero y vete"
Pero prefiero buscar teniendo al menos eso unos mesecillos a no tener nada.
Siempre me pueden llamar de mi otro trabajo (llevo 6 años allí) para ampliarme a 40 semanales o siempre puedo toparme con un mejor trabajo ...


Mañana pensaré otra cosa,😂
 
Es el eterno debate del "Y si..."

Yo no te puedo decir vete o no te vayas, eso corresponde únicamente a ti, que eres la afectada. Aquí todos podemos aportar nuestra experiencia y vivencia. No hay garantías de nada si te vas o si te quedas.

Es así de complicado...
 
La semana que viene tengo que decidirme ya pero.....en estos momentos me decanto por aceptar y seguir con esto hasta encontrar otra cosa.
Ayer me inclinaba más hacia el "coge el dinero y vete"
Pero prefiero buscar teniendo al menos eso unos mesecillos a no tener nada.
Siempre me pueden llamar de mi otro trabajo (llevo 6 años allí) para ampliarme a 40 semanales o siempre puedo toparme con un mejor trabajo ...


Mañana pensaré otra cosa,😂
Yo ya sabes como pienso. Pero la mejor idea es la meditada. Y cuando la meditas no se puede volver atrás y pensar más adelante que te equivocaste. Pensar en lo que pudo ser y no fue, en lo que habría sido si hubieras tomado otra decisión. Echar la vista atrás para quejarse no vale. Lo que decidas, bien decidido estará.

Como yo soy de los que no miro atrás y me quejo, lo detesto, también soy de los que más me arriesgo y siempre tomo las decisiones más difíciles, las menos confortables. Así, si me equivoco, que lo hago a menudo porque la vida no depende de uno, me queda el consuelo, que no es poco, que fui atrevido y que quise comerme el mundo. Lo contrario, equivocarme sabiendo que fui cobarde y escogí el camino cómodo, sería para mí un castigo horroroso. Tampoco me quejaría, pero no estaría orgulloso.

Haz lo que quieras, pero en ambos casos el acierto no dependerá sólo de ti y tendrás que convivir con el yo que tomó la decisión. Si te equivocas, habiendo escogido el camino difícil estarás orgullosa de ti misma, si lo haces escogiendo el camino fácil será una carga que marcará de por vida tu carácter.

Lánzate al vacío, aunque te equivoques. Tienes una vída fascinante por delante. Te lo dice quién lo ha perdido absolutamente todo. Y estoy orgulloso.
 
Mi vida laboral era bastante asquerosa, salvo una vez que curré probando videojuegos. Quitando esa experiencia, todo fueron los típicos trabajos de almacén, de vendedor o de comercial. Ganaba mucha pasta, pero no quería estar toda mi vida con un traje arrastrándome por una comisión. No me gustaba en absoluto.

Entonces apareció un trabajo en un CPD. Siempre me había gustado la tecnología, desde que tengo uso de razón, así que me puse muy contento y no dudé en dejar mi trabajo de entonces. Cobraría una tercera parte de lo que ganaba como vendedor, pero no tenía gastos así que aposté por entrar en el mundillo en el que siempre había querido estar.

Y al principio era flipante. Aprendí un montón, vi máquinas que sólo conocía por las revistas (en aquella época devoraba todas las que os podáis imaginar) y toqué por fin esos trastos que tanto molaban y que tanto misticismo tenían alrededor. Yo con veinte años tocando una Sun, un zSeries o montando cartuchos en un robot. No me lo podía creer, casi podía decir que estaba cumpliendo un sueño.

Poco a poco me fueron metiendo en proyectos mas grandes, viajé por medio mundo y seguí aprendiendo. Seguía en una nube, seguía feliz. Años después, varias carambolas me hicieron acabar con un jefe con el que más de una vez estuvimos a punto de acabar a puñetazos. Me estanqué, me amargué y casi lo mando todo a la mierda.

Conseguí salir de esa situación, pero a costa de mucha más responsabilidad, que implica tener que saber cosas que me gustaría no haber sabido nunca, tener que dar nombres cuando hay recortes y tener que estar 24/7 disponible, todos los días del año. Vacaciones, bajas o lo que sea, mi teléfono suena casi a diario.

Y al principio se lleva, más o menos. Pero al tercer fin de semana que tienes que dejar a tu familia tirada por cualquier mierda que pasa, te quemas. He perdido la cuenta de las veces que he prometido a mis hijas ir a cualquier sitio y, cuando estábamos saliendo por la puerta, he tenido que dar media vuelta y abrir el portátil.

Y así todas las semanas, una tras otra... Y entre semana en la oficina broncas y más broncas.

Vamos, que muy contento y tal.
 
¿Y no hay posibilidad de cambiar? ¿Volver a un paso más abajo del escalón? Si el dinero llega, claro...
 
Una vez has despegado el dinero nunca llega. El salto cualitativo es la familia. Casa, coche, estudios, comida, ropa…..un pozo sin fondo. Sin familia puedes sobrevivir sin gastos y ser feliz. Con familia puedes ser feliz pero con gastos que te esclavizan a un puesto de trabajo. Luego está la habilidad de saber compensar y equilibrar para salir ganando. Pero la familia es lo único que te convierte en un hámster en una rueda que no para de girar.

Por eso memyself puede y debe ser arriesgada.
 
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