Por fin llegó el chisme ayer. Apenas he podido ponerme actualizar y probar un par de juegos, pero vamos, bien contento por lo que da ahora y su potencial.
La ergonomía es excelente, más ligera que la Deck, mejor pantalla, más potente... Y con Windows, lo que es una ventaja y desventaja al mismo tiempo.
Hay que reconocer un gran mérito a Asus por intentar que windows sea una plataforma cómoda en una consola portátil. Todo su software propio para actualización de firmware, drivers y launcher es un gran esfuerzo para dotar de herramientas táctiles y prácticas al PC para gestionar los juegos. Eso implica también que el usuario le dedique un tiempo a actualizar componentes y configurar cosas. Pero el detalle de que al arrancar windows se nos presente automáticamente armory crate, que es un completo interfaz táctil para lanzar cualquier juego instalado hace que la experiencia sea más amigable e incluso amena para organizarlo todo.
Y luego una cosa que hace mejor incluso que Valve es el cloud recovery. Cambiar el SSD está oficialmente soportado y una vez cambiado te vas a la BIOS, vas al recovery, te conectas a Internet y se baja el W11 completo y con todos los drivers y soft propio ya integrado. Así da gusto trastear la verdad.
Ahora mismo hay dos problemas, parece ser que armory crate mete una zona muerta en los sticks que tiene que solucionarse por software (que seguro que lo hacen pronto) y el más importante que no se va a solucionar que es la duración de batería. Si le exigimos la máxima potencia en juegos exigentes la batería puede durar incluso menos de 1 hora... Así que estamos ante un juguete para jugar en casa con una batería o enchufe cerca o si salimos hay que pensar que juego y qué ajustes usaremos para optimizar la batería.