Pero... pero... ¡qué cabrón!
http://www.miradas.net/2013/06/actualidad/mutaciones-del-mainstream-el-blockbuster-universal.html
Copio.
"El comienzo de Van Helsing (Stephen Sommers, 2004) no puede ser más significativo, el logo clásico de Universal Studios quemándose y transformándose en una antorcha. Un símbolo que no podría ser más representativo del cine de Stephen Sommers, un cineasta cuya intención es quemar el legado del propio Hollywood que representa y trabajar sobre sus cenizas. La tradición es pura pantomima, simple representación teatral, decorados de cartón piedra sobre los que edificar construcciones de mestizaje puramente postmodernas. Sus reconstrucciones de los clásicos de Universal no se pueden entender sino desde la perspectiva de la total desmitificación de los mismos, como aquel niño que rodeado de sus revistas Monsters of Filmland imaginaba poder jugar con las figuras del género en su particular patio de recreo, siendo consciente precisamente de su absoluto agotamiento como representación de lo terrorífico. Su filmografía solo es entendible bajo el propio concepto de la representación, de la mentira evasiva, la filmación de lo real tan solo ítems en la trayectoria del mapa de lo virtual hasta la siguiente parada —set piece— en la narración.
La trasgresión de la imagen virtual hacia lo real es precisamente lo que prima en una película como Van Helsing. La catársis visual por delante de lo que la mente puede concebir como el territorio de lo auténtico, la esencia pura del magnetismo icónico como ofrecer la efigie de un licántropo transformándose quitándose la piel a jirones, imagen hecha y concebida para violar aquello que concebimos como verdadero. Poco importa la integración del CGI dentro de la imagen real, la impresión visual está ya conseguida. Tomemos como ejemplo el final de El regreso de la Momia (The Mummy Returns, Stephen Sommers, 2001) donde la creación de la figura digital del Rey Escorpión —que mezclaba la hercúlea silueta de The Rock con los rasgos imposibles de un escorpión— quebrantaba la idea acerca de la realidad de la situación. La plasmación y finalización del efecto imposible eran tan imposibles como la propia concepción de la imagen, pero el choque, la conmoción con el espectador ya estaba conseguida. La impresión siempre se encuentra por delante de la reflexión. Su filmografía está repleta de estos choques visuales entre la realidad asumida y la mentira cinematográfica desde el guiño final de Deep Rising (El misterio de las profundidades) (Deep Rising, Stephen Sommers, 1998), con una isla poblada de criaturas gigantes que amenazan con precipitarse hacia los sufridos supervivientes de la película; pasando por las icónicas escenas de Imhotep conjurando su imagen a través de tormentas de arena o cascadas imposibles, la destrucción de la Torre Eiffel en G.I. JOE (G.I. JOE: Rise of the Cobra, 2008) o el circo de tres pistas digital que representa toda la parte final de Van Helsing.
Sería bastante arrogante considerar tomar a Stephen Sommers como tendencia o rumbo dentro de la configuración de la multisala contemporánea pero bien es verdad que es precisamente su postmodernidad a la hora de la utilización del legado cinematográfico y su rotura de lo real en favor de la imagen virtual, lo que lleva a posicionarlo como un cineasta significativo dentro del mainstream contemporáneo."
SABÍA QUE CREARÍA ESCUELA!!!!!