El caballero oscuro
Mis opiniones sobre la última película de Christopher Nolan contienen spoilers. Si no la habéis visto aún, no sigáis leyendo ni una palabra más.
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Un hombre vestido de enfermera, con la cara pintada de blanco, los ojos enmascarados en maquillaje negro y unas cicatrices cubiertas de pintalabios rojo abandona alegremente un hospital en el que tienen lugar sendas explosiones. Cuando el personaje espera el momento culminante de la “demolición”, no ocurre nada. Se para, extrañado, entonces mira hacia atrás y pulsa el detonador que lleva en la mano en repetidas ocasiones, hasta que para su sorpresa y agrado, todo sale como planeado. Entonces acelera el paso, montándose en un autobús escolar para dejar detrás una estampa tan terrorífica como hermosa.
Éso es The Dark Knight
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Acabo de ver un screener en V.O. justo después de salir del cine tras ver la esperadísima segunda parte de lo que en poco tiempo será la trilogía de Batman del director de
Following, Memento, Insomnia, Batman Begins y The Prestige. Ha sido una experiencia estupenda, es evidente que han superado lo que hicieron en la primera parte. No me encuentro ante una obra maestra, de eso estoy seguro, pero del mismo modo sé con certeza que
es mi preferida en lo que a superhéroes se refiere. Os voy a comentar en distintos apartados lo que opino de la misma.
1)La dirección
Parece evidente que Nolan ha sacado todos los ases que escondía en su manga, y ese factor es fundamental para entender el perfecto funcionamiento de la máquina que hoy ha llegado a nuestras salas. Tras haber pasado la prueba de fuego que supuso
Batman Begins con buena nota, el joven director ha logrado extraer lo mejor y lo peor de su trabajo para conseguir subir un escalón.
Si se hizo evidente en
Begins que Nolan pretendía enfocar las peleas desde un punto de vista totalmente subjetivo, frenético y caótico, aquí vemos que por fin consigue su objetivo. Todo tiene una sensación muy visceral e inmediata, sin embargo, el menor movimiento del operador de cámara unido al empleo de lentes más cortas ayuda a que desaparezca la sensación de aturdimiento de la anterior película, afortunadamente.
De hecho, me parece poco acertado hablar de escenas de acción, porque los hermanos han comprendido que lo que se les da bien es jugar con el espectador, no mostrar “espectaculares” desenlaces propios del género, sino un clímax muy íntimo . Por eso, ya no encontramos momentos como la persecución del Tumbler o la lucha final en el tren, sino que tenemos set-pieces que van desvelando los complejos planes del Joker a través del uso del montaje, o dicho de otra manera que espero sea más familiar,
“it's all part of the plan”: Este film es una bomba de relojería, así que ahora nos agarramos al asiento intentando anticipar el próximo paso de Heath Ledger, y resulta ser una tarea engañosa. Es una verdadera lástima que nos cuelen al final esa pelea entre esos dos freaks, con esa frase de
“But I know how you got these”
2)Las interpretaciones
Ya que he mencionado a Heath Ledger, tengo que reconocer que si esta película es la mejor de su género, el actor es el principal culpable (atención a la escena en la que graba al imitador de Batman, casi no le vemos, pero a mí me mata:
“sh-sh-sh-sh-sh-sh”).
¿Cuándo fue la última vez que visteis un villano carismático en una adaptación de cómic? Desde luego que no era el Espantapájaros, ni Ras, ni Falcone, y no hablemos ya de los malos de otras películas, que me entra la risa. El joven Ledger hace que cada una de sus frases se conviertan en oro, es capaz de elevar todo lo que en manos de otro actor sonaría patético a niveles extraordinarios. Sus líneas de diálogo serán citadas hasta la extenuación en lo que está por venir.
Pero no sólo él está estupendo, con decir que nos hemos librado de la Holmes y de Cillian Murphy basta, ¿no?.Claro que ahora tenemos al tío ese que interpreta al chantajista, así que la cosa queda más o menos equilibrada.
Christian Bale está centradísimo en su papel de Wayne venido abajo, y se nota que ahora que sabe que lo que hizo funcionó bastante bien, se encuentra mucho más confiado y a gusto en su papel; de hecho, pasa totalmente desapercibido, pero no hay manera de sacarle pegas; supongo que esa es la mayor virtud del actor.
Gary Oldman borda su papel de buenazo de turno, menos mal que ya no hace de graciosete de la función.
Además, Aaron Eckhart se muestra más contenido que de costumbre (esa
Dalia Negra...) y consigue caer bien a la vez que da indicios de su inestabilidad, aunque, ya se sabe,
“gravity is like madness: all it takes is a little PUSH”.
Y la Gyllenhaal, sin hacer nada memorable, convierte el personaje en alguien más interesante y de fácil empatía, así que cuando le dice lo que le dice a Harvey ya sabéis cuándo, a mí me entra verdadera pena. Cosa que con la sosa de la Holmes, me hubiera dado motivos para aplaudir.
Y no mencionemos ya a Caine y a Freeman, que son la clase de actores que hacen muchísimo sin hacer nada, ya me entendéis.
3)El guión
Para no ser injusto, tengo que comentar que la ausencia de Goyer se agradece muchísimo. El dúo de escritores ha decidido aligerar muchas de las rutinarias y a la vez fascinantes escenas en las que se explicaban los gádgets del murciélago (que no extraería de
Begins, pero que no deseo ver todos los días de mi vida). Además, han construido la historia de una manera precisa, y aunque recurren a unos cuantos clichés y momentos pretenciosos y dejan un poco de lado a Bruce Wayne, cada escena nos lleva a la siguiente de forma coherente y casi todos los personajes evolucionan de una manera u otra, además de que hay mucho secundario cuyas acciones cambian drásticamente el desarrollo de la trama. Sin embargo, seguimos teniendo que aguantar a todos esos personajes de-una-frase que comentan lo que vemos en pantalla, como el copiloto del camión Swat,
“Ok, that's not good!”, dice al ver caer el helicóptero. Christopherito, no nos insultes, por favor. Y prefiero no hablar directamente de la “moralina” de la película, porque me ha parecido horrible.
Lo mejor es que la estructura de la película es menos convencional de lo que cabe esperar, ya que nos conduce a un último acto que normalmente se hubieran reservado (erróneamente) para la tercera parte con total fluidez y naturalidad.
El humor sigue estando presente, pero han disminuido las situaciones socarronas de Begins con todas las frasecitas graciosillas de turno, y nos dejan con momentos estupendos: juegos de palabras como
“Let's not BLOW things out of proportion” o gags visuales como el del hospital que mencionaba al principio. No todo me parece divertido, todavía queda mucha tontería post-Goyera, o puede que sea más correcto decir Nolaniana, pero se digiere como se puede. Por cierto, yo me río con el Joker...voy para el psiquiatra ya mismo...
Y hablando de la explosión del hospital (no me gusta el plano desde helicóptero que le sigue), me ha encantado que el personaje del Joker quede inexplicado y ambiguo. Cuando da la segunda versión de por qué tiene esas cicatrices en la cara (menudo plano giratorio el de la fiesta), es evidente que nos encontramos ante alguien que simplemente quiere incomodar a sus víctimas ... pero no podemos estar seguros. ¿Es el Joker una mera proyección de una idea como lo es Batman? ¿Es una persona demente? ¿Se acerca más la realidad al personaje huidizo y temeroso a la muerte del prólogo o el que se ríe ante su destino cayendo al vacío desde el edificio en construcción? Además, la representación del caos es la persona que más organizado lo tiene todo. En cualquier caso, algo es seguro: es un contraste estupendo entre la anarquía y el orden. Creo que la contradicción deja bien claro que ambos términos son ridículos e inalcanzables, pero no voy a entrar en cuestiones filosóficas, que me conozco.
4)La banda sonora
Para ser sincero, tengo sentimientos enfrentados en lo que a las composiciones de Newton-Howard y Zimmer se refiere. Por una parte, le van a la película como un guante, refuerzan la idea de que Batman no es un personaje sino una idea (de ahí que no haya
un tema dedicado a él, aunque se vislumbra la idea de “caballero oscuro” tras el atraco y al final de la cinta), ayudan a darle ambiente a Gotham, y saben hacer temas perfectos para una película comercial aportando a la vez algo de experimentación y de riesgo (la moto-violín del Joker). Pero el corta-y-pega con Protools le hace mucho daño al conjunto. No me refiero al hecho de que reutilicen muchos temas de la primera parte, porque al fin y al cabo, tiene que haber algo de unidad, sino que me refiero a que en muchos momentos, en vez de volver a grabarlos con distintos arreglos, los añaden tirando de ordenador que da gusto.
Y lo más importante: ¿Cómo envejecerá este ejercicio? Porque lo de Danny Elfman es evidente que sigue funcionando tanto o más a día de hoy que en 1989, pero lo del dúo dinámico no sé yo.
5)La dirección artística
Sigo sin saber si
Magnolia vio la película (aunque parece evidente que no), pero estoy de acuerdo en cuanto a que no hay un gran avance en este campo. Por cada nuevo y estupendo decorado o artículo que nos brindan, se echa en falta un glaciar o una mansión espectacular. La verdad es que el trabajo es tan maravilloso como el de la primera, y Christopher Nolan sabe aprovecharlo algo mejor a través de su cámara (gracias al formato Imax), pero tampoco han dado un gran salto, si es que era posible.
6)El montaje
Tengo la impresión de que se está sobrevalorando el trabajo de Lee Smith en esta película, puede que del mismo modo que con el resto, pero parece que se está confundiendo montaje en paralelo con una buena edición. Y en muchos momentos esa técnica hace que pierdan fuerza muchas de las escenas, como la del hospital, que va y viene y pierde así la importancia que se merece. Sí, consiguen aumentar el dinamismo, en muchos casos para mejor (reforzando la tensión y la precisión de las acciones del villano de la función), pero lo hacen sin mucho equilibrio, cometiendo en ocasiones incluso fallos en el raccord, y algunos cortes demasiado abruptos. En este campo el director británico tiene mucho que mejorar, aunque a simple vista parezca lo contrario.
En cuanto a
otros apartados no tengo mucho que añadir, pero el vestuario rinde a la altura, el sonido tiene momentos interesantes pero lo encuentro poco sutil (y cuando digo eso tengo en cuenta la naturaleza de la historia), los efectos especiales siguen estando en su justa medida (aunque me gustaría que sacaran menos el CGI de Dos Caras, porque distrae muchísimo), y para la fotografía ya sabéis a qué tema tenéis que dirigiros.
Vamos, que la película me ha encantado, lo que no significa que no tenga sus pegas. Pero olvidadme, id a verla (si es que no lo habéis hecho ya) y disfrutad de entretenimiento veraniego de alta calidad, que buena falta le hace al panorama cinematográfico actual.
P.D.: Lamborghini Murcielago, sí, muy sutil.
Saludos